SD Éibar 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

SD Éibar 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Demasiados quizás

El fútbol concita pocos acuerdos. Ya no digamos unanimidades. Por eso, cuando la inmensa mayoría de voces y plumas coinciden en que el partido de ayer fue un ejemplo de dignidad futbolística y sequedad en el tanteador será porque así fue.

Llegaba el Real Zaragoza a Ipurúa con la sana intención de confirmar sus buenos trabajos en casa con una actuación próxima al éxito. Se enfrentaba a uno de los poderosos de la categoría y no era empresa sencilla, pero el pálpito blanquillo nos decía que podía ser.

Los jugadores parecieron creérselo y desde el primer minuto adoptaron una actitud altiva y hasta audaz, con un ritmo vivo y unas ideas de tipo “echao p’adelante” de esos de pañuelo de seda y zapatos pulidos. Sin embargo, el lienzo en seguida lució los colores azulgrana del Eibar. Una sencilla pero brillante incursión por la banda de Tejedor tras un inteligente movimiento grupal propició que el centro del lateral encontrara la cabeza de Bautista. El remate fue inapelable.

Julio Velázquez diría en rueda de prensa que el gol les noqueó y algo de eso hubo. El equipo aragonés se miraba pero no se encontraba. Sus jugadores habían perdido el hilo múltiple que los conecta cuando juegan en la Romareda y de ello se aprovechó el Eibar. El grupo de Etxeberría tiene unos mecanismos muy bien engrasados y varios jugadores que saben de qué va esto. Con todo eso se construyó una primera parte en la que solo hubo un equipo en el campo, insultantemente superior y, al mismo tiempo, ineficaz en el remate o incapaz de superar a un Badía que ya se ha convertido, con su trabajo, en el espejo de Cristian.

El Eibar jugó sus bazas y aprovechó el desconcierto zaragocista. Cada vez que se quedaban el balón, que fue durante mucho tiempo marcando datos de 70-30 a su favor, se asomaban al balcón de los de Velázquez y ahí temblaban todos los andamios de la defensa. En una de esas el portero catalán hizo una parada antológica (¿o habrá que decir “la” parada antológica de cada tarde?) a los pies de Bautista. Y, curiosamente, ahí se activó la palanca de cambios del Zaragoza para comenzar a desemperezarse. Dejó de ser un equipo achinorrau para comenzar a parecerse algo a sí mismo.

Fue en el descanso cuando Velázquez actuó como un entrenador. Dejó en la caseta a Gámez y Moya por Zedadka y Valera y movió sus piezas, pasando de cinco a cuatro defensas. Su declaración de intenciones no engañaba. Los cambios y los movimientos permitieron que el Zaragoza se soltara, que algunos jugadores, como Marc Aguado, que hasta ese momento habían vivido maniatados, comenzaran a insuflar oxígeno al juego y que el Eibar comprobara que enfrente tenía un equipo inferior pero no acomplejado. Fue lo mejor de la tarde: constatar que el Zaragoza tiene amor propio y no se acotola aunque tenga que pugnar con un gigante como el Eibar.

Velázquez había hecho sus movimientos pero Etxebería sabe lo que se hace y también tomó decisiones. El partido se equilibró y entramos en Territorio Tuyamía. Había voluntad, tenacidad pero faltaba profundidad en las bandas y balones en el área de Luca. Entraron Enrich y Bakis, pero ninguno de los dos tuvo ninguna ocasión favorable. Sin llegar a ser un equipo arguellau, el Zaragoza no tiene el fuelle que muestra en casa. Ya tenemos portero. Mejor: ya tenemos los dos mejores porteros de la categoría. Ya disponemos de una defensa que, en general, se acopla bien y cumple con lo que tiene que hacer. Pero ahí nos atascamos. Por lo menos lejos del Ebro.

Los últimos minutos fueron un ejercicio de dominio entusiasta pero estéril. Más burrufalla que juego nítido y eso, en esta categoría, no sirve. En esta fiesta gana el que hace lo que sabe hacer bien y ayer el Zaragoza pecó de inocente ante un grupo que se ha hecho un hueco en el fútbol a base de oficio. Por lo demás, nos queda la satisfacción de no haber abandonado la lucha en ningún momento. Y la indignación por los dos escasos minutos que el ínclito Trujillo alargó el partido.

Ficha técnica

SD Éibar:
Luca Zidane; Tejero, Berrocal, Arbilla, Ríos Reina; Vencedor (Sergio Álvarez, 72), Matheus Pereira; Aketxe (Corpas, 72), Mario Soriano (Nolaskoain, 63), Stoichkov; y Bautista (Sergio León, 84).

Real Zaragoza:
Badía; Gámez (Zedadka, 46), Mouriño (Bakis, 78), Lluís López, Francés, Mollejo; Aguado, Moya (Valera, 46), Francho; Maikel Mesa (Manu Vallejo, 86) y Azón (Sergi Enrich, 63).

Goles:
1-0, min. 7: Bautista.

Árbitro:
Trujillo Suárez (Canario). Amonestó a Berrocal (46) y Matheus Pereira (82).

Incidencias:
Partido de la Jornada 26 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en Ipurúa, con 6.500 espectadores.

Puntuaciones

Badía: 5. Ya no es un partido. Es en todos el valladar inexpugnable.
Gámez: 1. No estaba recuperado y se le notó escaso de tono.
Mouriño: 2. Ausente en muchos momentos y desactivado.
López: 3. Mantuvo su regularidad y seriedad.
Francés: 4. Tuvo gestos de excelencia. Cumplió en todo.
Mollejo: 2. Trabajó hasta a extenuación. Tuvo en Tejedor un gran rival.
Marc: 3. En la primera parte, encorsetado. En la segunda, brilló.
Moya: 2. Desubicado. Cuando lo envían al carril interior, se apaga.
Francho: 3. Como siempre, pisó todas las briznas del campo. Inagotable.
Maikel Mesa: 2. Demasiado manierista. Mucho toque pero ineficaz.
Azón: 3. Luchó, luchó y luchó.
Zedadka: 3. Estuvo muy activo y presente.
Valera: 2. Falto de energía. Precisa rodaje.
Enrich: 2. Una vez, más, trabajador. No encuentra puerta.
Bakis: 1. Llegó pero le falta mucho.
Manu Herrera: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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