R Murcia 2 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Un equipo reincidente

El Zaragoza empezó ayer la temporada en La Condomina y lo hizo como terminó la pasada: mostrándose como un equipo blandito, previsible y absolutamente ineficaz en sus partidos a domicilio. Y, lo que es peor, el conjunto aragonés volvió a recaer en los mismos errores que el año pasado impidieron que su temporada fuera aún mejor.

Los aficionados zaragocistas teníamos una mezcla de inquietud y esperanza ante el partido de anoche; por un lado éramos conscientes de que el equipo no estaba en plenas condiciones, que algunas de sus mayores estrellas llegaban muy faltos de preparación: los últimos partidos de pretemporada, efectivamente, habían ofrecido demasiadas dudas; pero, por otra parte, uno siempre confía que a la hora de la verdad, ante la primera prueba con fuego real, el equipo diera por primera vez la talla.

Víctor Fernández, al igual que hace un año, renunció al rombo y planteó un partido con Zapater y Matuzalem en el doble pivote, mientras Gabi y Aimar ocupaban unas bandas en las que su rendimiento tiende a resentirse. El Murcia, consciente de que técnicamente era inferior, encaró el encuentro con reservas, dejando hacer al rival y esperando agazapado su oportunidad.

Las primeras impresiones fueron buenas en cuanto al juego zaragocista, los de Victor Fernández controlaban el partido, Matuzalem se hacía con el poder en medio campo y el Murcia parecía demasiado timorato; las dos primeras ocasiones fueron de los blanquillos, con una oportunidad de Oliveira a los 7 minutos y un disparo de Sergio García que detuvo Notario a los 13; respondió Regueiro con otro disparo que detuvo César en dos tiempos.

Cuando habíamos traspasado en tres minutos el primer cuarto de hora de juego, llegó la primera reincidencia zaragocista en sus males de siempre; el colegiado pitó una falta cercana al área y Mejía, poniendo en evidencia a la zaga maña, remató de cabeza al fondo de la portería de César Sánchez. Por enésima vez, el Zaragoza quedaba en desventaja en el marcador a las primeras de cambio por causa de una jugada de estrategia. No dejaba de ser doloroso, además, que el gol lo consiguiera un jugador cuyo fichaje por el Zaragoza se daba por hecho hace menos de dos meses.

A pesar del gol murciano el panorama del partido no cambió en exceso; el Zaragoza seguía en poder de la pelota y el Murcia, perfectamente posicionado, continuaba a la expectativa, con la contratuerca, eso sí, de la ventaja en el marcador. Sergio García en dos ocasiones e Ivan Alonso en otra intentaron sumar otro gol al marcador, lo que no consiguieron más por desacierto que por infortunio o lucimiento del meta rival.

A la media hora del partido el Zaragoza consiguió el empate; el autor del tanto fue Oliveira, que como ha venido ocurriendo a lo largo de la pretemporada, demostró que su promesa de goles el día de su presentación no había sido un brindis al sol. El brasileño controló un balón fuera del área y batió a Notario con u zambombazo que entró en su portería tras ventilar las telarañas de su escuadra izquierda.

El tanto zaragocista era muy importante, no solamente porque restablecía el empate, sino porque parecía lógico que afectara a la moral del Murcia, que veía como su rival, teóricamente superior, equilibraba la situación a las primeras de cambio. Hasta el descanso no hubo nada reseñable, a lo sumo un cabezazo de Arzo, que volvió a ganar la partida a los defensores zaragocistas en una falta y una sensación de que el Zaragoza tenía controlado el partido, algo que por desgracia no se ratificaría en la continuación.

Las sensaciones del equipo al comenzar la segunda parte eran encontradas; por un lado seguía controlando el partido, llegando a generar dos “minioportunidades” en los pies de Oliveira y Sergio García entre los minutos 50 y 57, pero, a la vez, no se le veía la solvencia suficiente para imponerse a un Murcia que, sin generar casi peligro, ofrecía, curiosamente, una imagen de mayor consistencia.

Víctor movió el banquillo y sacó a Diego Milito en lugar de Sergio García, en una clara señal de la rotunda provisionalidad de la suplencia del goleador argentino que entraba por un jugador catalán que no había estado a la altura de su rendimiento en pretemporada. Diegol no tuvo excesivo tiempo de responder a la confianza de su entrenador, pues muy pronto se derrumbarían las posibilidades zaragocistas, para lo cual hay que volver a mencionar la reincidencia de los jugadores blanquillos en sus yerros habituales.

La primera reiteración vino con el segundo gol murciano; corría el minuto 22 de la reanudación y, como había pasado en tantos partidos de antes y después de junio, se perdió un balón tonto en zona comprometida; en esta ocasión fue Alberto Zapater quién tropezó a destiempo y se quedó sin posesión, lo que aprovechó Baiano para batir por bajo al meta zaragocista. El marcador se volvía a poner en desventaja, pero en esta ocasión quedaba mucho menos tiempo para arreglar el desaguisado.

La inmediata reacción de Víctor Fernández al gol rival fue dar entrada a un jugador de ataque, Oscar González, en lugar de Zapater; es de alabar que un entrenador se muestre valiente y capaz de reaccionar ante un resultado adverso, pero a priori nos permitimos dudar de la oportunidad de este cambio, pues la sustitución tuvo, cuando menos, apariencia de castigo, además de que Zapater es, hoy por hoy, el único referente defensivo en la media aragonesa. De cualquier forma, no hubo tiempo de comprobar la eficacia del cambio, pues dos minutos después del mismo se produjo la tercera reincidencia y el Zaragoza se quedó con diez: una entrada por detrás de Matuzalem a Regueiro tuvo como consecuencia inmediata la expulsión directa del brasileño y la práctica desaparición de cualquier posibilidad de puntuar para el equipo blanquillo.

Los dieciocho minutos que quedaban para finalizar en encuentro fueron un suplicio para los aragoneses; Victor dio entrada a Generelo por Gabi, lo que simplemente sirvió para compensar algo la pérdida de fuerza y efectivos en medio campo, pero hasta que Álvarez Izquierdo pitó el final del partido el Murcia fue el único equipo sobre el campo y pudo acabar humillando al Zaragoza sino llega a ser porque Goitom y Regueiro no estuvieron finos y el novel Abel mandó un tiro al larguero.

El partido finalizó con la victoria mínima del Murcia y con un Zaragoza que dejó una triste impresión, especialmente en la segunda parte. Aunque estamos todavía en el inicio de la Liga, se vieron en el equipo demasiados aspectos preocupantes; el principal de ellos la debilidad defensiva, con desajustes entre sus jugadores y, en especial, una fragilidad tremenda en las jugadas de estrategia; se echa mucho de menos a Gabi Milito y Ayala aún no ha mostrado la jerarquía que se le supone.

Los problemas defensivos ya venían de la pretemporada, pero sorprendió más que jugadores como Matuzalem, Gabi o Sergio García, que habían brillado en los amistosos, ayer dieran, en mayor o menor medida, la de arena.

No es bueno empezar perdiendo y dando mala imagen, aunque quedan muchos partidos por jugar y es de esperar que a la larga las cosas cambien a mejor, porque entendemos que lo normal es que Ayala demuestre porqué se le ha considerado el mejor central de la liga, que los laterales vuelvan a rendir como el año pasado, que Matuzalem acabe por imponer su jerarquía y que Diego Milito acabe engrasando su artillería como ya la tiene a punto Ricardo Oliveira.

Ficha Técnica

R. Murcia:
Notario, C. Torres, Mejía, Arzo, Peña, Richi, P. García, D. Lucas (Pignol min. 87), Regueiro, I. Alonso (Goitom min. 64) y Baiano (Abel min. 70)

R. Zaragoza:
César, Diogo, Ayala, Sergio, Juanfran, Zapater (Óscar min. 70), Gabi (Generelo min. 79), Aimar, Oliveira, Sergio García (Diego Milito min. 62), Matuzalem

Goles:
1-0. Min.17. Mejía. 1-1. Min.30. Oliveira.2-1. Min.68. Baiano

Árbitro:
El catalán mostró tarjeta amarilla a Regueiro y Gabi por enzarzarse. El central Ayala también fue amonestado(m.83). Álvarez Izquierdo mostró roja directa a Matuzalem (m.72).

Incidencias:
Partido de la primera jornada de liga en la primera división, disputado en el estadio de la Nueva Condomina ante unos 21.880 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

César, 2: No tuvo culpa en los dos goles del Murcia y estuvo acertado, sin estridencias, en el resto de los balones que le llegaron. Ante los frecuentes despistes de su defensa uno se pregunta si podría venir bien que mandara algo más.
Diogo, 1: No tuvo su noche; sigue sin encontrar la buena forma, Regueiro le creó muchos problemas. Intentó subir alguna vez, pero da la impresión que ahora se frena más en sus impulsos atacantes.
Ayala, 1: Hasta ahora, desconocido; parece que le falta todavía compenetración con sus compañeros y que le pesa tener que suplir a Gabi Milito. No se impone en el juego aéreo, que debería ser su fuerte.
Sergio Fernández, 2: Hasta el momento ha demostrado rendir menos en la izquierda que en la derecha. No obstante, ayer fue el mejor de la defensa y realizó varios cortes de balón decisivos.
Juanfran, 2: Discreto en el marcaje e inexistente ofensivamente. Hizo un partido de aprobado, pero no es todavía el jugador que se metó a los aficionados en el bolsillo el año pasado.
Zapater, 1: No estuvo bien el canterano; no pudo con el centro del campo rival en el que Pablo García estuvo siempre por encima suyo. Su fallo en el segundo gol del Murcia rebaja aún más su nota. En entrega no se le puede reprochar nada.
Matuzalem, 2: Empezó bien y demostrando su categoría, pero fue a menos; abusó de los pases cortos y hacia atrás y dejó al equipo con diez en una de esas entradas en las que uno debe de pensar algo antes de hacerlas.
Aimar, 1: Apenas jugó bien un par de balones; no está en forma y protesta demasiado. En su descarga hay que decir que no juega en su posición y que no se esconde.
Gabi, 1: Flojísimo el madrileño. Está claro que la banda no es su puesto, pero esto no puede justificar su casi desaparición de ayer. Abusa del juego horizontal. Frente al Racing le tocara seguramente jugar en su sitio, donde deberá demostrar el porqué de su fichaje.
Oliveira, 3: Tal vez la nota es excesiva, pero de alguna manera hay que reflejar quién aportó algo positivo en Murcia. Es un auténtico peligro; rápido, audaz e incisivo. Consiguió un gol para enmarcarlo.
Sergio García, 1: Muy por debajo de su rendimiento en la pretemporada. Luchó mucho, pero no le salió casi nada.
Diego Milito, 1: Hizo muy poco en el tiempo que jugó; bien es cierto que la situación no era para lucirse, pero se le ve fuera de forma. EL Zaragoza le necesita en plena forma cuanto antes.
Oscar, 1: Como en el caso de Diego Milito, salió al campo con todo cuesta arriba, pero tampoco lo intentó demasiado.
Generelo, s.c.: no se le puede juzgar por diez minutos jugados en plan “apagafuegos”.

por Falçao

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