En el lúgubre panorama del cine español del franquismo, de vez en cuando aparecían islotes de imaginación y de grandeza. Uno de los actores más importantes en las décadas de los 50 y 60 fue José Luis Ozores, y él es protagonista de la película “El gafe”. Su papel era el de un buen hombre que trabaja eficientemente como empleado de banca y, a pesar de ello, sus jefes y compañeros le guardan cierto recelo, pues están convencidos de que todas las cosas malas que suceden en la oficina se deben a su nefasta influencia. El Real Zaragoza tiene su gafe particular: el Valencia. En las últimas temporadas, o gana el equipo levantino con un gol en jugada aislada o consigue puntos inesperados tras un partido en el que era dominado, y esta última versión de la película fue la que sucedió esta vez.
El partido pudo convertirse en un duelo mortuorio tras el temprano tanto conseguido por Ángulo, en el típico despiste de “tirar mal” el fuera de juego por parte de nuestra defensa. Ese gol fue el detonante de una desmelenada reacción de los zaragocistas, ávidos en ganas de demostrar su valor a su afición. Un gol de Ewerthon llevó las tablas al marcador, y otro gol de Cani, su sustituto, llevó a los zaragocistas a liderar el curso de las operaciones nocturnas en La Romareda. Con un juego vertical pero muy elaborado, nuestros jugadores desarbolaron al Valencia, demasiado esquemático en sus movimientos, con unos contundentes Movilla y Zapater, la habitual seguridad de Álvaro y Gaby Milito y los interesantes movimientos de Diego Milito en su début. El dominio zaragocista fue arrollador, pero con dos notas negativas que luego serían decisivas en el transcurso del partido: las lesiones de César y Ewerthon.
En la segunda mitad no se modificaron mucho las cosas, el equipo maño dominaba y el Valencia, a pesar de los cambios de lujo que realizaron, seguía esperando que alguno de sus grandes jugadores apareciese por el escenario principal del gol. Pero el lógico cansancio de nuestro equipo, agrandado por la única posibilidad de un recambio, cuando había varios jugadores agotados, propició un dominio valencianista algo ficticio, sin ocasiones de gol, pero que acabó resultando decisivo, tras aprovechar Villa un despiste del centro de la zaga local, un borrón muy grande en un expediente hasta entonces inmaculado. La injusticia en el marcador se consumó y no pudimos hacer nada para evitarlo, no se puede luchar contra un gafe.
El Real Zaragoza apuntó muy buenas maneras: vertical en los extremos, con Ewerthon como un puñal hasta su lesión y Savio tan enchufado como la temporada pasada, con los dos medioscentros a pleno rendimiento y con una defensa entonada, con un Ponzio recuperado del baile búlgaro de Madrid. Sin embargo tuve la sensación de que su estructura es frágil, de cristal de Bohemia, que cualquier circunstancia adversa del juego podía hacer sucumbir al equipo; esperemos que sea una sensación de comienzos de temporada y que se imponga la consistencia en el sistema que pretende Víctor Muñoz.
El mediapunta: no le pongo nombre concreto a este epígrafe, aunque lo lógico sería que comentase el partido de Óscar. Pero me parece que con este sistema el puesto de mediapunta en el Real Zaragoza debería replantearse. Si Víctor busca un jugador de apoyo al delantero y que se mueva por los tres cuartos de cancha, entonces tendría más sentido la participación de Cani en ese puesto, o un Óscar liberado de tanto esfuerzo. Si lo que pretende Víctor es que sea un jugador que se incruste en el centro del campo, un poco más adelantado que los medioscentros y que tenga llegada, dudo que Óscar sea el jugador válido: el vallisoletano lucha muchísimo (a pesar de los interesados en adjudicarles a Cani y a él el calificativo vergonzoso de “minga fría”), pero su capacidad física no le permite trabajar atrás y llegar fresco arriba. Es evidente que Víctor busca un jugador de apoyo a los medioscentros, por lo que sería conveniente que fuese un especialista de centro del campo, acostumbrado a la brega y con capacidad física para llegar arriba el que tendría que ocupar ese puesto, y ese hombre es Generelo.. Eso sí, no lo escribo en mayúscula ni lo digo muy alto, que se puede confundir mi opinión con un apoyo al denostado trivote…
Por Jeremy North
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