Real Zaragoza 1 – 4 D Alavés | Crónica

Real Zaragoza 1 – 4 D Alavés | Crónica

Los goles hablan

Así que el fíutbol consiste en meter goles y que no te los hagan, ¿no es cierto? Si es como parece, el CD Alavés cumplió ayer todos los mandamientos de la ley no escrita, mientras que el Zaragoza se quedó a medio camino en su afán por obstaculizar el viaje del portaviones vasco. Un navío poderoso, bien armado, con una tripulación experimentada y una hoja de ruta muy bien definida llegó a puerto con un único boquete en su fuselaje, el que abrió el inmenso Bebé en el minuto 78.

El partido fue una mentira de principio a fin. Con un porcentaje de posesión favorable, con un buen trato de balón y una energía cabalgando a lomos de la valentía no fue suficiente para armar un relato suficiente. El Zaragoza hace muchas cosas bien, con buena interpretación y adecuadas dosis de alegría de vivir, pero en este mundo de tiburones hambrientos si no resuelves las oportunidades y si regalas la ocasión de que te maten, estás perdido.

Los primeros veinte minutos, decíamos, fueron la expresión de una lejana verdad. El Zaragoza jugaba a ganador, como si no le importara quién estaba enfrente, mientras que el Alavés se guardaba muy mucho de enseñar sus armas, que son muchas y de alta definición. Bebé, que ha venido a dejar huella en el corazón de la hinchada blanquilla, en seguida se subió al podio de los atrevidos. Un primer chut en el minuto uno puso a prueba a Sivera, que respondió con dudas al latigazo del caboverdiano. Era una declaración de intenciones, un mensaje en una botella que el cuadro vasco recibió con serenidad, pero sin descuidarse. Cuenta el equipo de Luis García con jugadores de mucha clase y de eso se valió para atornillar al equipo aragonés, pero este no bajó la intensidad en ningún momento y algunos de sus chicos, como Francho con un disparo lejano o de nuevo Bebé, que tiene toda la intención de recuperar para la causa el uso del chut lejano como arma de destrucción masiva, lo demostraron.

La soleada tarde ayudó a embellecer la piel de La Basílica, que disfrutaba con el partido y con la propuesta de los de Escribá. Sin embargo, en este negocio hay que saber darle la vuelta a la tuerca correspondiente en el momento adecuado. Y el Zaragoza no tiene esa capacidad. No en estos momentos. Y también hay que conocer los mecanismos defensivos y eso, ayer, fue un problema. Defender bien una falta es una acción que distingue a los equipos construidos y a los que están aún en fase de crecimiento. El zaragoza es de los segundos. Y eso se demostró con la ejecución de Toni Moya y el remate de Sylla. Perfecto el Alavés, deficiente el Zaragoza.

No fue suficiente el bofetón. El equipo de Escribá está bien trabajado y mentalmente es fuerte y vigoroso. Siguió con el guión y no se deshizo ni de la armadura ni de la cabalgadura. Lo intentó en un par de situaciones, con Jair y Bebé como principales protagonistas y esos gestos hicieron que la grada mantuviese la confianza en los chicos. Al menos en la idea que estaban desarrollando.

El 0-1 quizás era injusto por lo que habíamos leido en el libro de la primera patre, pero como aquí no se premia la justicia sino la eficiencia, el Alavés escribió un par de párrafos sencillos que le llevaron a cerrar el partido con el segundo gol, un ingenioso gesto culminado por Moya ante Gámez y Jair. Buen gol de un jugador más que interesante.

A este segundo crochet le costó más responder al Zaragoza. Era igual de ajustado que el primero, pero pareció demasiado fácil y eso derrumba la moral de un equipo al que le cuesta tanto hacer un gol. Contemplar con qué poco lo consigue el rival es demoledor y supuso un sangrado muy doloroso en el equipo del león. A ello podemos añadir la dificultad que supone jugar con un arbitraje sibilino y con gran capacidad de desactivación. Un derribo de Siemone a cargo de Sivera bien pudo interpretarse como roja, pero el equipo zaragocista no está ahora en la órbita de los equipos a los que todo les sale de cara. Au contraire.

Escribá intervino. Y lo hizo tomando una decisión que con el paso del tiempo veremos si es histórica. En la semana en la que recordamos a Marcos Alonso y su gesto haciendo debutar a Cani ante el FC Barcelona, el entrenador valenciano puso en el verde a un zagal, Pau Sans, que con tres acciones enamoró a la afición. Un chico que saltó en el lugar de Puche y que pasó como un cohete por delante no ya de Guillem Naranjo, jugador del Deportivo Aragon, sino del mismo Pape Gueye. Inaudito. Pues bien, el joven zaragozano le ha pegado un abrazo enorme al futuro y ya está aquí, con una tarjeta de presentación en forma de cabezazo excelso al poste y unas maneras que indican senderos luminosos.

Su presencia fue la antesala del enorme gol que logró Bebé pocos minutos después, en el 78. Recogió un balón en la línea de tres cuartos, dribló a un rival y enganchó un inconmensurable misil que le destrozó la escuadra a Sivera. Sin duda, uno de los goles de la temporada. En condiciones normales, la Romareda se habría venido abajo. La lástima es que tal y como estaba el paisaje, ese profundo rayo de sol no sirviera para descoser los nubarrones del marcador.

Este aún se oscureció algo más cuando en el minuto 90 Luis Rioja logró un buen gol sacudiéndose la marca de una zaga fláccida y descolocada. Fue un broche de piedra pobre, de mineral seco a un partido que acabó con un tanteo excesivo y una sensación de dolor injusto. Las costuras del equipo sufren la escasez de fortuna y la ausencia de calidad en algunos casos. Los nombres y los apellidos ya resuenan en las tertulias zaragocistas.

Pero el Zaragoza no pudo hacer más. El partido moría. Salió Eugeni, y el Alavés, con todo a favor en un campo abierto, aún metió el cuarto, con la firma de Luis Rioja mientras Francés, Jair y Cristian naufragaban en su bañera en una segunda mitad terrible. El resultado es más llamativo que explicativo. No obedeció, como tantas otras veces, a las leyes del merecimiento, si así se entiende el pulso de fuerzas en el tramo intermedio del juego. El marcador tuvo mucho de castigo desproporcionado. Fue un zarandeo excesivo para un Zaragoza que jugó para más. Pero esto es así. La Segunda es así: el dominio de las áreas -la calidad para hacerlo- se encarga de separar el grano de la paja. Quienes van al granero suben a Primera. Quienes van al pajar se amohínan en Segunda. 

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian; Gámez (Larrazábal, 69), Francés, Jair, Nieto; Francho, Zapater (Alarcón, 58); Vada (Bermejo, 58), Bebé (Valderrama, 87); Simeone y Puche (Pau Sans, 69).

D Alavés:
Sivera; Arroyo, Sedlar, Abqar (Laguardia, 73), Duarte; Toni Moya (Benavidez, 73), Blanco; Luis Rioja, Rober (Javi López, 85), Jason (Alkain, 73); Sylla (Villalibre, 61).

Goles:
0-1, min. 20: Sylla. 0-2, min. 58: Toni Moya, 0-3, min. 67: Villalibre. 1-3, min. 78: Bebé. 1-4, min. 90: Luis Rioja.

Árbitro:
Caparrós Hernández (Comité del País Vasco). Mostró tarjeta amarilla a Abqar (17), Francés (46), Nieto (55), Sivera (64), Simeone (72), Rubén Duarto (89).

Incidencias:
Partido de la Jornada 27 de LaLiga SmartBank 2022-23 disputado en La Romareda, con 20.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 1. Recibir cuatro goles, dos de ellos, dolorosos, marca.
Gámez: 1. Muy pobre aportación. No pudo con su par y ensombreció su banda.
Francés: 2. Fue de más a menos. En la segunda parte se deshizo.
Jair: 1. Muy permeable a las acciones ofensivas. Mediocre.
Nieto: 3. Buen trabajo defensivo. En ataque no arriesgó.
Francho: 4. Un gran partido. Estuvo en todo y para todo.
Zapater: 2. Poco protagonista, fue superado en ocasiones clave.
Vada: 1. Muy lento y desacertado en sus decisiones.
Bebé: 4. Metió un gol grandioso y amplió el arco de ocasiones.
Giuliano: 3. Volvió a darlo todo. Como dice su padre, le falta calma ante el gol.
Puche: 2. No aportó lo que necesita el equipo. Fuera de lugar.
Bermejo: 2. Con su dolor a cuestas, es un jugador clarividente.
Alarcón: 1. Ha bajado dos peldaños en su juego. Le falta confianza.
Pau Sans: 4. Un fogonazo de esperanza y futuro. Estuvo activo y con veneno en sus botas y en su cabeza.
Larra: 1. No está a gusto en el equipo y no se encuentra a sí mismo.
Eugeni: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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