Real Zaragoza 1 – 2 Athlétic Bilbao | Crónica
El epílogo de la era Marcelino
Un Real Zaragoza sin pegada firmó su enésima derrota de la temporada, esta vez ante el Athletic por 1-2. La derrota supuso la confirmación definitiva de la destitución de Marcelino como técnico del conjunto zaragocista.
El zaragocismo se había pintado la cara con colores de guerra. La explosiva rueda de prensa de Marcelino García Toral el pasado viernes, en la que desvelaba públicamente que la directiva ya no tenía confianza en él y que su cese estaba cercano movilizó a las bases militantes de La Romareda. Con un ambiente muy caldeado en contra de la gestión de la directiva encabezada por Agapito Iglesias comenzó el choque ante el cuadro vasco. Aquello fue como acudir a un ajusticiamiento público, en el que el reo –Marcelino- y el jurado popular –la afición- pidieron al juez que impidiera el descenso de la guillotina. Fue en vano.
El Real Zaragoza estuvo a punto de autoinmolarse a las primeras de cambio. Quizá descentrado por los acontecimientos que rodearon al encuentro, el equipo volvió a salir dormido. Fruto de ello llegó el primer gran susto de la tarde: un gol bien anulado a Gurpegui por fuera de juego.
El encuentro, a partir de entonces, transcurrió excesivamente trabado debido a las continuas faltas señaladas por Velasco Carballo, que parecía querer robarle protagonismo tanto a la directiva como al técnico del Real Zaragoza. En la primera media hora de juego únicamente Orbáiz lo intentó a balón parado por el Athletic, mientras que el juego ofensivo blanquillo se limitaba a las cabalgadas de Pennant por la derecha –el único futbolista de banda con calidad de toda la plantilla- y al trabajo de Arizmendi, el único delantero centro nato del plantel en la actualidad habida cuenta de que Ewerthon está más fuera que dentro.
De esta manera el fútbol ofensivo brilló por su ausencia hasta que, al filo del minuto 38, el Real Zaragoza desaprovechó una triple ocasión. El meta visitante Iraizoz, descolocado tras salir a cubrir un pase, vio cómo sus defensores sacaban hasta tres disparos de los atacantes blanquillos cuando ya toda La Romareda cantaba gol. Fue como el tiro al muñeco de las ferias, un claro ejemplo de la falta de pegada de la plantilla zaragocista.
Ya en la segunda parte la entrada del joven Muniain resultó determinante y acabó por desarbolar al Real Zaragoza. En la primera jugada en la que entró en contacto con el esférico sirvió un preciso centro al corazón del área donde San José, libre de marca, cabeceó con potencia al interior de la red de López Vallejo.
El bloque zaragocista siguió intentándolo, con más corazón que cabeza, con más ganas que fútbol. Y, por supuesto, sin pegada. La lucha de un fenomenal Diogo, el trabajo de Arizmendi, la calidad de Ander Herrera o el poder de recuperación de Ponzio no eran suficientes. Fallaba el Real Zaragoza, la mayor parte de las veces, en el pase definitivo. Y, cuando lo encontraba, el remate era defectuoso. Parecía imposible marcar y Marcelino, con las manos en el rostro, ya estaba preparado para firmar su finiquito.
El encuentro murió definitivamente cuando Muniain armó magistralmente una contra que acabó con el balón en los pies de Susaeta, quien batió sin remisión a López Vallejo en su salida. La Romareda volvió a estallar y los gritos de “Directiva, dimisión” o “Marcelino sí, directiva no” volvieron a resonar en el municipal. Pero daba igual: el culpable ya había sido señalado con anterioridad al juicio final e iba a ser ejecutado dos horas y media más tarde. El postrero gol de Diogo fue, prácticamente, anecdótico.
Ficha Técnica
R. Zaragoza:
López Vallejo; Diogo, Pavón, Ayala, Paredes; Pennant (Ewerthon, min.68), Gabi (Ander Herrera, min.46), Ponzio, Jorge López; Lafita y Arizmendi.
Athletic Club:
Iraizoz; Iraola, San José, Amorebieta, Castillo (Etxeita, min.46); Javi Martínez; Gurpegui, Orbáiz, Susaeta; Toquero (Gabilondo, min.83) y Llorente (Muniaín, min.59).
Goles:
0-1. min.61. San José; 0-2. min.82. Susaeta; 1-2. min.92. Diogo.
Árbitro:
Velasco Carballo, del C. Madrileño. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Ayala, Ewerthon y Ponzio y a los visitantes Toquero, Amorebieta, Susaeta, Iraola, Orbáiz y Javi Martínez.
Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 14 de liga disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 27.000 espectadores
Puntuaciones (de 0 a 5)
López Vallejo: 1. Sale mal en la jugada del primer gol, en la que no acierta a despejar el primer centro del Athletic. En el segundo poco pudo hacer y, en el resto del encuentro, apenas tuvo trabajo.
Diogo: 3. Gran partido para llevar 19 meses sin jugar. Luchó como nos tenía acostumbrados y se dejó ver en ataque, aunque descuidó un tanto su banda en labores defensivas. Marcó el tanto del honor.
Ayala: 2. En una defensa adelantada al ‘Ratón’ le sobresalen todas sus carencias. Sólo mantiene intacta su capacidad de salto, pero los atacantes del Athletic le volvieron loco con el balón en los pies.
Pavón: 2. Secó muy bien a Llorente, pero quizá debió haberse mostrado más contundente en los dos goles del conjunto vasco.
Paredes: 2. En líneas generales, como el Athletic atacó poco por su banda, apenas tuvo trabajo.
Gabi: 0. Alguien, una vez, le definió como “el jugador materia”. Es decir, ni crea ni destruye. Frente al Athletic, más de lo mismo. Es decir, nada.
Ponzio: 2. Se hartó de cortar balones en el centro del campo. Pero tampoco supo crear fútbol.
Pennant: 2. Volvió a dar muestras de su calidad y velocidad por la banda, pero sigue fallando en el remate a puerta. Quizá sus centros, con ‘9’ rematador, fuesen más efectivos.
Jorge López: 1. Demasiado intermitente cuando actuó escorado en la izquierda y, también, cuando se incorporó al doble pivote. Flojo en las tareas de creación.
Lafita: 1. Se ha contagiado del juego del equipo. Trabaja y pelea como el que más, pero no es un delantero centro nato y, además, hecha en falta las incorporaciones de los centrocampistas.
Arizmendi: 2. Tan trabajador como falto de fuerza en el tiro a puerta. Tuvo dos ocasiones de gol, pero siempre remató mal.
Ander Herrera: 3. Suplió a Gabi, entró en la banda y el Zaragoza lo notó. Fue el único que se atrevió a regatear y a irse hacia la portería bilbaína.
Ewerthon: 0. Prácticamente no tocó balón. Ni, por supuesto, supo presionar a la zaga rojiblanca.
por Punkarra
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