Real Zaragoza 2 – 0 Villarreal C.F. B | Crónica

Real Zaragoza 2 – 0 Villarreal C.F. B | Crónica

Eppur si muove

Hay frases afortunadas, frases mágicas e incluso frases apócrifas. Pero también podemos generar expresiones que alcanzan la categoría de legendarias. Eso puede sucederle al ya estruendoso “¡Moverse, maños, moverse!”. En pocas semanas ha alcanzado el rango de himno y ya forma parte de este corazón joven que ayer empezó a palpitar a ritmo de tres por tres. Los puntos conseguidos, es decir.

Lucía la Basílica bella y vital. Aunque sus gradas no dibujaban un lleno pasión, sí mostraban un gesto ilusionado y alegre. Se había construido a base de decisiones razonables en los despachos del club. También de un relato que nos habla de oportunidad. El equipo que presentó Escribá era una propuesta al camino cierto. Con nombres de siempre, sin ir más lejos la portería y la defensa. También con novedosas apuestas que han llegado con la vitola de talento y experiencia.

Los primeros minutos fueron un fuego a medio camino entre lo que tiene que ser este equipo y lo que aún le falta por construir. Ante un rival tierno y atrevido, como lo es siempre el filial de un equipo grande, no vimos caminos seguros que nos llevasen al territorio de Iker con claridad. A falta de extremos puros el Zaragoza manejó una solución próxima al bendito rombo. Se trata de una figura casi mítica en la casa blanquilla, pero para que se consolide hace falta más recorrido. En esa incierta tesitura el Villarreal B se atrevió a sacudir la cobertura zaragocista con una ocasión de Ferrari que salvó Nieto con un gesto de gran poderío físico.

Fue una especie de interruptor que activó al equipo aragonés. En pocos minutos los delanteros del león disfrutaron de tres ocasiones muy claras. Bien por centímetros, bien por la buena actuación de Iker no acabaron en gol. La primera la generó Maikel Mesa, con un pase con el exterior del pie que habilitó a Iván Azón. El zaragozano superó con sutileza al portero groguet, pero el balón salió fuera por un palmo. La segunda, un balón que Moya le regaló a Bakis, pero el chut, colocadito, lo despejó fácil Iker. Y la tercera, un magnífico pase de cincuenta metros de Francés que se acomodó de nuevo el delantero turco-alamán. Su chut, duro y seco, lo sacó de nuevo el portero del Villarreal. Cualquiera de las tres jugadas mereció ser gol, pero también lo fue un disparo de Ontiveros al que Cristian respondió con un despeje marca de la casa.

Estas jugadas son las que señalan la diferencia entre ganar y no ganar. Es verdad que ayer se invitó a la ilusión en todo momento. Las jugadas del Zaragoza tenían alma y vida, algo que se echaba en falta. Pero faltaba la sal del fútbol. Faltaba el gol. Fue, así, muy favorable el pitido que llevaba a los actores al vestuario. Mucho calor y todavía falta de rodaje llevó a los muchachos de los dos equipos a pedir a voces un descanso. Sobre todo para confirmar una propuesta en la que jugadores como Aguado, Moya y Francho son cruciales. Era, entonces, necesario retomar el pulso y calibrar las fuerzas para darle más ritmo a un partido en algunos momentos muy lento.

En la segunda parte el Villarreal B se dispuso a molestar al equipo de los mayores. Ontiveros, un veterano camuflado de novel, llevó el peligro por su banda y con el balón parado. Y otra vez Ferrari le buscó las cosquillas a Cristian. Por fortuna, su disparo se le fue por centímetros. Y la lentitud lastraba el juego del Zaragoza, aún somnoliento y poco activado.

En medio de alguna telaraña mental nació el primer gol del Zaragoza. Azón se peleó con el mundo y condujo el balón a trancas y barrancas hasta que quedó a los pies de Maikel Mesa. Y ahí sí: ahí el Zaragoza dispone este año de jugadores que no se andan con tontadas. Vio la ocasión y alojó el balón en la red de Iker con un chut árido, metálico, inapelable. Esa es la diferencia. Eso es lo que marca distancias.

La Romareda, que está empeñada en creer que el arco iris nace y muere en la ribera del Ebro, estalló jubilosa. Y cantó, y bufandeó, y lanzó al viento sus ilusiones, que no tienen horizonte que las oculte. Y con esa atmósfera electrificada por el impulso de una afición, es más fácil que las cosas sucedan. Pocos minutos después, un balón peleado por todos y amartillado por Mesa, le cayó a Francho. El aragonés, santo y seña de una generación que lo está dando todo, enganchó un disparo que se hizo parábola. Un gol imparable y, por demás, hermoso. Y un gol que dedicar a los amigos que ayer no pudieron estar en su asiento porque a veces el suelo se abre bajo tus pies, Joaquín, pero pronto volverán a nacer las flores en la misma tierra que nos sustenta.

¿Hablamos de fútbol? Sí, porque golpear con acierto y solvencia también es fútbol. Y de eso hoy, el Zaragoza, puede empezar a presumir. Y a encontrarse a sí mismo, como cuando Borja Bastón convertía, Borja Iglesias resolvía y Luis Suárez completaba. Ese es el modelo. Y no encajar, por supuesto. Porque en ese arte el Zaragoza dio ayer una lección notable. Con desajustes propios de un rombo adolescente, es cierto, pero el principio que gobierna la vida, hoy, es “portería a cero». Y ahí, vamos bien.

Lo demás lo enmarcamos en una sencilla presentación de los nuevos ante su gente. Algunos porque llegan por primera vez, caso de Sergi y Valera; otros, porque vuelven como hijos pródigos como cesión, caso de Mollejo, o
recuperación, hablando de Bermejo. Y fiesta, mucha fiesta. Y nombres propios. Sin duda, Maikel Mesa, pero también Aguado, que en poco tiempo será un faro del zaragocismo. La ovación que recibió así lo indica, como es indicativo el ambiente de celebración que inundó el estadio zaragocista. Eso en la primera jornada, un 11 de agosto, a 33 grados. Y ganando a un equipo, por decir, modélico pero inexperto. Si se repite el lienzo el próximo viernes ante el mastodóntico Valladolid, habrá que prepararse para degustar un menú de tres estrellas. O de tres puntos. Los mismos que señalan el camino de regreso a casa. A Primera.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Nieto; Aguado (Grau, 80), Francho, Moya (Bermejo, 75), Maikel Mesa (G. Valera, 85); Azón (Mollejo, 75) y Bakis (Sergi Enrich, 85).

Villarreal B: Iker Álvarez; Altimira, Hugo Pérez (Gelardo, 77), Abraham, Tasende; Del Moral, Carlo Adriano (Requena, 77); Rodri Alonso (Víctor Moreno, 77), Ontiveros; Ferrari (Jorge Pascual, 65) y Forés (Collado, 65).

Goles: 1-0, min. 56: Maikel Mesa. 2-0, 63: Francho

Árbitro: Quinteros González (Comité Andaluz). Amarillas a  Gámez  Mollejo por los locales y a Rodri Alonso, Altimira, Ontiveros e Iker Álvarez por los visitantes.

CALIFICACIONES

Cristian: 4. Ídolo. Una gran parada nos recordó quien es.
Gámez: 3. Mucho trabajo resuelto con esfuerzo.
Francés: 4. Serio, fuerte y sólido.
Jair: 4. Grandioso por arriba y formidable en el corte.
Nieto: 4. Salvó un gol y lo hizo todo bien, en defensa y en ataque.
Aguado: 4. Comenzó estático pero cerró un partido notable. Muy presente.
Moya: 3. Demasiado horizontal. Cuando da un paso al frente, desequilibra.
Maikel Mesa: 4. Gran debut. Es un ejemplo de potencia, actividad y peligro.
Azón: 3. Luchó mucho pero estuvo inexacto.
Bakis: 3. Le falta conexión y ubicación. Dos oportunidades que debe
convertir.
Mollejo: 2. Activo pero poco eficaz.
Bermejo: 2. Le falta rodaje. Falló un gol.
Grau: 2. Correcto, sin más que aportar.
Valera. S. C.
Sergi: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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