Virtuoso con los pies y las manos

Por Raúl Garcés Redondo

La entrada fue terrorífica. Mientras el jugador se retorcía de dolor sobre el césped, aún se podían apreciar los tacos marcados en su rodilla maltrecha. Desde las gradas de la vieja Romareda los aficionados se movían entre la indignación y la incredulidad. ¡No le ha sacado tarjeta roja! Era el culmen a una labor arbitral sin duda bochornosa. El trencilla acumulaba error tras error, todos en una misma dirección, la de perjudicar al conjunto zaragocista. Hasta los comentaristas de las emisoras nacionales, poco dados a la objetividad cuando se trataba del Barça o del Madrid, terminaron por reconocer lo injusto de estas decisiones. La camilla móvil  hizo acto de presencia sobre el verde para trasladar al jugador que por la pinta de la lesión, iría directo al hospital. En este tipo de situaciones, el lesionado es atendido en una clínica privada capaz de ofrecerle todo tipo de comodidades. Pero en esta ocasión,  mientras era examinado en la banda por el médico del club, el delantero blanquillo hizo una petición inusual: ¡Llévenme al Clínico! Y por más que trataran de hacerle cambiar de parecer fue del todo inútil dejando bien claro con su cabezonería que se trataba de un jugador de la tierra. Puestos a elegir un hospital público no pidió el Miguel Servet que se encuentra junto al estadio y desde cuyas ventanas se podía disfrutar de los partidos de fútbol. Ni tampoco el cercano Hospital militar aunque el estado de aquella pierna bien parecía propio de una herida de guerra. Pidió el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Y mientras era conducido de urgencia al quirófano, mantenía aferraba con fuerza su mano a la de su padre, aquel que le trasmitiera desde niño su pasión por el equipo del león con historias de Magníficos, de Zaraguayos… pero también de antiguos campos como el que se levantaba al otro lado del río, en el arrabal, y de goles memorables como aquel contra el Fútbol Club Barcelona realizado por un estudiante de cirugía, enfundado en su camisa rojo tomate y de nombre Ricardo, Ricardo Lozano Blesa.