Levante UD 2 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Levante UD 2 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Luz que se escapa

Un proyectil en forma de chut destrozó en la tarde del sábado la ilusión del zaragocismo cuando más motivos había para disfrutarla. Un balón rectilíneo y embadurnado de un veneno letal destruyó la obra construida por el equipo de Víctor Fernández a base de audacia y capacidad de análisis. Un balón, sí. Ese artefacto del que ayer sí supo hacer buen uso el Zaragoza aun cuando inició el partido con una actitud hierática que propició que el Levante se adelantase en el minuto 3, un hecho siempre peligroso que en otras ocasiones habría destruido al equipo pero que ayer no fue suficiente. No, al menos, hasta el minuto 86.

Víctor no movió la alineación, aunque sí modificó la disposición de los suyos. Un ligero movimiento llevó a Azón a una posición más lateral, ubicando a Bakis en un frente mucho más amplio y basculando al centro del campo con el fin, sobre todo, de liberar a Marc Aguado de viejos corsés. La idea era atractiva pero el gol de Brugué a la salida de un córner raro, porque se sacó desde la esquina equivocada, alteró el plan. Le costó un poco al equipo aragonés retomar el pulso del partido. Enfrente había un grupo rápido y vertical que se sabe muy bien la lección y al que le gusta correr y romper líneas. Y eso, cuando el oponente es el Zaragoza actual, es un caramelo que difícilmente puede rechazar nadie.   

Los defensas blanquillos tuvieron que emplearse al límite de su capacidad. Tanto Jair como Francés ejercieron de contundentes stoppers ante las sucesivas oleadas protagonizadas por los atacantes granotas, sobre todo Fabricio. Todo era fruto de una lánguida conexión entre los ejes del equipo, en demasiadas ocasiones alargados y alejados de ser una maquinaria compacta. La foto del partido nos mostraba un paisaje pixelado en el que no había rasgo definido sino juego desenfocado y con poco contraste. Sin embargo el fútbol es un juego en el que aunque no haya leña puede existir llama. Eso debió pensar Toni Moya cuando le llegó un balón lateral girando sobre sí mismo. Todo nació con una magnífica ruptura de Valera, quien centró para que el despeje de la defensa blaugrana llegase a Toni recibiendo de Mesa. Su cuerpo se tensó, levantó la mirada como quien atisba la llegada de la mañana y elevó el gol a la categoría de obra de arte.

Resucitó el Real Zaragoza y partir de ahí, una vez recuperado el pulso y normalizados los latidos del corazón, el choque dibujó una versión muy aproximada de lo que algunos recordamos que es el fútbol de verdad. Es cierto que muy pocos entrenadores comprarían un partido con esos argumentos, pero quienes amamos el fútbol y soñamos con un Zaragoza grande abrazamos sin reparos esta apuesta.

Fabricio y los suyos aceptaron el reto y así, tanto valencianos como aragoneses se dispusieron al combate. En este escenario estaba más fino el equipo del valle pero quien llevaba más peligro era el Levante. Francés remató y también lo hizo Azón, aunque con mucha inocencia. Por el contrario, García y Martínez trataron de incordiar a Badía, así mismo sin éxito, como lo hizo Fabricio, que acabó rematando al lateral de la red un balón regalado por Mesa.

Tras el paso por la caseta el Zaragoza se animó a tutear al rival. Y en medio de ese fragor inicial apareció Bakis, quien poco a poco va renunciando al anonimato y se aplica en tareas de protagonista. Lo hizo en el minuto 57, cuando recibió un balón de Mesa de taconazo preciosista y enganchó un potente chut que Andrés Fernández rechazó con una buena estirada. El choque olía más a ranillas del Ebro que a granotas (rana, en valenciano) del Tùria, pero eso no era suficiente. Una falta al borde del área ejecutada por Mesa tampoco llegó a destino.

Había intercambio de golpes, sí, pero el Zaragoza transmitía mejores sensaciones. Ya hemos hablado de la presencia de Bakis, cada minuto más evidente, y otra prueba de su crecimiento fue la jugada que bordó con hilo de plata por la banda izquierda. Se llevó el balón con un toque exquisito y se lo acomodó para trenzar una carrera que le llevó hasta el área. Allí vio a Mesa y le regaló el cuero para que el canario rematase. Su disparo le salió romo, pero la acción despertó la ilusión de la afición presente en el Ciutat. Para no decepcionar, de nuevo Bakis y ahora también Mouriño intentaron el chut largo, por aquello de olvidar viejos cánticos irónicos.

Entraron Liso primero y Grau después. La presencia del zagal fue aire fresco en esa banda y en seguida se vio que era una buena posibilidad que se abría. Su disparo muy bien intencionado lo interceptó Dela, otro destello de posibilidades en la tarde. Por su parte, la presencia de Grau en lugar de Mesa atenazó un tanto al equipo, arrugando el acordeón que hasta entonces había funcionado con viento a favor. Nunca lo sabremos, pero quizás ese cambio fue la llave que permitió a Dela, el mismo que había evitado el tanto de Liso, que marcase el que puede ser el gol de la temporada.

El Levante manejaba la bola con instinto de partido de balonmano y en una de esas circulaciones le llegó al central. Avanzó por la línea de tres cuartos, en posición de interior, y desde treinta metros le gritó “¡Fuego!” al cielo de Orriols. Lo que nació de sus botas fue un tiro potente, colocado y preciso que entró en la portería de Badía por la rendija de la escuadra. Nada que objetar. En todo caso, maldecir a los dioses que permitieron que el fútbol aniquilase inmisericorde la esperanza del zaragocismo de lograr un punto.

Fue una tarde agridulce, estéril en la recompensa aunque fértil en el orgullo como equipo. Lástima que el futuro dependa más de la prosa de los resultados que de la poesía del trabajo bien hecho, porque el peligro sigue acariciando los corazones zaragocistas y no hay argumento que nos permita llevarle la contraria a Víctor cuando dice que “esto va a ser largo y duro”. El domingo, el Zaragoza jugará de nuevo “el partido más importante de la temporada”.

Ficha técnica

Levante UD:
Andrés Fernández; Andrés García, Dela, Maras, Álex Muñoz; Algobia, Pablo Martínez (Giorgi Kochorashvili, 76); Rober Ibáñez (Iván Romero, 68), Brugué; Sergio Lozano (Carlos Álvarez, 76) y Fabricio (Dani Gómez, 58).

Real Zaragoza:
Badía; Mouriño (Gámez, 89), Francés, Jair Amador, Lecoeuche; Toni Moya, Aguado (Manu Vallejo, 89); Valera, Maikel Mesa (Jaume Grau, 86); Azón (Liso, 76) y Bakis.

Goles:
1-0, min. 2: Brugué. 1-1, min 19: Toni Moya. 2-1, min. 86: Dela.

Árbitro:
Guzmán Mansilla (Comité de Andalucía). Mostró amarillas a Mouriño (14’), Fabricio (44’), Marc Aguado (54’), Maikel Mesa (69’), Sergio Lozano (69’).

Incidencias:
Partido de la Jornada 34 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en el estadio Ciutat de Valencia, con 16.500 espectadores.

Puntuaciones

Badía: 2. Aunque los goles fueron imparables, estuvo discreto.
Mouriño: 1. Perdió muchos duelos y se mostró desubicado.
Jair: 4. Muy bien en los cortes y muy decidido.
Francés: 5. Impecable. Hizo un grandísimo partido.
Lecoeuche: 3. Trabajó bien en defensa. Casi no subió.
Marc Aguado: 4. Muy activo y perfectamente identificado con el partido.
Toni Moya: 4. Presente y protagonista en la circulación. Marcó un golazo.
Valera: 3. Atrevido y eficaz en el desmarque. Ha gando en fe y seguridad.
Mesa: 3. Tuvo llegada y evitó rebozar sus acciones. Más limpio y nítido.
Bakis: 3. Fue un delantero potente y bienintencionado.
Azón: 2. Fuera de lugar, acabó deshecho por su esfuerzo.
Liso: 2. Buen partido. Activo y agitador.
Grau: S. C.
Gámez: S. C.
Manu Vallejo: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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