Viento en popa a toda vela | La Lupa

• Listado La Lupa, La Lupa 2017-18

CA Osasuna 1-2 Real Zaragoza

Viento en popa a toda vela navegaba aquel velero bergantín, aquel bajel pirata al que llamaban, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. Esa descripción y esos sueños nos regaló José de Espronceda en su inmortal poema “La canción del Pirata”, composición cumbre del romanticismo español, una obra tan sencilla como emblemática, tan evocadora como hermosa, con una métrica irregular y una polimetría que le confieren un ritmo y musicalidad capaz de atrapar a cualquiera. En ella se exalta a un pirata como ejemplo de personalidad que vive al margen de la sociedad despreciando las convenciones y los bienes materiales y cuyo máximo ideal es la libertad.

Así también navega nuestro Real Zaragoza, con el viento a favor, con la frente hacia arriba, mirando al horizonte infinito, con un deseo de dejar atrás cadenas e infortunios, relegando pesadumbres y cargas materiales. Y sin temor, que ni enemigo navío, ni tormenta, ni bonanza, su rumbo a torcer alcanzan. Asestando entretanto, como buen pirata, golpes de mano en efecto, presas de puntos haciendo y pendones de equipos contrarios inclinando. Ayer fueron otros. Hoy fue Osasuna.

En el bienaventurado periplo en que se ha convertido esta segunda vuelta, el equipo se ha ido enfrentando a rivales que estaban por encima en la clasificación, y los ha ido superando. Tenerife, después Lugo y Oviedo, un Numancia que en su casa parecía intratable. Ahora venía una piedra de toque aún mayor si cabe. Un enfrentamiento con matices especiales de rivalidad que vienen de antes. Y con ese empaque apareció sobre el campo Osasuna, llevando la manija del partido con intensidad, acercándose al área blanquilla una y otra vez. Los zaragocistas, a pesar de no mostrar claramente sus armas en toda la primera parte, no daban la impresión desmadejada de un equipo asediado. En ello tuvo mucho, o casi todo que decir, la figura del portero Cristian. No es la primera vez que hace una gran actuación, pero esta será recordada largamente. Paradas de todos los colores, en corto, en largo, en dos tiempos, etc…, y una templanza y control del ritmo de partido, excepcional.

Un buen portero distribuye confianza entre sus hombres, y eso se nota. Sin embargo, tampoco era cosa de fiarlo todo a un cerrojo suicida. No funcionaba el centro del campo. Fran Mérida y Borja Lasso mostraban las virtudes y calidad que de antemano se les suponían.  Eguaras, aunque se permitiese en una ocasión el lujo de sortear en plan Pirlo a tres rivales, lo cierto es que no carburaba como otras veces. Al filo del descanso el entrenador decidió cambiar a Febas por Buff. En la segunda parte, aunque los navarros continuaron con su actitud ofensiva, algo cambió en el tono del partido.

La teoría de la manta corta dice que si te abrigas la cabeza, quedan los pies al descubierto y viceversa. Un Osasuna volcado en la meta contraria, llevado por el afán de agradar a su parroquia, no alcanzó a percibir el peligro que la magia de Buff guardaba para ellos. Suyo fue el pase a Benito, quien a su vez dio a Borja un balón a la postre decisivo. Algo parecido sucedió más tarde con un renacido Toquero, quien le volvió a dar a Borja el pase preciso para que éste marcase de nuevo. Victoria en Pamplona, éxtasis completo. Aquella tarde de trueno al son violento y del viento al rebramar, dormimos los zaragocistas sosegados y arrullados por el mar.

Hay quien dirá que no fue una victoria merecida, hay quien hablará del arbitraje. Hay quien dirá que sufrimos un baño táctico en la primera parte. Poco se podría objetar. Pero fue una victoria, y es la sexta consecutiva. Algo se está haciendo bien cuando se ganan partidos hasta sin aparentemente merecerlo. Un gran portero y unos mediapuntas y delantero enchufados fueron hoy nuestro bagaje, pero tenemos más. El Real Zaragoza no solo gana, también nos regala de vez en cuando un futbol alegre trufado con hermosas jugadas. Pero por encima de todo, nos ofrece una esperanza que antes no teníamos, y una oportunidad para soñar con la libertad.

Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar.

Por Ron Peter.