Girona FC 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica
La fuerza de la costumbre
Ocho cambios en un once inicial en pleno campeonato no es una decisión habitual. Tampoco es frecuente recoger ocho cosechas consecutivas en forma de empate. Si será poco usual que no había sucedido nunca en la historia de los campeonatos españoles. Pues bien, ambos hechos acontecieron ayer en Montilivi y de ambos fue actor protagonista el Real Zaragoza, un club que guarda en sus archivos ya casi nonagenarios varias marcas curiosas que un día desvelaremos por su interés histórico y su valor sentimental. Por nada más.
Los corazones del zaragocismo se encuentran ahora mismo iluminados con luminosos destellos rojos, los que desprenden las luces de alarma que denotan una situación de alto riesgo después de haberse cumplido ya doce jornadas y contar tan solo con otros tantos puntos en la maleta. Dentro de dos jornadas se habrá cumplido ya un tercio del campeonato y el futuro se asoma con una guadaña afilada que amenaza con segar la esperanza. Y lo peor de todo es que no hay signos de capacidad para enderezar una nave extraordinariamente desnortada. Jim, el entrenador que se ganó un crédito inusitado tras la proeza de la temporada pasada, se encuentra en una terrible encrucijada. Su equipo tiene un horrendo problema con el gol y ya ni siquiera la fórmula del año pasado, esa que le permitió ganar algunos partidos sin saber cómo, le funciona. Y por si fuera poco, tiene en la boca un caramelo envenenado al que le da mil vueltas sin saber cómo gestionarlo: es muy amigo del director deportivo. En estos momentos, para mal.
El Real Zaragoza jugó ayer un partido abstruso, difícil de entender. Lo hizo con una colección de jugadores que no han jugado juntos nunca salvo en los entrenos y lo afrontó con el miedo en el cuerpo ante el empuje de un Girona en mala posición pero con una propuesta un punto más inteligente y unos peones una coma más talentosos. La prueba de lo que escribimos es que manejó los primeros treinta minutos con soltura y llegó a convertir dos buenos goles en la primera parte, si bien ambos fueron anulados. Dos ocasiones, dos dianas. El equipo aragonés jugaba a remolque de los vientos, recuperando aquel espíritu que le salvó, con la idea madre debajo de las medias: que no pase nada. Tuya, mía, tuya otra vez y a ver qué pasa. Lo que sucede es que no ocurre nada. Un chut de Chavarría, una vaselina lejana de Gámez y un cabezazo de Adrián. Nada más. Y mucho miedo a cometer errores, porque si no nos marcan, cabe la posibilidad de vencer. Lejana, es verdad.
Al descanso se llegó con 0-0 y los dos goles ya mencionados que San Var impidió que lucieran en la casilla local. Noche afortunada en medio de un mar de incertidumbre porque los jugadores elegidos, esos a los que Jim defiende como titulares “porque entran, salen, entran”, no anunciaron ni una buena noticia. Por eso, aunque con la reanudación volvieron a brillar dos o tres leves chispazos, como el centro de Chavarría que Nano no alcanzó a rematar, el partido seguía por senderos de ineficacia. Claro que el Girona también nos ayudó a comprender por qué está en descenso. Salvo un cabezazo de Juanpe que rozó el larguero de Cristian, nada más le regaló a su hinchada.
Cuando Michel metió a Stuani en el campo un leve escalofrío recorrió la espina dorsal de los cincuenta zaragocistas que acompañaron a los chicos en Girona y de los miles que veíamos el choque a través de la televisión. Porque el uruguayo siempre nos amarga el día. Sin embargo, ayer el Zaragoza logró algo que hacía mucho tiempo que no vivía: se adelantó en el marcador. Lo consiguió Vada después de una bien hilada jugada entre Petrovic, Nano y Gámez que resolvió con un buen disparo dentro del área. Nos frotamos los ojos, nos alegramos, claro que sí, pero ni siquiera el gol del argentino nos llevó a la ilusión por la victoria. La afición del león ya no se cree nada. Teme siempre que ocurra lo peor porque como dice el famoso diálogo de la película “Sabrina”: “¿Qué te hace pensar que siempre tienes razón?” “La costumbre”. Pues eso.
Y ayer la costumbre vino de la cabeza de Stuani, siempre él. Hacía un mes que no metía un gol pero ayer era la noche. Aún me parece ver correr desesperadamente a Francho tras un jugador catalán después de perder el balón en un ataque fláccido y ver cómo no llega y ver cómo se produce el centro y ver cómo remata el delantero y ver cómo entra el balón en la portería de Cristian. Y todo, en el minuto 87. ¿Cabe más frustración? ¿Cabe más decepción? ¿Caben más razones para estar, otro año más, muy preocupados? No hay motivos para la calma ni para la parálisis. No hay motivo para no buscar los motivos.
Ficha técnica
Girona FC
Juan Carlos, Arnau, Santi Bueno, Bernardo (Ureña, min. 73), Juanpe, Jairo (Moreno, min. 83); Aleix García; Álex Baena, Borja García (Darío, min. 73); Nahuel Bustos (Stuani, min. 64) y Samu Sáiz.
Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Chavarría; Francho, Petrović; Bermejo (Zapater, min. 88), Adrián (Valentín Vada, min. 67, Borja Sainz, min. 88), Nano Mesa (James Igbekeme, min. 79); e Iván (Álvaro Giménez, min. 67).
Goles:
0-1, min. 71: Valentín Vada. 1-1, min. 87: Stuani.
Árbitro:
Raúl Martín González Francés, del comité canario. Amonestó a los locales Álex Baena (min. 96), Samu Sáiz (min. 97) y Stuani (min. 98) y a los visitantes Lluís López (min. 54) y Fran Gámez (min. 90). Expulsó al preparador de porteros del Zaragoza, Mikel Insausti, por protestar (m.89).
Incidencias:
Partido de la Jornada 12 de LaLiga SmartBank 2021-22 disputado en Montili ante 5.000 espectadores.
Puntuaciones
Cristian: 3. Sin trabajo que resolver, estuvo correcto.
Gámez: 2. Corre, lucha y hasta remata, pero no acierta. En defensa, regular.
Lluís: 2. Le falta contundencia y atrevimiento.
Jair: 2. Tuvo aciertos y un error grave.
Chavarría: 2. Alborotado y poco eficiente.
Petrovic: 2. Lento y poco energético, se escudó en su colocación.
Francho: 2. Falto de ritmo, le pesó el final del partido.
Nano Mesa: 2. Peleó sin descanso y se dejó el alma. No encuentra el acierto.
Bermejo: 2. Buscó, buscó y buscó. No encontró.
Adrián: 3. Fino y clarificador, le faltó un punto de osadía.
Azón: 2. Muy trabajador, le faltó cierto oficio.
Vada: 3. Participativo y presente en el partido, goleó.
Álvaro: 1. No aportó lo que este equipo necesita y él debe dar.
Igbekeme: S.C.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
