Real Sociedad B 1 – Real Zaragoza 2 | Crónica

Real Sociedad B 1 – Real Zaragoza 2 | Crónica

Al final de este viaje

El bonito estadio donostiarra fue el escenario en el que el Real Zaragoza cerró una temporada y hasta una etapa histórica. Su encuentro ante los jóvenes jugadores del Sanse cumplió con la mínima exigencia que conllevaba terminar con dignidad y, por lo menos, una victoria que permitiese mantener la cara alta después de tantos sinsabores. Y se hizo con solvencia, aunque no con suficiencia.

Jim, el afable y educado entrenador alicantino, se despidió del banquillo blanquillo con gallardía y honor, supo guardar las formas hasta el final y consiguió que sus chicos mantuviesen a salvo el escudo. Que no es poco, en los superficiales y artificiales tiempos que vivimos.

El partido empezó muy bien. Apenas un minuto le costó al equipo tomate abrir la portería local. Un robo de Bermejo, una carrera entre alocada y eléctrica y un pase muy bueno a Azón fue suficiente para que el zaragozano, apuntando maneras de matador, lograse el 0-1. Un comienzo amable y deseado, a pesar de tratarse de un partido menor. El juego de la Real favorecía la apuesta de Jim, porque la espalda de la defensa vasca era territorio de conquista siempre que se robaba el balón. Y por ahí llegaron varias ocasiones que pudo haber convertido Vada si su punto de mira no hubiera estado tan desviado.

La Real también tuvo sus opciones. Estaba claro que el partido no presentaba la tensión necesaria, pues unos ya estaban descendidos y otros mirando con un ojo el balón y con el otro las maletas. Por eso, precisamente, pudimos disfrutar de un juego vivo, alegre, relajado, lo que propició un fútbol abierto y posible. Ratón rechazó bien un buen cabezazo de Alkain y Clemente erró el disparo cuando el gol habría sido más fácil.

El Zaragoza no vio peligrar su gol de ventaja y aún pudo ampliar su ventaja en jugada de Sabin Merino, que no acertó, y luego el mismo delantero cabeceó alto y mal un buen centro lateral. Nada, imposible: el delantero que llegó en invierno nos ha dejado a todos fríos como su casillero de goleador.

Afortunadamente el partido tenía cara de león y por fin Vada pudo cerrar sus ocasiones con un remate cruzado tras pase de Gámez. Definitivamente ayer llegaron los goles que no se lograron en el partido de la primera vuelta, cuando el Zaragoza se aburrió de lograr ocasiones y no consiguió más que una diana. Difícil relatar que solo hubiera dos goles cuando el equipo aragonés gozó de variados escenarios, pero con jugadores como Merino, que aún dispuso de una oportunidad con un chut seco y alto, es difícil obtener más objetivos que los logrados.

Tras el descanso la Real B salió más enérgica. Su empeño obtuvo la recompensa de varios córners, pero seguían mostrando bisoñez y blandura. Ratón despejó un par de disparos y el partido entró en una fase de lentitud y parsimonia. Vivíamos los minutos más abúlicos y desustanciados de la tarde. La única anotación interesante es un cabezazo de Petrovic que envío a las vacías gradas del Reale y la nueva aparición en el césped de Lasure, aplaudido incluso por los hinchas txuri urdin.

Llegamos al minuto 65. En ese punto Azón rescató un balón gracias a la torpeza local y se plantó solo ante Ayesa, pero no tuvo la habilidad suficiente para batirlo. Del balón rechazado nació un contraataque muy bien ejecutado por Martín, que se recorrió medio Donosti para acabar con un zurdazo que, tras rebote, desbordó a Ratón. Era un gol inmerecido pero incluso en partidos como el de ayer es menester mantener la atención y la intención, porque cualquiera se te come la paella si te descuidas.

Jim introdujo a Eugeni y a Álvaro con el fin de darle un toque de alegría al juego y su entrada se notó. Discretamente, pero se notó. No porque se generara más fútbol ni porque hubiera ocasiones nítidas, pero al menos el partido acabó pintado de rojo. Eugeni puso a prueba a Ayesa, se le anuló un gol a Bermejo, no se le pitó un penalty a Álvaro y el balón era claramente de los de Jim. Todo ello fue suficiente para coser las mínimas costuras del partido y acabar con el resultado favorable. No era para abrazarnos alborozados, ni para bañarnos en la Plaza de España, pero sí por lo menos para levantarnos del sofá con la calma, prepararnos una buena cena y relajar la impaciencia. Era el The End.

Ahora empieza una era, un nuevo horizonte comienza a dibujarse y el zaragocismo se dispone a aprender a vivir de otra manera. Y en eso somos expertos, experimentados navegantes acostumbrados desde hace muchos años a evitar oleajes salvajes y vientos desatados. Es el tiempo, sin duda, de mirar al futuro. Esperamos que él nos mire a nosotros también.

CALIFICACIONES
Ratón: 3. Intervino correctamente en varios balones.
Gámez: 2. Pareció jugar con el freno echado.
Francés: 4. Tuvo varias acciones magistrales. Muy centrado.
Lluís López: 3. Cumplió con solvencia, sin aspavientos.
Chavarría: 4. Rápido, presente y trabajador.
Jaume: 2. Discreto. No fue protagonista.
Petrovic: 1. Lento y arisco, estuvo fuera del partido.
Vada: 3. Tiene fútbol y carácter. Goleó.
Bermejo: 4. Ha terminado la temporada a un gran nivel.
Azón: 4. Iván fue más Iván que nunca. Goleó.
Sabin Merino: 2. No es su sitio en el mundo. Lo intentó, pero fracasó de nuevo.
Narváez: 2. En su línea de mediocridad e insustancial.
Lasure: 3. Sabe muy bien cuál su papel y lo interpreta muy bien.
Eugeni: 2. Recuperó algo de aliento, pero se ha desinflado.
Álvaro: 2. Repitió actuación. Lucha, pero no acierta.
Zapater: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)

@japbello

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