Real Zaragoza 0 – 2 SD Huesca | Crónica

Real Zaragoza 0 – 2 SD Huesca | Crónica

Hue, sí, s’ha feito de nuey

Recuerdo aquel partido de junio de 2020. Cuando el Real Zaragoza y la SD Huesca se batían el cobre por un ascenso que le quemaba al equipo zaragocista, aquel balón que salió de las botas de Mosquera y aterrizó en el pecho de Rafa Mir ya señaló el camino de un equipo que no lograría llegar a las puertas del cielo. Al revés, no hubo forma de abandonar el infierno. Y en él seguimos.

Tres años después, el equipo aragonés del valle prepara las exequias de un entrenador al que se le ha escurrido el equipo y el crédito por entre los dedos de la ineficacia. A su costado, un grupo de jugadores cavan su tumba con las palas de la desidia y una parte de la afición pierde el norte, cae en la torpeza de la indignación y carga contra uno de los nuestros con la ira por bandera y la injusticia por escudo. En medio de todo, los dirigentes se mueven en una ciénaga de inseguridad e inoperancia extraordinarias. El caos vive a orillas del Ebro.

El partido de ayer fue la rúbrica de la desesperación. Tras la vergüenza de Ontinyent, no cupo en la noche zaragozana le redención. La SD Huesca le enseñó al Zaragoza la senda de la derrota desde el minuto 1 y por ella deambuló el grupo de Escribá con la fragilidad de los vencidos. Si un equipo tenía un plan y sabía cómo ejecutarlo, el otro anduvo escaso de método y vacío de talento.

El entrenador zaragocista empleó a algunas piezas nuevas de inicio. Mouriño jugó por Francés, estos dias en la selección. Arriba, le pidió a Bermejo que sustituyera a Mollejo y recuperó un 4-4-2 que siempre ha defendido como seña de identidad, con Azón y Enrich en la punta. Por último, la recuperación de Francho cerró el capítulo de novedades. Búsqueda evidente de soluciones, pero nula respuesta ante un Huesca sólido, confiado en su idea y, sobre todo, muy motivado ante el rival aragonés al que más ganas le tienen.

Los primeros minutos los blanquillos mostraron deseos y voluntad de hacer daño a los de la Hoya, pero los chicos de Hidalgo andan finos y en la primera ocasión que tuvieron, al saque de una falta, encontraron el camino del gol con un buen cabezazo de Obeng que batió con facilidad a Rebollo. Jarro de decepción y bloqueo absoluto en el Zaragoza. Y en el zaragocismo.

El centro del campo era un manojo de inexactitudes y los dos extremos, teóricamente habilidosos e incisivos, se mostraron torpes y con el colmillo nada afilado. En punta, Iván y Sergi pululaban desorientados sin ninguna idea que llevarse a la bota, lo que facilitaba la tarea de los centrales oscenses.

Se llegó al descanso con el temor instalado en el corazón de los locales, tanto de los jugadores y técnicos como de la afición. Ni ánimo, ni esperanza. Ni siquiera indignación. Uno ya está muy curado de muchos espantos pero ya se acerca el tiempo de poner algún punto sobre alguna “i” y afrontar los tiempos que vivimos con otra actitud. Si ayer la afición no reaccionó después de ver los primeros cuarenta y cinco minutos, es que quizás hay que realizar el análisis desde otro punto de vista.

Escribá decidió sostenella y no enmendalla. Así, el equipo que no había ofrecido nada en la primera parte no aportó nada diferente en la segunda.  Únicamente un tiro fláccido de Valera. No obstante, en esta ocasión los cambios llegaron en seguida. Vallejo, Mesa y Gámez entraron en el campo aunque su iniciativa se quedó en un intento esbafau que no modificó la pétrea estructura oscense,

En ese “tuya y no mía” llegó la bofetada definitiva. Tras una jugada dudosa en la que muy bien se podía haber pitado falta contra el Huesca, el balón llegó a Nieto, quien se marcó un jugadón para acabar rematando con un zurdazo eléctrico que batió a Rebollo sin remisión. La Romareda estalló (poco) y le reclamó a la zona noble respuestas a una situación desastrosa que en los minutos que quedaban no se iba a remediar.  Como mucho, se podía empeorar, como por ejemplo con la expulsión de Lluis López, que vio la roja en el banquillo por protestar lo que debería haber reclamado “La Basílica”, ayer adormecida. Una muestra más de lo que es esta afición que ya no sabe cómo reaccionar cuando vienen mal dadas: ¿Indignación? ¿Paciencia? ¿Exigencia máxima? ¿Comprensión?

El partido acabó y se echó el telón a la “etapa Escribá”. La decepción cubrió con su manto el maltrecho corazón del zaragocismo y las horas comenzaron a correr a velocidad extrema en busca de un entrenador, otra más, capaz de evitar la caída al pozo del descenso, que de eso y no de otra cosa hay que empezar a hablar. Aquí ya no se mueve ni Dios hasta que el equipo y el club nos den lo que nos han quitado tras quince años de desgracias continuadas. Aquí ya no se mueve ni Dios hasta que no se confirme que hay motivos para la esperanza. Porque hoy no queda ni rastro de ella.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Rebollo; Borge (Gámez, 58), Mouriño, Jair, Lecoeuche; Francho, Grau (Aguado, 77); Valera (Maikel Mesa, 58), Bermejo (P. Sans, 77); Sergi Enrich (Manu Vallejo, 58) y Azón.

SD Huesca:
Álvaro Fernández; Gerard Valentín (Martos, 92), Juanjo Nieto, Blasco, Jorge Pulido, Loureiro; Javi Mier (Vilarrasa, 86), Sielva (Kortajarena, 86); Javi Martínez (Kento Hashimoto, 63), Joaquín (Hugo Vallejo, 86); y Obeng.

Árbitro:
González Esteban (Comité Vasco). Expulsó con roja directa, en el banquillo, a Lluís López (76), por protestar. Amonestó a Javi Martínez (12), Mouriño (35), Loureiro (45), Bermejo (72) y Gerard Valentín, 80).

Goles:
0-1, min. 15: Obeng. 0-2, min. 70: Juanjo Nieto.

Incidencias:
Partido de la Jornada 16 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en la Romareda, con 32.000 espectadores.

Puntuaciones

Rebollo: 3. Lo que era suyo, lo solucionó.
Borge: 3. Cumplió de sobra lo que le tocó.
Jair: 1. Irreconocible en algunas acciones. Desorientado.
Mouriño: 1. Irregular e incierto en trances clave.
Lecoeuche: 1. Alejado de los atacantes, le falta proximidad al peligro.
Grau: 1. No justificó la confianza de Escriba en él. Incierto.
Francho: 2. Lo intentó todo pero ha perdido el ritmo de crucero.
Bermejo: 1. Gaseoso y ya sin crédito.
Valera: 1. Un carta si firma ni rúbrica.
Enrich: 1. Se ha olvidado de sí mismo. No encuentra la razón de ser de su juego.
Azón: 1. Demasiados partidos en los que su único valor es la lucha.
Vallejo: 1. Todo lo que intentó acabó en fracaso.
Mesa: 1. Alguien lo ha desactivado. Desconectado.
Gámez: 1. Falto de acierto y vacío de contenido.
Sans: 2. Aportó desparpajo y acciones de talento.
Aguado: 1. Engullido por el desorden.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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