SD Éibar 2 – 0 Real Zaragoza | Crónica
Los indolentes de Jim
El camino a Vacío va a ser largo, tedioso, exasperante y el sendero que nos lleve a la pared con que se topa Truman Burbank al final de “El show de Truman” aparenta estar lleno de alambradas que rodean un vacuo final de temporada que el zaragocismo no se merece. Al menos tal y como se ha planteado, porque el partido en Ipurúa confirma y da carta de naturaleza a la hipótesis que habla de preparar el equipo para la nueva era que está pariendo un corazón, en palabras de Silvio Rodríguez.
Sostiene, ya sin dudas, que el entrenador Jim le haría su último gran servicio al Real Zaragoza, y así quedaría para la historia, si afrontase los cuatro partidos que restan como una pretemporada en plena primavera y comenzase a pensar más en el futuro que en un presente alicaído y sin motivos para el entusiasmo. Y en cierto modo la insólita, por inusual, decisión de sustituir a Borja Sáinz cuando este había sido, a su vez, el sustituto de Bermejo, viene a acompañar esta idea, al tratarse de un mensaje de enorme significado.
El partido fue malo. Mal jugado, mal desarrollado, mal transmitido y hasta mal ejecutado, pues los goles del Éibar fueron como dos chistes mal contados por ese familiar inoportuno que fastidia las fiestas. Con una actitud muy alejada de lo que un equipo competitivo debe mostrar el Zaragoza solo aguantó, en el peor sentido de la palabra, una parte del choque. La primera sesión fue un sopor infame y nos convenció de que Jim no está siendo capaz de activar a una plantilla con los brazos tan abajo que rozan con la punta de los dedos las briznas del césped.
Ya durante los primeros treinta minutos el Éibar enseñó sus armas y contribuyó a convencer al mundo entero que tiene el ascenso a un paso. Incluso logró dos goles que fueron anulados pero que sirvieron para constatar que el partido iba a ser suyo pues su objetivo es grandioso mientras que el de los rivales es el de mirar cada jugador por su futuro. Es más que evidente que el cambio estructural del club va a marcar el destino de cada quien y con ese argumento es imposible afrontar adecuadamente un partido de fútbol.
Los muchachos elegidos por Jim no aportaron ni medio gramo de esfuerzo ni talento y eso se tradujo en un inocuo paso de los minutos hasta que llegó el descanso. Tan solo un chut rebotado de Francés puso en apuros a Cantero, pero ahí acabó la presencia ofensiva de los aragoneses, salvedad echa de un disparo de Narváez en el minuto 12. Nada más. Ni el centro del campo ni los delanteros estuvieron a la altura de una mínima dignidad: describimos la parsimonia de Petrovic, el estéril esfuerzo de Zapater, el exilio al que ha enviado Jim a Eugeni y la esterilidad de Bermejo, Narváez y Merino, nuestro Alegría 2.0
En el descanso el entrenador alicantino movió ficha y puso en el verde a Sainz en lugar de un difuminado Bermejo. Sin embargo, el cambio no sirvió de mucho. El equipo aragonés salió dormido y entre la abulia avispa y la fortuna del campeón se produjo el primer gol. Un chut de Expósito golpeó en Stoichkov y el balón se alojó en la malla de Cristian, completamente descolocado por el rebote del jugador del Éibar.
El Zaragoza abandonó el plan A y se dispuso a tratar de amortiguar el golpe, pero no le dio tiempo porque diez minutos después una jugada de chirigota propició el segundo gol local cuando Chavarría Y Lluis López se chocaron e introdujeron el balón en la portería zaragocista. Para llorar.
A partir de ese momento comenzó un festival de ocasiones del equipo eibarrés. Hasta en tres momentos Cristian actuó con gran maestría para evitar una merecida goleada, lo que ilustra con enorme claridad la enorme superioridad local. Expósito, Burgos y Tejero fueron los asombrados futbolistas que vieron cómo el argentino frustraba una tarde redonda en cuanto al marcador, que no sobre el resultado, suficiente para que la Primera asome por la esquina de Éibar a poco que todo se desarrolle con normalidad.
Desde ese momento hasta el final lo más destacable es el movimiento de banquillo de Jim en el minuto 78 cuando sacó del campo a Sáinz y un chut de Vada que detuvo bien Cantero. El resto, cánticos de la afición vasca celebrando el probable regreso a la élite y vergüenza de los jugadores que no pudieron justificar antes la afición zaragocista presente en Ipurúa su indolencia y falta de orgullo futbolístico. Lamentable imagen y dolorosa tarde que tiene que ser la última, del mismo modo que tiene que ocurrir que los rugidos del león del escudo deben activar de una vez por todas la regeneración del club. Mañana ya es tarde.
Ficha técnica
SD Éibar:
Cantero; Tejero, Chema Rodríguez, Venancio (Burgos, 30), Arbilla (Glauder, 46); Sergio Álvarez, Javi Muñoz; Corpas (Aketxe, 88), Expósito (Sol, 88), Stoichkov (Rahmani, 80); y Fernando Llorente.
Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Francés, Lluís López, Jair, Chavarría; Petrovic (Francho, 78), Zapater, Eugeni (Vada, 66); Bermejo (Sainz, 46) (Puche, 78), Narváez; y Sabin Merino.
Goles:
1-0, min. 50: Stoichkov. 2-0, min. 60, Lluís López, en propia puerta.
Árbitro:
Trujillo Suárez (Canario). Amonestó a Francés (42) y Glauder (59).
Incidencias:
Partido de la Jornada 38 de LaLiga SmartBank 2021-22 disputado en el estadio de Ipurúa ante 6.000 espectadores.
Puntuaciones
Cristian: 5. Estuvo enorme y salvó la imagen del equipo con sus actuaciones.
Francés: 1. Una vez más, fue sacrificado. Gran central, mediocre lateral.
Lluis López: 1. Cometió errores no forzados y estuvo torpe en el gol.
Jair: 2. Estuvo muy discreto.
Chavarría: 1. Incómodo todo el partido, torpe en el gol.
Petrovic: 1. Pasivo, lento y poco ejecutivo.
Zapater: 1. Lejos de sí mismo, no encontró la palanca adecuada.
Eugeni: 1. En el exilio hace mucho frío.
Bermejo: 0. Desmotivado y sin rumbo.
Narváez: 1. Cada día que pasa es menos Narváez.
Merino: 0. Un delantero que no golea.
Sáinz: 1. Extraña actuación: sustituto y sustituido. Algo pasa.
Vada: 2. Trató de ser él mismo, pero no logró revertir la situación.
Francho: S. C.
Puche: S. C.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
