Abandona la esperanza si entras aquí | La Lupa

Tenerife 1 – 1 Real Zaragoza

Cuando Dante, en su Divina Comedia, atraviesa la puerta del Infierno, observa una inscripción que finaliza con “…abandona la esperanza si entras aquí”. Tras lo observado en los últimos partidos y lo sucedido institucionalmente en las últimas semanas, sería una buena inscripción para figurar en cada una de las entradas a la Romareda, puesto que poca esperanza puede quedar ya a cualquier aficionado blanquillo.

El castillo de naipes que se edificó tras las victorias, algunas afortunadas, ante Sporting, Alcorcón y Mirandés, y el empate con cierto brillo ante el Hércules, se ha desmoronado completamente con el primer viento que ha pasado. Las dos actuaciones vergonzantes ante Barça B y Lugo se vieron refrendadas con otro partido indigno en Tenerife, por mucho que se tuviera la enorme fortuna de cazar un escuálido punto en un error del portero local. El equipo cada vez juega peor, cada vez tiene menos soluciones y se agarra a la inspiración de su portero para salvar algo en cada jornada. Paco Herrera persiste una y otra vez en alinear a exfutbolistas como Luis García (que está para los partidos de veteranos del Español), a jugadores totalmente fuera de forma como Paglialunga y a jugadores sobrepasados por las circunstancias, como pueden ser Cidoncha o Rico. En cambio, mantiene en el banquillo a gente como Tarsi, Henriquez o Suárez, que subieron el nivel del equipo con su salida. Por si fuera poco tanto desatino, el entrenador zaragocista se despacha con declaraciones extrañas y sorprendentes, donde amaga pero no da, culpa al empedrado o se empeña en ver cosas que solamente él percibe. Da síntomas de agotamiento, obcecación y desesperanza.

Mientras, en la parte noble, seguimos con la chirigota como si se estuviera en los carnavales de Cádiz. Esta semana hemos visto publicadas noticias acerca de que no se pagará la ficha hasta final de temporada (en el mejor de los casos) o hasta noviembre, que unilateralmente no se le pagará la nómina a varios empleados, que se decide acabar con el contrato del médico de la primera plantilla y que la cúpula de la Directiva decide no viajar con el equipo a Tenerife. Todo lo anterior significaría un escándalo en cualquier otro lugar, pero aquí empezamos a estar amargamente acostumbrados. El hecho de que ninguno de los tres directivos llegados este año viajara a Tenerife deja clara la desconexión total entre planta noble y primer equipo. Esta desconexión es imposible que no se refleje en el césped, y es una muestra clara de que la entidad está en un terrible proceso de descomposición.

Ante este panorama, resulta complicadísimo encontrar ningún motivo para la esperanza. E incluso en el caso de encontrarlo, ya se encargará la realidad (o la planta noble del club) de fagocitarlo, de atraerlo hacia el agujero negro que ahora mismo es el Real Zaragoza. Quizá la única alternativa para recuperar la esperanza deportiva sería empezar a ver a Tarsi, Suárez, Henriquez y algún otro joven más del filial en el primer equipo. Nada garantizaría el éxito deportivo, pero al menos veríamos a jugadores con ilusión, con hambre, con esperanza.

Pero lo que realmente otorgaría nueva esperanza a la sufrida afición blanquilla sería la venta por parte del máximo accionista y la dimisión en bloque de la Directiva que nos ha llevado a esta situación. Mientras esto no suceda, para cualquier zaragocista entrar en la Romareda seguirá suponiendo abandonar toda esperanza.

Por Kicooper

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