Esta semana ha sido, sin ningún género de dudas, la más convulsa vivida en el Real Zaragoza de la presente temporada. Todo arrancaba con una nueva derrota, esta vez a manos de un filial sevillista plagado de bajas pero también mucho más ambicioso que el cuadro zaragocista. Apenas acabado el partido en el Sánchez Pizjuán ya comenzaron los rumores de la falta de respaldo que el técnico tenía entre el equipo directivo de la entidad blanquilla. Cierto es que los resultados y, seamos sinceros, también el juego y las sensaciones de las últimas jornadas están dejando mucho que desear, pero no es menos cierto que el Real Zaragoza de la última década, sí con la nueva propiedad también, se ha convertido en un continuo baile de jugadores, entrenadores y directores deportivos: sin un proyecto que dure más allá de doce meses se hace prácticamente imposible conseguir el retorno a Primera división. Mucho deberían pensar los actuales dirigentes sobre ello antes de tomar cualquier decisión.
Pasando al tema deportivo, la enfermería sigue sin vaciarse; a los habituales Wilk, todavía sin recambio en la plantilla, Dongou y Cani, este último anunció su regreso para la semana próxima, se ha unido Isaac Carcelén con una rotura de fibras en el soleo. A Luis Milla últimamente se le hacen solas las convocatorias y apenas debe pensar en descartes, aunque sí se echa en falta una mayor flexibilidad a la hora de dar entrada a jugadores del Deportivo Aragón que, por puesto a ocupar y rendimiento ofrecido, merecen un lugar entre los 18 por delante de miembros de la primera plantilla. Anunciada ya la titularidad de José Enrique en el lateral izquierdo y sin competencia Fran Rodríguez en el derecho, la gran duda parece residir en conocer los acompañantes de Alberto Zapater en la medular; Erik Morán, Javi Ros y Alex Barrera luchan por dos puestos en el once inicial.
Con este panorama, el Elche aterriza en La Romareda sumido, igual que los locales, en una crisis de resultados. Los de Toril han conseguido sólo 4 de los últimos 18 puntos, son el equipo más goleado de la categoría y vienen de caer eliminados en Copa: todos los datos señalan hacia una victoria local pero, claro, los blanquillos están como están. A todo ello hay que unir el morbo de los regresos de Lolo, Pedro y Dorca, que no es poco.
En definitiva, un partido para salir de la crisis o para agravarla, para tener una semana de paz o para que el tsunami aumente y quién sabe lo que puede llevarse por delante. El domingo a la hora del vermut salimos de dudas y esperemos que sea con tres puntos más en la clasificación.
Por Peterpan
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