Real Zaragoza 2 – 0 CD Mirandés | Crónica

Real Zaragoza 2 – 0 CD Mirandés | Crónica

El Cielo ya no puede esperar

Hay jugadores que hacen historia y jugadas que pasan a la historia. En ambos casos Cani aparece como protagonista la tarde del domingo 13. Una tarde en la que un equipo, el Real Zaragoza, comenzó a abrir los ojos después de un largo y doloroso letargo al que había caído en las últimas semanas. No porque jugara un partido extraordinario, ni porque ofreciera a sus incondicionales señales de excelencia, pero sí porque mostró algunas dignas señales de vida.

Fue un choque deslucido en sus inicios, escaso de literatura y vacío de música. El Mirandés, el equipo extravagante pero inteligentemente dirigido por un técnico, Terrazas, que ha dado muestras a lo largo de estos años de inteligencia y sabiduría lateral, opuso una seria resistencia los primeros minutos. Planteó un choque obtuso y enmarañado que impidió que el juego local fluyera con armonía, pero eso no rompió el plan de Agné. El aragonés sabía lo que se iba a encontrar, había estudiado muy bien al rival y les había dado a los muchachos las herramientas adecuadas para no caer en la trampa castellana. Y lo consiguió.

Después de más de veinte minutos de batalla metálica, ni Ratón ni Sergio tuvieron que acometer ningún balón con peligro. Sería Edu García, muy ganado para la causa después de su simbólico gesto de Mallorca, quien se atrevería a disparar por primera vez y provocar una ocasión de gol que sería, al fin, la antesala del gol de Cabrera. Un Zaragoza muy ordenado, con ideas muy claras y con unos jugadores interpretando muy bien las consignas de su entrenador, supo encontrar la manera de batir al portero del Mirandés tras una jugada de estrategia. Otra vez. Un buen centro de Javi Ros lo remata Juan Muñoz provocando un rechace que recoge el charrúa para lograr así un gol muy celebrado.

Agné continuó marcando los tiempos y las decisiones de los suyos. A pesar de algún error como una falta de entendimiento entre Cabrera y Ratón que estuvo a punto de costarle un gol al equipo aragonés, los locales siguieron sujetando bien el encuentro. Zapater y Ros dominaban los tiempos y los espacios en el centro del campo, la defensa enseñaba su firmeza a los contrarios, con un José Enrique maduro y experto, y arriba…Bueno, arriba había tres jugadores que comenzaban a diseñar algunas acciones de calidad dignas de mejores empresas.

Y en esas estaba la noche cuando un contraataque muy bien llevado por Juan Muñoz pasó por las botas magistrales de Cani para acabar en Territorio Edu. Allí apareció el zaragozano, ávido de luz, henchido de orgullo blanquiazul y remató con finura y precisión, logrando un importante gol. El segundo de la tarde, el primero de su carrera como zaragocista. La Basílica respiró. Y aplaudió a los suyos, a los que se habían ido pero han vuelto para quedarse.

La segunda parte se esperaba con viento favorable a los blanquillos. Con un Mirandés roto en su disposición y con la urgencia en sus tacos, el Zaragoza supo manejar todas las variables. La defensa reforzó su propuesta, Zapater y Ros cosieron la medular y entonces emergió el talento de ese chico que asombró al mundo la primera vez que burló a un experto holandés en la banda de tribuna y todavía hoy enamora cuando con cada gesto consigue que el universo se detenga y gire sobre sí mismo. Cani recibió el aplauso de la luna, mareó al último satélite con sus acciones y logró que el espíritu de Lapetra cubriese de nuevo el cielo aragonés. Fue en el minuto 75 cuando desvió la órbita de los planetas con un gesto técnico que, de haber acabado en gol, nos obligaría ahora mismo a hablar de la jugada de la jornada.

Es un hecho que Cani solo no es el Real Zaragoza, pero sí lo es que el Real Zaragoza sin Cani es menos equipo. Cada gesto, cada carrera, cada golpeo, cada amago es una invitación al Fútbol. Quienes están a su alrededor saben que serán mejores y quienes lo adoran en la grada se mueren cuando la gloria que desprende cubre cada centímetro cuadrado del altar que los dioses le han preparado. Fue la noche de la magia, pero fue, sobre todo, la confirmación de que su corazón zaragocista late con la fuerza del amor que no se acaba. Vendrán partidos grises, errores que costarán puntos y tardes apagadas porque el fulgor de los dioses también se acaba, pero el mensaje que el zaragocismo recibió el domingo contiene la expresión de grandeza que solo quien ama puede construir. Y Rubén es, por encima de todas las cosas, uno de los nuestros.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Ratón; Fran, Marcelo Silva, Cabrera, José Enrique; Lanzarote (Álex Barrera, min.72), Zapater, Javi Ros, Edu García; Cani (Pombo, min.86) y Juan Muñoz (Xiscu, min.91).

CD Mirandés:

Sergio Pérez; Carlos Moreno, Fran Cruz, Auxtenetxe; Maikel, Alex Ortiz (Rúper, min.46), Hervías; Sangalli, Guarrotxena (Abdón, min.79), Bustos (Provencio, min.62); y Pedro.

Goles:
1-0. min.34. Cabrera; 2-0. min.43. Edu García.

Árbitro:
Medié Jiménez, del Comité Catalán. Amonestó con tarjeta amarilla a los visitantes Alex Ortiz y Fran Cruz.

Incidencias:
Partido correspondiente a la jornada 14 de LaLiga 123 disputado en La Romareda.

Puntuaciones

Ratón: 2.Tuvo poco trabajo, que solucionó bien con alguna duda.
Fran: 2. Tuvo momentos correctos y alguna que otra indecisión.
Silva: 3. Firme y sólido.
Cabrera: 3. Centrado y eficaz. Marcó un gol.
José Enrique: 4. La banda izquierda ya tiene un amo y un señor.
Zapater: 3. Muy equilibrado y coherente.
Javi Ros: 3. Dispuesto al trabajo y a la cooperación.
Lanzarote: 2. Algo apagado pero siempre propone su calidad.
Edu García: 4. Muy valioso en el trabajo y eficaz en el remate. Marcó un gol.
Cani: 5. Es la clave que sustenta esta catedral que se llama Real Zaragoza.
Juan Muños: 3. Trabajó fuera del área y participó en los dos goles.
Barrera: 2. Voluntarioso y cada vez más seguro de sí mismo.
Jorge Pombo: S.C.
Xiscu: S.C
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por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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