Una victoria de segunda | La Lupa

Una victoria de segunda | La Lupa

Real Zaragoza 1 – 0 Alavés

Vaya por delante que una victoria siempre es una victoria. No, no se trata de una sentencia de nuestro presidente Rajoy, sino de la constatación de que los mismos puntos valen tanto una victoria apabullante como una agónica. La de este domingo fue una victoria sufrida, pero merecida. Una victoria de segunda…división.

Las campanas de patíbulo suenan con vigor en la ciudad desde hace dos semanas. En la soledad de sus aposentos, el entrenador se pregunta cómo ha llegado a encontrarse en semejante fregado. Vino hace un año a España, a un equipo histórico venido a menos, que no atravesaba un buen momento, desplazando a un técnico enfrentado a los dirigentes. No empezó mal y su figura se acrecentó con el final de la liga pasada. Sin embargo, las estadísticas en frío le señalan, y el filo de un hacha nerviosa, empujada por una afición harta de esperar y con necesidades históricas, oscila sobre su cuello con diletante vaivén.

Cada partido es como el amanecer que sigue a la larga noche del condenado. Un amanecer para ver si ese es el día del destino, o no lo es. Una tercera derrota seguida en casa hubiera sido insostenible. No fue así. El Real Zaragoza obtuvo la victoria y Ranko Popovic continúa en el banquillo. Cunde sin embargo, la sensación de que no es más que un respiro, una bocanada de oxígeno mínima, lo justo para seguir vivo. La impresión que cada vez se impone más es la de que Ranko no es el hombre capacitado para llevar al equipo a la primera división, y las dudas sobre sus conocimientos técnicos y tácticos se acrecientan en cada partido.

Contra el Alavés, sin embargo, las cosas salieron adelante. Renunciando a algunas de sus ideas iniciales en la temporada y rectificando algunos puestos de la alineación, el equipo ha ganado en prestaciones. Eric Morán dio buena impresión. Hace tiempo que no veíamos un mediocentro delante de los centrales, levantando la vista y haciendo pases largos. También Diamanka se postuló como una opción seria en el centro y en el enganche, además de un derroche físico y una entrega envidiable. Esto puede funcionar, al menos durante un tiempo, ya que en segunda división, los entrenadores estudian mucho la estructura táctica de los rivales, y no sería de extrañar que a partir de ahora, Morán se encuentre con un perro de presa encima en todos los partidos.

Tras una primera parte aceptable, en la que los blanquillos llevaron el control del partido, llegó el gol de Ortuño. En la segunda parte, el equipo dio un paso atrás, aunque sin perder del todo el control. El gran problema que va a tener este equipo, más allá del entrenador, es la ausencia de delanteros de cierta presencia. Una cuestión que se agravará más si se confirma la gravedad de la lesión de Jaime.

Se consiguió acabar a cero la portería propia y hay que considerarlo en su justa medida. Me temo que a este tipo de planteamientos habrá que irse acostumbrando. Es difícil meter goles, hay que intentarlo sin perder al mismo tiempo la compostura táctica. Hay que marcar aunque sea uno, y que no te marquen ninguno. Resulta chocante afirmarlo, pero según los cánones de la segunda división, el partido contra el Alavés fue un partido perfecto.

por Ron Peter

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