SD Huesca 1 – 2 Real Zaragoza | Crónica

SD Huesca 1 – 2 Real Zaragoza | Crónica

No se crebará

“Esto es un infierno”. Estas cuatro palabras de Víctor Fernández en rueda de prensa describen con la profundidad de un corazón blanco y azul curtido “en miles de batallas” la trascendencia de la victoria de ayer. Así mismo, es un relato del sufrimiento de un hombre que nació para ser entrenador del Real Zaragoza y, por decisión de la Historia, convertirse en una de las leyendas más grandes del deporte aragonés de todos los tiempos.

Ayer, el equipo aragonés del valle del Ebro le arañó varios capítulos al futuro en un partido que vivió varias fases, todas ellas rusientes. Víctor apostó por unos jugadores a los que convirtió en mensaje, cuyos nombres y disposición hablaban de un relato diferente al propuesto siete días antes frente al Elche. La elección de tres centrales y dos carrileros permitía comprender que el rombo dibujado con la presencia de Azón y Adrián en la delantera debería provocar un mayor desgaste en el Huesca, muy dueño y señor del balón en seguida. De este modo el juego abierto de los de Hidalgo podría encontrarse con la dificultad de un equipo acordeón con algunas gotas de veneno ocultas.

Los primeros veinte minutos tuvieron el sello de los soldados del Señor San Jorge. Como si la preciosa escenografía diseñada por el departamento de marketing de la SD Huesca tuviera las claves de lo que iba a suceder. El lema compartido, esa vivaz expresión que nos hablaba de “El pulso de Aragón”, se trasladó al césped y se hizo verdad con esos intercambios de prudentes golpes de los que salió muy bien parado el equipo local. Y muy pronto. Nacido de un corner ejecutado con lápiz y cartabón, el balón llegó al área pequeña de Badía y allí Loureiro recordó sus tiempos de delantero para taladrar la red avispa con un chut diagonal de una gran belleza.

El 1-0 fue, en efecto, una bofetada descomunal. Fruto de una estudiada movilidad, de la perfecta ejecución de giros y contragiros de sus jugadores, el Huesca supo acomodarse a los espacios que sus jugadores creaban. Por su parte, el Zaragoza pretendía jugar sus bazas con una cierta intención conservadora pero fiando gran parte de su plan a la energía y el vigor de esos zagales que se han convertido en dos puñales afilados capaces de atornillar a la defensa contraria. El déficit llegaba por la falta de concreción de los centrocampistas, sobre todo Toni Moya y Maikel Mesa, piezas clave en este sistema pero que con su indefinición impedían que el plan se cumpliese.

Cuando el Huesca se encontraba en fase de disfrute; cuando el Huesca mejor y con más galanura movía el balón apareció un eléctrico extremo que se llevó por delante a Loureiro y ejecutó un chut seco y raso que engañó a Álvaro logrando el 1-1. Hablamos de Adrián “Fisher” Liso, el joven delantero aragonés que acabó con el “jogo bonito” de la SD Huesca gracias a su potencia, fe y tenacidad. Pura rasmia.

El empate nubló la claridad con que había jugado hasta entonces el Huesca. Al mismo tiempo, activó a un Zaragoza que, minuto a minuto, recuperó el pulso y completó un nuevo discurso que tenía a Iván y a Adrián como perfectos oradores, engrandeciendo con cada movimiento el asedio a la portería local. Y cuando las murallas oscenses empezaban a desear que se decretase un alto el fuego que les permitiese recomponerse, se produjo la jugada del penalty. En un balón en el área, Javi Martínez manoteó la cara de Maikel Mesa de forma ostensible. Lo que se pitó como falta al borde acabó como pena máxima gracias al aviso de la sala VAR. Un caramelo demasiado dulce como para que Maikel Mesa lo despreciase. Su gesto cercano a lo Panenka significó el 1-2.

En el descanso Víctor sustituyó a Lecoeuche, lesionado, por Zedadka y el partido se reanudó con las fuerzas oscenses dispuestas a la incruenta batalla. Muy pronto se vio que querían recuperarse del hondo mazazo que había supuesto la remontada zaragocista, pero su propuesta favoreció claramente a los de Víctor. El juego se abrió y el ritmo, rápido y algo desordenado, propició que el Zaragoza aprovechase la velocidad de sus delanteros y también la mejor adaptación de gente como Gámez, que recogió el guante y se dispuso a recorrer la banda con velocidad.

Fue en una de estas cabalgadas cuando le envió un balón de oro a Mesa, de esos que le gustan al canario. Su disparo, muy bien orientado y con la fuerza justa, pintaba gol, pero Álvaro logró desviarlo lo justo para que tropezase en la madera. Habría sido un bello gol y, quizás, el sello que hubiera cerrado la carta del partido.

El escenario invitaba a los cambios y a ello se aprestó Hidalgo. Apostó por jugadores ofensivos y Víctor decidió arropar un poco más a los suyos, poniendo a Jaume Grau en lugar de un Mesa ya poco útil. Y fue ahí, cuando faltaban poco menos de treinta minutos, cuando el partido se vistió de oficio. El equipo que mejor manejase los tiempos tendría más posibilidades de lograr su objetivo. El Zaragoza, ajustado en su territorio, y el Huesca moviendo la bola con criterio y tratando de lanzar balones al área a la espera de algún remate afortunado. En una de esas estuvo cuando Bolívar lamió la ocasión en una falta lateral esquivando los gestos del otro fútbol mientras el Alcoraz, un tanto a rebullo, animaba a los suyos y trataba de encontrarse en todas y cada una de la redoladas por las que transitaba el juego.

Valera había sustituido a Liso y su participación resultó importante. Con sus galopadas, con sus gestos osados llevó a la defensa del Huesca al retortero, obligándole a veces a recular, lo que provocaba la desesperación de la grada. Eso, sin embargo, no era suficiente. Los de Hidalgo no reblaron y apostaron todo a convertir el partido en una tronada. Bombardearon el área, acosando a un Zaragoza que trataba de evitar que en sus filas se activase una revoltina que desordenase la defensa. Eso estuvo a punto de provocarlo Mouriño cuando le propinó un golpe en la cara a Vallejo y recibió la segunda amarilla. Jair saltó al verde y comenzó un micropartido en el que todo podía pasar. Y lo que pudo suceder es que Obiang cabeceó un centro que, de haber encontrado puerta, habría estricallau el alma blanquilla de los 400 zaragocistas que alentaban furiosamente a los suyos.

Con muy pocos minutos que jugar Valera había reconstruido poco antes aquella escapada de Puado que no fue castigada con falta de Pulido en 2020, pero ayer, sí, el árbitro penalizó al infractor y expulsó a Sielva por arrollar al murciano. Con eso y poco más el Zaragoza completó los últimos espadazos en el cerro de San Jorge y, como ocurriera en 1096, cerró un capítulo que se antoja de especial relevancia. De su importancia dan fe los abrazos, gestos de júbilo e incluso lágrimas que arrasaron los corazones de jugadores, técnicos y afición. Una alegría que, deseamos, sea ese andalán en el que plantar los árboles de un futuro que nos permita aproximarnos al camino a casa. A Primera.

Ficha técnica

SD Huesca:
Álvaro Fernández; Nieto, Loureiro (Javi Mier, 68), Pulido, Vilarrasa; Sielva, Kortajarena (Bolívar, 68), Javi Martínez; Valentín (Tresaco, 82), Elady (Obeng, 61) y Joaquín (Hugo Vallejo, 61).

Real Zaragoza:
Edgar Badía; Fran Gámez, Mouriño, Lluis López, Francés, Lecoeuche (Zedadka, 46); Aguado, Moya; Maikel Mesa (Grau, 65); Azón (Jair, 86) y Liso (Valera, 76) .

Goles:
1-0, min. 19: Loureiro. 1-1, min. 35: Liso. 1-2, min. 45: Maikel Mesa.

Árbitro:
Ávalos Barrera (Comité de Cataluña). Mostró amarillas a Liso (10’), Loureiro (59’), Mouriño (67’), Edgar Badía (71’), Zedadka (75’), Obeng (75’) y Bolívar (89′). Expulsó por doble amarilla a Mouriño (85’) y por roja directa a Sielva (94′).

Incidencias:
Partido de la Jornada 36 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en el estadio del Alcoraz, con 9.000 espectadores.

Puntuaciones

Badía: 3. Tuvo varios balones complicados que solucionó bien.
Gámez: 3. Buen trabajo, trufado de verticalidad y buenas decisiones.
Mouriño: 3. Completó un buen partido. Serio y fuerte. Lástima el error.
Lluís López: 3. Cumplió con corrección y oficio.
Francés: 4. De lo mejor. Estuvo en todo y en todas. Muy completo y con personalidad.
Lecoeuche: 1. Si tuvo problemas físicos, le disculpan. Superado en defensa y ausente en ataque.
Toni Moya: 3. Tiene destellos de gran jugador y errores de finura en el control.
Marc Aguado: 3. Muy suelto y cómodo en su labor. Bien tácticamente y sobrio en el control.
Maikel Mesa: 3. Goleó y casi dobla su score. Le faltó presteza y control
Adrián Liso: 5. Gran partido. Un ariete, osado, potente, astuto. Y goleó.
Iván Azón: 5. Vigoroso, enérgico y comprometido con la causa. Doblegó a la defensa.
Zedadka: 3. Le tocó un duro competidor y lo sujetó con eficacia.
Jaume: 3. Sabe lo que Víctor espera de él y se lo da. Posición, pausa y rigor.
Valera: 3. Estuvo poco pero bloqueó la salida del Huesca y le dio para asustar con sus carreras.
Jair: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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