Buscando el sonido perdido | La Lupa

Alavés 2 – 2 Real Zaragoza

El Real Zaragoza recuerda mucho en estos días a una vieja banda de rock en decadencia. Todavía guarda el nombre de los tiempos de gloria, y todos recuerdan sus grandes éxitos, pero ahora mismo es una trágica parodia de lo que alguna vez fue. Entre managers desalmados, malas compañías, discos cada vez peores y cambios de formación hasta no quedar casi ni un miembro fundador, lo que un día fue sublime y cautivador es ahora triste y vacío.

Víctor Muñoz, un viejo miembro de la banda en su último hit, ha acudido en su rescate, a tratar de salvar esta gira con cada vez menos gente en las actuaciones y con tremenda amenaza de disolución de la banda al final. Pero el trabajo es ingente para recuperar al menos la presencia en el escenario, para recuperar el sonido perdido.

El bolo de Mendizorroza venía con mala pinta. La semana previa había sido otra retahíla de escándalos e incendios, que en lugar de apagarse se avivan, lo que no hacía presagiar nada bueno. Se corría el riesgo que el efecto de la llegada de Muñoz se apagara, si la banda no empezaba a sonar mejor. Y no pudo empezar peor, con un petardazo en el ampli en forma de gol de falta a los cuatro minutos. Una barrera muy mal colocada y un portero indeciso facilitaron el gol alavesista.

Desde entonces, la banda sí sonó algo mejor, al menos de manera aseada. Se controló algo más el juego que otras semanas y se creó algo de peligro, aprovechando una situación de pillos para empatar. Primera vez este año que al Real Zaragoza se le ve una jugada de este estilo. El inicio de la segunda parte trajo el gol de suerte de Montañés. La situación no podía ser mejor para cerrar un buen concierto.

Sin embargo, todo se desplomó a lo largo de los siguientes minutos. Un bajón físico inexplicable llevó a que se embarullara el sonido y se arruinara todo el trabajo con el gol encajado cuando todo apuntaba a su fin. Da para preguntarse si se ha ensayado algo en todos estos meses, porque tal forma física es inexplicable.

¡Qué difícil le va a ser a Muñoz conjuntar al grupo! Es difícil lograr que una banda mediocre, sin virtuosismo ni calidad, que no ha demostrado un ápice de carácter jamás, pueda cambiar de la noche a la mañana y aguantar el tipo cuando se cierne sobre ellos el desastre. Sin embargo, todavía es pronto para que los fans suelten la pequeña rama a la que se han aferrado para no despeñarse en el abismo de la desesperanza. Aún queda tiempo para que el trabajo que ahora se está haciendo se note.

Sólo queda esperar que, aunque sea por casualidad, se toque la tecla, se haga una selección aceptable de temas y que a base de ensayar durante la semana, por una vez suene todo bien, que los que tienen que interpretar la melodía den algo que no han mostrado, y que se acabe la gira sin estar abocados a cerrar la persiana.

Si eso sucede, sólo si se deshace de una vez los managers, camellos, groupies y demás malas influencias que le rodean, y trae de vuelta todo lo que olvidó, esta banda podrá volver a tocar en las grandes salas y tocar sus grandes éxitos sin avergonzar a todos sus seguidores día tras días.

Por Kicooper

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