Juan Ignacio Martínez debutó el pasado miércoles como técnico del Real Zaragoza en su partido de primera ronda de Copa del Rey. Un encuentro que se presentaba como una oportunidad para que el equipo zaragocista volviese a ordenarse y a encontrarse consigo mismo sin la presión de un partido liguero y que a punto estuvo de terminar en tragedia.
El encuentro ante la Gimnástica de Torrelavega se presentaba como un encuentro en cierta manera balsámico. No por ser un encuentro fácil ni mucho menos si no porque el equipo no tenía la presión de un encuentro de liga ya que la Copa del Rey no tenía la importancia que sí tiene un encuentro liguero.
Con un once plagado de jugadores poco habituales el Real Zaragoza volvió a hacer aguas por todos los sitios. El encuentro, más que un partido de Copa, parecía un partido amistoso de pretemporada entre dos equipos que demostraron un escaso juego. Con la diferencia más que considerable del nivel de uno y otro equipo.
El Real Zaragoza no estuvo a la altura ni de lo que se esperaba de él ni siquiera de un mínimo exigible. El equipo zaragocista volvió a mostrar la misma mala imagen que en encuentros anteriores con la “sutil” diferencia de que el conjunto que estaba enfrente era un equipo de Tercera División.
Los menos habituales no dieron una muestra ni de tener interés por entrar en el once inicial habitual ni de aportar algo diferente al resto del equipo. Ni jugadores habituales ni jugadores menos habituales funcionan en este Real Zaragoza.
Con un conjunto blanquillo contra las cuerdas en muchas partes del encuentro ante una Gimnástica que en bastantes momentos del encuentro fue mejor que el Real Zaragoza la entrada de Francho e Ivan Azón revolucionó en parte (pero de forma más que eficiente) el encuentro. Los dos canteranos dieron un toque de aire fresco al equipo sentenciando el mismo en la prorroga y dejando en evidencia el pésimo trabajo del ya exdirector deportivo Lalo Arantegui esta temporada.
Sin embargo este pequeño éxito ha tardado un tiempo en traducirse ya que parecía que una de las sustituciones del Real Zaragoza podía haber incurrido en la ilegalidad y por tanto el conjunto aragonés perdería la eliminatoria. No obstante la jueza con competencias en este asunto ha dado la razón al Real Zaragoza al no haber ilegalidad y el cuadro maño disputará definitivamente la segunda ronda de Copa del Rey.
Así pues el Real Zaragoza llega de nuevo a lo verdaderamente serio. El sábado el Lugo visita La Romareda y los hombres de JIM están más que obligados a conseguir la victoria. De no hacerlo (y no digamos nada si el Real Zaragoza sale derrotado) esto supondrá un punto de inflexión (para mal) donde el peligro de descender a Segunda División B será ya mucho más evidente de lo que es a día de hoy.
El Lugo ocupa la décima posición coqueteando con los puestos de play off (se encuentra dos puntos por debajo del sexto clasificado). Bien es cierto que el último mes para el cuadro lucense ha sido en cierta manera atípico al conseguir cuatro empates consecutivos que consiguió romper la semana pasada al vencer a la Ponferradina en el Anxo Carro continuando (en cierta manera) con las victorias al vencer en primera ronda de Copa del Rey al Pulpileño por la mínima en la que el Lugo paso tantos apuros como el Real Zaragoza para obtener la victoria.
El equipo de Nafti ha dado una revolución en el último mes y medio ya que el Lugo ha pasado de estar en puestos de descenso a como digo coquetear con el play off. Un cambio que ojala pueda experimentar el Real Zaragoza de JIM. Al menos en lo referente a dejar atrás los puestos de descenso.
Partido de una enorme importancia para el Real Zaragoza. JIM deberá de hacer borrón y cuenta nueva del medio ensayo fallido del pasado Miércoles para rehacer al equipo y conseguir la primera de las muchas victorias que necesita el equipo zaragocista. No hay más. O eso sucede o el Real Zaragoza lo va a pasar francamente mal.
Por Cuñao.