Baraja destituido ¿Por qué?
El Real Zaragoza siempre está en las apuestas en el futbol para subir a primera división, esto es un hecho. La historia del club y su masa social así lo confirman y desean. Lidiar con esta presión no es fácil y el banquillo zaragozano es uno de los más complicados.
El fichaje de Baraja por el Real Zaragoza causó agrado a una parte de la afición pero obtuvo sus buenas críticas por otra buena parte de aficionados. Como suele pasar en los casos en que un futbolista de élite se ha pasado a los banquillos, su fama como jugador adorna sus virtudes o currículo como entrenador.
Pero Rubén Baraja no ha engañado a nadie, su metodología de trabajo ha sido la aplicada en los otros equipos en los que ha estado. Seriedad y dedicación, que se traduce en un sistema de juego invariable, con muy pocos cambios o revulsivos, un rodillo que suele tener brotes verdes a medio y largo plazo.
Defensivamente el equipo no puede decirse que haya tenido grandes problemas, el aspecto ofensivo es el que ha dejado al Zaragoza sin puntuar. Los equipos de Baraja aburren tanto o más como su tono o mensaje hacia la prensa y aficionados.
Equipos como el Sporting de Gijón pudieron vivir las ventajas y desventajas de Baraja como entrenador. Logró colocar al equipo asturiano líder, gracias a una muy buena defensa. Pero cuando llegaron los problemas, el mensaje siguió siendo el mismo, los cambios invariables y daba la sensación que todo tenía que seguir igual.
En el Real Zaragoza no hay tiempo de ver los resultados se necesitan ya. Los números lo dicen todo: 2 victorias, 2 empates y 4 derrotas. Victoria ante el Albacete y por alineación indebida del Alcorcón.
Muy poco balance para una Liga Smartbank muy difícil y competitiva donde grandes equipos como Espanyol, Sporting de Gijón, Mallorca y Leganés ya se encuentran arriba con una regularidad envidiable.
En todo este escenario la destitución de Baraja ya se estaba cocinando con tiempo. Probablemente con más tiempo el Real Zaragoza podría haber remontado el vuelo con el trabajo de Baraja, pero muy difícil con las expectativas de la afición y un club como el Real Zaragoza.
Nada que reprochar al técnico vallisoletano, su profesionalidad y dedicación está fuera de toda duda, pero probablemente sus tiempos no son los del Real Zaragoza.
Ahora toca pensar, si el cambio de entrenador es la mejor alternativa, un nuevo entrenador necesita también tiempo para poder a aplicar su filosofía de trabajo, adaptarse a los jugadores y rendir con la presión de rendir a corto plazo.
En muchas ocasiones los cambios de entrenador suelen salir bien y son un soplo de aire fresco para el equipo y sus resultados. Pero también, en otros muchos casos, no mejora la etapa del anterior entrenador.
Lo que está claro es que el Real Zaragoza ha de comenzar ya a remontar posiciones para no verse muy atrás y con una gran diferencia de puntos con los de arriba, nadie quiere otro año más en la categoría de plata.
