Real Zaragoza 2 – 2 Dep. Alavés | Crónica

Real Zaragoza 2 – 2 Dep. Alavés | Crónica

Dentellada al futuro

No hay manera. No hay forma de acabar un partido sin saborear el corazón en la boca. No hay modo de coser los encuentros y cerrar los compromisos con solvencia. Y lo peor es que si ayer nos dice alguien en el descanso que con un cómodo 2-0 íbamos a sufrir lo que sufrimos después, casi todos habríamos aceptado la posibilidad. Porque este Real Zaragoza confirmó ayer que es un equipo pusilánime, blando, justo en lo físico y aterrorizado mentalmente. Aunque sepa jugar al fútbol. Aunque sus jugadores, cuando están frescos, nos muestren argumentos para confiar. Es igual. El paso de los minutos acaba devorando cualquier trabajo bien hecho. Como ayer.

No hay manera. No hay forma de acabar un partido sin saborear el corazón en la boca. No hay modo de coser los encuentros y cerrar los compromisos con solvencia. Y lo peor es que si ayer nos dice alguien en el descanso que con un cómodo 2-0 íbamos a sufrir lo que sufrimos después, casi todos habríamos aceptado la posibilidad. Porque este Real Zaragoza confirmó ayer que es un equipo pusilánime, blando, justo en lo físico y aterrorizado mentalmente. Aunque sepa jugar al fútbol. Aunque sus jugadores, cuando están frescos, nos muestren argumentos para confiar. Es igual. El paso de los minutos acaba devorando cualquier trabajo bien hecho. Como ayer.

Los chicos de Herrera firmaron una buena primera parte. Desde el minuto uno le imprimeron al juego un ritmo y una intención muy interesantes, manejando el balón, combinando, buscando la verticalidad y, al mismo tiempo, manejando con inteligencia los tiempos gracias a Acevedo y Barkero. Ambos se convirtieron en dos ajustados comandantes que gobernaban el partido y propiciaban que Víctor y Henríquez tejiesen una buena propuesta de ataque. A ellos se sumaba Roger, que nos enseñó que sabe jugar entre líneas y cuya movilidad desconcertaba a los alaveses en cada balón que jugaba.

Las ocasiones se sucedían y a los quince minutos el equipo ya había disfrutado de varios momentos favorables. Sería, sin embargo, a los 19 cuando Henríquez disfrutaría del mejor, solo ante Goitia tras un buen pase de Paredes. No fue, pero se respiraba una atmósfera de éxito. El Alavés no encontraba su sitio y los aragoneses masticaban el balón preparando su primer gol. Este llegaría en el 35, cuando Henriquez asistió a Roger para que el valenciano e escapara de Jarosik y se la cruzara al portero vitoriano. Pero la cosa no quedó ahí. A los dos minutos un nuevo acoso zaragocista dio sus frutos y Barkero aprovechó un error defensivo para lograr el segundo. Era lógico que si el río roza las riberas con gallardía estas acaben por modelar el gesto de su cara.

La primera parte había sido buena y el equipo sabía lo que tenía que hacer. Con el balón en sus pies el partido era suyo y ese era el camino a seguir. Sin embargo, el infierno nos abrió las puertas en el minuto 48. Fue el momento en que, tras un buen disparo de Roger, la Maquinaria del Pánico se activó y a los jugadores blanquillos se les arrugó el alma. Agacharon la mirada, cerraron la puerta que daba acceso a la Avenida de la Valentía y le regalaron el partido a los incrédulos alaveses. Que comenzaron a jugar al fútbol. No mucho, para no desgastar, pero suficiente para acobardar a los parroquianos de la Basílica, que, sin saber muy bien qué estaba pasando, comenzamos a percibir el aroma del desastre.

Y así, en el minuto 53 el Alavés tejió una jugadita de esas de rondo de amigotes y nos metió el primer gol. En directo pareción una risa pero es que luego, vista en televisión, la carcajada se oye en Albarracín. La pasividad y ausencia física y mental de la cobertura local es manifiesta y eso aún preocupó más a la afición. La agonía física de Acevedo hizo pensar que Movilla entraría por él, pero el elegido fue Roger, con lo que Herrera desactivó todas las posibilidades de gobierno del partido. Le dio todas las herramientas al Alavés y el equipo vasco hizo con ellas lo que correspondía: asustarnos.

Con Henríquez descabalgado del grupo y el centro del campo emarañado con tres jugadores que no pudieron interpretar la peregrina idea del entrenador, el partido nos dio la espalda. O se la dio el equipo al partido. Los cambios, Ortí por Víctor y Cidoncha por un extinguido Acevedo, acabaron de desorientar al equipo. Sólo Cortés, en buena jugada mal resuelta, y Ortí pudieron haber logrado el tercero, pero con lejanas posibilidades de éxito. Era cuestión de tiempo que se completase la tragedia. Y llegó en forma de penalty de esos de restregarte los ojos. Un balón mortecino y beige que llega al área pequeña tras pasearse entre los fláccidos músculos de los centrales va a parar al área pequeña. Cortés pasaba por alli, tropieza con Toti o Toti con él o ninguno con ninguno o no sé. Pero penalty.

La desesperación nubló la noche zaragocista. Fue un amargo final para una afición que, desolada, abandonó el estadio haciéndose mil preguntas y encontrando una única respuesta: este equipo necesita un motivador, un generador de ánimo, un constructor de voluntad. Este equipo tiene el alma deshilachada y el músculo triturado por el miedo. Este equipo tiene lo que menos necesita ahora: temor a la vida. 

Ficha Técnica

Real Zaragoza:

Leo Franco; David Cortés, Álvaro, Paredes, Abraham; Acevedo (Cidoncha, min.67), José Mari; Roger (Movilla, min.59), Víctor (Ortí, min.72), Barkero; y Henríquez.

Alavés:

Goitia; Rubio, Jarosik, Alex Ortíz, Nano; Jaume, Beobide (Serrano, min.85); Guzmán (Quiroga, min.78), Toti, Juanma (Sánchez, min.70); y Viguera.

Goles:

1-0. Min.36, Roger; 2-0. Min.38, Barkero; 2-1. Min.53, Viguera; 2-2. Min.92, Viguera (p).

Árbitro:

Trujillo Suárez. Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Roger, Abraham y Movilla, y expulsó por roja directa a David Cortés; y por el Deportivo Alavés a Guzmán y Viguera.

Incidencias:

Partido correspondiente a la undécima jornada de la Liga Adelante disputado en La Romareda ante unos 8.000 aficionados y retransmitido por LaSexta.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Leo Franco: 3. De nuevo un bun partido del argentino. Poco trabajo pero muy bien resuelto.
Cortés: 2. Luchador e irregular. Hizo cosas muy buenas y cometió errores tanto en defensa como en ataque.
Álvaro: 1. Dio un paso atrás y se confundió con la delgadez defensiva.
Paredes: 1. En la parcela defensiva no nos ofrece seguridad. Es inestable en el corte y poco fiable en el control.
Abraham: 1. No acabó casi nada de lo que empezó.
José Mari: 2. Buen trabajo, tanto en cobertura como en el primer pase de salida del balon.
Acevedo: 2. Bien en la primera parte, cuando su físico estaba intacto. El balón era suyo y daba los primeros toques a cada jugada. En la segunda se ayó físicamente y el equipo salio perjudicado.
Roger: 2. Activo, rápido y eficaz. Buen partido en el que demostró que tiene argumentos.
Víctor: 2. Menos protagonista debido al duro marcaje que le regalaron los del norte, pero ofreció su calidad entre líneas.
Barkero: 3. Ha ganado frescura y nos regala buenos pases, jugadas inteligentes y calidad.
Henríquez: 3. Se lo peleó todo. Fue un tromento para los contrarios. Le faltó el gol y acabó de Robinson.
Movilla: 1. Se enredó en la agonía física del equipo. Demasiado espacio que cubrir y pocos balones que acariciar.
Ortí: 1. Debe ser más atrevido. Las dos veces que cogió el balón creó peligro, pero debe despreciar esa timidez que le atenaza.
Cidoncha: 0. El chico vive en la desorientación. Los balones que jugó fueron un modelo de barullo.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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