Si poco es suficiente La Basílica es sabia. Su césped ha acogido el brillo de centenares de jugadores mágicos. Cada uno de ellos ha hecho que tengamos un gusto especial por el fútbol inteligente, maduro, esculpido con cinceles de extrema belleza. Por
Palmeras en el corazón Magnífica victoria. No hay nada como un 0-3 en campo contrario para despejar los nubarrones y acariciar el aroma de la calma tan necesaria para el zaragocismo. Tres goles como tres soles que cumplieron la función salvífic
Negra tengo el alma El partido que ayer disputó el Real Zaragoza pasará a los anales de la historia. Por vergüenza, por dolor, por humillación. Por abismo, por acantilado, por fosa abisal. Si el zaragocismo mira hacia abajo comprueba que bajo sus pies
Sí, es una mierda Sí, José Enrique: es una mierda. Es una mierda sentir tu estómago doblarse de dolor cada vez que el equipo te abofetea con su indolencia, cada vez que te avergüenza con su torpeza. Es una mierda comprobar que el entrenador no tiene
El Moncayo miró al Este Voy a ser incorrecto. Muy incorrecto. El partido que ayer jugó el Real Zaragoza no fue mejor que el que disputó el pasado domingo ante el Nàstic. Sin embargo, anoche logró una victoria holgada y hace siete días la derrota nos
Pitidos de UCI Ganar para no meternos en mayores problemas. Esa era la única premisa que Agné había transmitido a sus pupilos antes de recibir al Gimnástic de Tarragona. El conjunto catalán, en descenso desde inicio de campaña, visitaba el feudo zar
El acantilado de la indiferencia Cuando el codo de David Navarro impactó en el rostro de Sapunaru aquella mañana de domingo, el zaragocismo se conjuró contra el duro defensa valenciano. Le deseamos el peor de los males futbolísticos y nos quedamos con
Torpeza letal Bien, ya vemos de qué va esto. Se trata de tener un portero que resuelva las ocasiones de gol del contrario, sin necesidad de que detenga lo imposible. De contar con una defensa que evite situaciones de riesgo sin complicarse la vida. De te
Dreaming in the rain Y bajo el agua bendita del prepirineo se produjo el milagro. Hace una semana nadie podía imaginarse que el partido de ayer resultase ser una espoleta que activase el zaragocismo más profundo, pero así fue. Así es el fútbol, así
Paisaje sin horizonte Un grito desgarrado cubrió la cúpula de la Basílica cuando el balón atravesó la meta de Irureta a poco más de un minuto del final del partido. Era el grito de la desolación, de la incredulidad, de la confirmación de que la