El Real Zaragoza ama París ¡Desde 1927!

Los amables lectores que siguen este humilde coleccionable, y a quienes no puedo sino agradecer su fidelidad, recordarán que en el anterior capítulo valoramos sendas gestas heroicas que implicaron la consecución de dos campeonatos continentales para nuestro equipo, con especial incidencia en los vividos goles de Esnaider y Nayim que el 10 de mayo de 1995 supusieron la obtención en el parisino Parc des Princes de la futbolística Recopa de Europa.

En el presente capítulo no puedo evitar hacerme eco de otro histórico evento que sino reúne el carácter de gesta al menos cal calificar de heroico, pues un lustro antes de que se produjera la fusión / absorción entre el “avispa” (camiseta guadinegra) Iberia y el Zaragoza “Tomate” (elástica roja), como muestra de que este último ya levantaba pasiones y arrastraba aficiones, se organizó un viaje a Paris con el objeto de disputar sendos partidos amistosos que enfrentara al Real Zaragoza C.D. contra un par de clubes futbolísticos de la Ciudad Luz, el Stade Français y el el Red Star Olimpic. Así pues cinco años antes de la fundación oficial del actual club (por desgracia Sad) el Real Zaragoza ya disputaba partidos internacionales, lo que confirma mi romántica tesis de que su antigüedad no debería contar desde el año 32. De hecho y como ya he comentado en más de una ocasión, yo ya celebré el centenario el reciente 2013 coincidiendo con el siglo transcurrido desde el nacimiento de la Gimnástica de Zaragoza, equipo del que surgió la S.D. Iberia, club fundador de la liga española y que realizó otros viajes similares, siendo Francia el principal de sus destinos, por ejemplo uno realizado a su costa suroccidental, aunque el seis veces campeón galo Girondins no se convertiría en el club actual hasta julio del 36 cuando se fusionó forzado por orden de la Federación Nacional la sección de fútbol de la Sociedad de Gimnasia y de Tiro des Girondins con el Burdeos FC.

El “Gran viaje deportivo turista a París del real Zaragoza (Club Deportivo) de 2 al 5 de septiembre de 1927”, es según narra el ejemplar historiador Pedro Ciria, uno de los ejemplos más paradigmáticos de los grandes eventos extradeportivos que organizaban los clubesen esos tiempos tan lejanos, uno pues de los muchos que se llevan a cabo, eso sí marcado por su carácter internacional, poco usual por aquel entonces, pero la información existente es muy amplia, permitiendo un exhaustivo seguimiento, ya que un grupo de aficionados al deporte y a los libros antiguos, compuesto por José Antonio Labordeta, Luis Alegre, Rafael Artal, José Luis Gavín, Víctor Juan, Vicente Martínez, Eduardo y Diego Martínez de Pisón, Francisco José Lerma, Antonio Pérez, Fernando Sanmartín y José María Serrano Sanz, encabezado por mi admirado camarada y exconsejero zaragozista Pepe Melero, editó en 2010 un facsímil de apenas trescientos ejemplares de un delicioso documento que el propio Serrano, economista que comparte su pasión por la investigación y la edición con su amor al Zaragoza conservaba en su biblioteca, tras haberlo adquirido en una tienda de antigüedades, adjuntando para esa edición todos los materiales relacionados con el viaje, desde el programa de expedición hasta la cartulina de invitación a uno de los bailes de la gala y que fue entregado a los más antiguos forofos zaragozistas conocidos, a mí por desgracia no me llegó, pero no reblo en afirmar que por su fecha de impresión, el documento original rompe el record del libro editado en 1940 por Miguel Gay “Historia del Zaragoza Fútbol Club” que pasaba por ser el impreso más antiguo que se conocía sobre el Zaragoza.
Tan original expedición contó con un apoyo económico y empresarial muy potente, reflejo de las personas que estaban detrás del club deportivo; La cámara de Comercio, L’Auto, Match, Paris-Madrid, L’Intransigeant, Casa de España en París, Casino Español, Heraldo de Aragón, Agencia de Turismo Internacional, Bar Royalty, Casa Polo, Fotografía Coyne, Vicente Álvarez Correduría de Fincas, Pescados Ángel Roba, Instituto Amado, Fábrica Vicente Martín, Compañía de Seguros La Catalana, Talleres Tipográficos José Piudo, Chocolates Orús, Hotel Universo y Cuatro Naciones, Hotel el Sol, Bar la Maravilla, Casa Abdón, La Esmeralda, Gran Hotel Continental o Galletas Parra fueron algunos de los patrocinadores de un viaje en el que se trascendía lo deportivo, puesto que la excursión tuvo un carácter francamente patriótico, que sirvió sin duda para estrechar más si cabe las buenas relaciones existentes entre dos naciones latinas y en su financiación, además de las empresas mencionadas participó también el embajador de España en París.

La comisión del Real Zaragoza que organizó la excursión ofertó nada más que cuatrocientas plazas y, habiendo concretado dos partidos amistosos con el Red Star Olimpique y el Stade Français para los días 3 y 4 de septiembre (aunque finalmente sólo de disputará uno) adornó el trayecto con un sinfín de actividades. Los precios fueron bastante altos para la época, oscilando entre 180 y 450 pesetas dependiendo de la clase en que se viaje, pero incluyeron alojamientos, algunas comidas y traslados. Finalmente, la organización tuvo un enorme éxito y al título de Gran Viaje … se le añadió “con 400 turistas españoles, Comisión del Ayuntamiento, Cámara de Comercio y Sindicato de Iniciativas de Zaragoza”, lo que da idea tanto de la entidad alcanzada por el evento como por la de sus componentes. No en vano, y atendiendo al programa establecido tuvo prevista la llegada del “tren especial a París, con los excursionistas, hacia las ocho de la mañana en la estación de Quai d’Orsay, Recepción de las comisiones. Una caravana de lujosos autocares se formó con los excursionistas y con autos particulares. Figuraron algunos a disposición de la prensa con la mención Journalistes y otros para las comisiones con mención Invités. Se recorrieron los grandes boulevares, desfilando hasta la Plaza de la República”. El punto central del viaje fue sin duda el partido de fútbol del día 4 de septiembre entre el Real Zaragoza y Stade Français, pero además, hubo diferentes visitas turísticas y, como acto verdaderamente central, una cena y baile de gala, a 75 francos el cubierto, organizado por la Comisión de Fiestas del Centro Español de París.

Heraldo de Aragón, diario patrocinador del viaje confirmó en su edición diaria que la expedición salió de la estación del Arrabal el día uno en un tren especial y llegó a la capital del Sena a las diez de la mañana del día siguiente, tras varias paradas en Irún y Hendaya, y comidas “en cestas frías”. Hizo una visita al Arco del Triunfo “para depositar flores y coronas en la ‘Tumba del soldado desconocido”. Los 400 seguidores estuvieron en el Louvre, oyeron una conferencia, escucharon jota y vieron bailar a Paquita Pagán, y fueron objeto de un banquete. E incluso visitaron la redacción de ‘L’auto’ y ‘L’intransigeant’ y “desde la Torre Eiffel se dieron diariamente varios partes radiados para que en España sepan constantemente la marcha e incidentes de la excursión”.

Valgan pues estas modestas líneas para recordar que esos aficionados del equipo ya intentaron conquistar París. Como dice otro querido y admirado amigo y compañero, el imprescindible Antón Castro; La pasión por el fútbol empieza por lo pequeño, por lo cercano: el Real Zaragoza siempre ha tenido aficionados, sueños, y ha mirado al mundo, como el mundo miró al Real Zaragoza hace ahora quince años cuando Mohamed Ali Amar, ‘el elegido’, marcó aquel gol inolvidable.

La conclusión es pues bien clara, a pesar de que el Stade Français ya solo tenga equipo de rugby y que el Red Star fundado en 1897 por Jules Rimet actualmente se halle anclado en la tercera categoría del fútbol galo, mucho antes de su fundación oficial, Zaragoza ya contaba con un importante equipo de fútbol que, acompañado de su afición, incluso viajaba al extranjero y si Agapito y sus secuaces no acaban con él… Volveremos a Europa. Continuará…

Ánchel Cortés.
Productor y Académico de Televisión
Abonado del Real Zaragoza nº 1.625.