Real Zaragoza 1 – 1 Elche CF | Crónica
Llama que no se apaga
Lució muy guapa la venerable Romareda en una tarde que, a pesar del sol, anunciaba nubarrones. Buena entrada, el ánimo encogido y una batalla metálica en la que embadurnar toda nuestra inquietud. Con estos ingredientes el Real Zaragoza se las tuvo que ver con un Elche aguerrido, bueno con el balón y mejor en la ocupación de espacios que, sin embargo, no pudo con el equipo blanquillo. Con un frente abierto lleno de dificultades debido a la calidad del contrario y a las limitaciones de los jugadores aragoneses, en ningún momento perdió la fe y así fue como la traducción final fue moderadamente satisfactoria.
Víctor lo había dicho en la previa: el Elche es un equipo muy físico y el más poderoso en el control del balón e hizo falta muy poco para que lo confirmara sobre el césped. Muy pronto se hizo con el partido, extendiendo sus tentáculos y ocupando grandes áreas que hizo suyas a base de jugadas prolongadas y manejo ágil y habilidoso. La banda que debía defender Lecoeuche fue la pradera elegida para pastar y el Zaragoza tuvo que aprender a vivir en territorio propio. De este modo el partido se pintó de verde y propició que Badía viera peligrar su meta hasta en dos ocasiones. La primera a cargo de Mario Gaspar, cuyo chut salió desviado por muy poco tras un mal despeje de Jair. La segunda, con la firma de Nico Costa. Tampoco su disparo encontró puerta, aunque por poco.
El equipo zaragozano también quería participar en la fiesta, pero su verticalidad se veía mermada por la dificultad que encontró para llegar al área contraria. Sus ataques eran de largo recorrido, pues no era fácil recuperar en lugares propicios. Así, no quedaba más remedio que buscar el chut extendido, ese que a veces le han regalado los contrarios para destrozarnos el alma, como hizo Dela en Valencia. La diferencia es que Bebé ya no habita entre nosotros y ni Francés ni Aguado ni Mouriño están para esos menesteres.
El equipo era el mismo que frente al Levante, con el mismo dibujo y la misma carta de navegación. La diferencia es que Bakis ayer no encontró el camino, muy presionado por una grada que le acabaría abroncando por su rendimiento tan alejado de lo que se espera de él. La diferencia es que Valera no encontró el centro bueno, muy atado a la dependencia de su pierna izquierda, lo que le impidió asistir en alguna ocasión por su déficit de lateralidad. Y Mesa, el goleador del equipo, pecó de exceso de pausa, lo que provocó una espesura en la circulación que no benefició en absoluto al equipo.
La primera parte, en fin, fue un mar alborotado con mucha espuma pero aguas poco claras. Por eso, no estuvo mal llegar a la orilla del descanso con ese empate a cero que auguraba un segundo tiempo incierto y rebozado en la incertidumbre. Sin embargo el Elche se encargó de despejar dudas. Apenas habían transcurrido dos minutos cuando Bigas cabeceó y permitió que su excompañero Badía se luciese con una buena parada. Era fuera de juego, pero habría sido un bonito gol. Y seguramente el preludio de un segundo si otra vez Bigas hubiera acertado con un balón regalado por Mesa. Afortunadamente para los del león su disparo lo detuvo de nuevo Badía, aunque también había off side. Eran dos en muy poco tiempo. ¿Prólogo de algo? Sí: prólogo de gol.
Este llegó tras una falta en línea de tres cuartos. Su ejecución sirvió para que Mario Gaspar se adelantase a su marcador, Maikel Mesa, y con un suave toque batiese a Badía, no muy afortunado en esta ocasión, pues llegó a tocar el balón pero no con la firmeza necesaria. Era el 0-1 y el sol no fue capaz de ocultar las negras nubes que se cernieron sobre el futuro del equipo. Tan solo un enérgico golpe de timón y unas mejores prestaciones por parte de algunos jugadores podrían amortiguar la caída. Víctor optó por poner a Grau y Gámez en lugar de Mouriño y Valera. Parecía querer tener más posesión y retomar la profundidad que había perdido Valera. Una especie de rombo que debería servir para discutirle el balón al Elche, algo imprescindible si lo que se pretendía era amortiguar la desventaja.
Los primeros minutos tras el gol ilicitano fueron de infarto. Nico y Mourad estuvieron a punto de certificar la derrota zaragocista cuando dispusieron de dos magníficas ocasiones de gol, pero su inexactitud fue providencial, pues sus disparos se torcieron cuando La Basílica ya preparaba los pañuelos que podrían haber servido para amonestar a los suyos, como los más veteranos del lugar recordamos que sucedía hace décadas, o para enjugarse las lágrimas de la desdicha.
Afortunadamente no hizo falta ni lo uno ni lo otro. La razón la encontramos en la presencia apasionada, en palabras de Víctor, de Iván Azón, un chico para el que la llegada del entrenador zaragozano ha supuesto un impulso extraordinario. Tras unos primeros días en que este comprobó aterrorizado el estado de angustia que vivía el zagal, hoy se puede decir que le ha sentado de maravilla la llegada del veterano mister. Eso y la conexión con Marc Aguado. El centrocampista le sirvió un caramelo sideral que Azón cazó en titánica pugna con el experimentado defensa Mario Gaspar y después de abandonarlo en la cuneta se acomodó el balón y fusiló con un chut inalcanzable a Dituro, alojándolo en las míticas redes de la portería de la Romareda. Un grandísimo gol, por su belleza y por su importancia.
Podemos aventurar que el enfado de Beccacece debió alcanzar cotas espaciales. El Elche, que podría llevar un par de goles de ventaja veía cómo el Zaragoza le empataba el partido. Y no solo eso: a partir de ese momento, con sus armas melladas por la batalla, sí, pero con fe y entusiasmo, el equipo aragonés acometió una empresa valiente a través de varias acciones meritorias. Para ello Víctor cambió a Bakis, pitado por los suyos, a Lecoeuche, muy exigido en defensa, y a un fatigado Aguado, con el trabajo hecho, por Liso, Zedadka y Lluis López, ubicado este en una posición de medio centro con el fin de cementar el centro del campo. Buenos movimientos que a punto estuvieron de servir para lograr la victoria.
Se abrió en esos minutos un periodo que facilitó que el equipo generase diversos momentos cercanos al gol. Los más claros uno de Mesa y un centro terrestre de Zedadka que ningún delantero acabó de cumplimentar. Nadie lo habría dicho veinte minutos antes, pero lo que pudimos vivir al final del partido justifica la moderada satisfacción que Víctor mostró en la rueda de prensa, bien entendido que el equipo visitante que ayer jugó en Zaragoza cuenta con una poderosa plantilla capaz de luchar hasta el final por el ascenso. Un empate, entonces, que sabe a mucho siendo poco. Y se abre la semana crucial de la temporada, con el partido en el Alcoraz asomando por la esquina de la rivalidad entre dos equipos que se juegan la vida. Será el sábado, cuando la noche se tiña de azul y grana, de blanco y azul.
Ficha técnica
Real Zaragoza:
Badía; Mouriño (Gámez, 57), Francés, Jair, Lecoeuche (Zedadka, 73); Aguado (Lluís López, 73), Moya; Valera (Grau, 57), Maikel Mesa; Azón y Bakis (Liso, 68).
Elche CF:
Dituro; Josan (Arnau Puigmal, 93), Carreira, Mario Gaspar, Bigas, Clerc,; John, Nico Castro (Bermejo, 93), Tete; Nico Fernández (Mendoza, 80) y Mourad (Manu Nieto, 80).
Árbitro:
Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó a Mario Gaspar (44), Francés (67) y Jair (97).
Goles:
0-1, min. 52: Mario Gaspar. 1-1, min. 61: Azón.
Incidencias:
Partido de la Jornada 35 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en la Romareda, con 28.000 espectadores.
Puntuaciones
Badía: 2. Si bien en el gol flaqueó, paró varios balones peligrosos.
Mouriño: 1. Correcto en defensa, ausente en el despliegue.
Jair: 2. Contundente en el corte y el choque.
Francés: 3. Acudió donde se le necesitaba aunque sufrió en las pugnas.
Lecoeuche: 2. Bien en el tono ofensivo, su banda fue un pasillo.
Aguado: 3. Liberado de tareas que no controla, manejó el partido en muchos tramos.
Moya: 1. Desajustado y aplicado a los errores.
Valera: 2. Bien en el cara a cara, le faltó culminar sus incursiones.
Mesa: 2. Muy pausado, demasiado. Atascó el juego en ocasiones.
Azón: 4. Muy crecido. Lo dio todo y acertó en casi todo. Gran gol.
Bakis: 1. Se me ocurre que está ayudando a Azón a crecer.
Grau: 2. Discreta actuación. Sin errores pero sin grandes aciertos.
Gámez: 2. Mejoró a Mouriño, sobre todo en su afán vertical.
Liso: 3. Agitador y muy dinámico. Se atreve con casi todo.
Zedadka: 3. Cubrió bien y ajustó el lateral ofensivamente. Buenos centros.
López: 2. Ajustó su presencia en el medio campo. Calmó las aguas.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
