Más dura será la caída | La Lupa
Salamanca 1 – 3 Real Zaragoza
En estas últimas semanas y desde lugares como Alicante, Madrid, Castellón y San Sebastián, se ha insistido que el Real Zaragoza se ha dedicado a primar a diestro y siniestro, a proa y a popa, a los equipos que disputaban sus partidos contra Hércules y Rayo Vallecano, para que les ganasen e incluso, en el súmmum de la maldad, a pagar por dejarse derrotar, como se dijo por no se sabe quién desde Castellón. Mi memoria intenta recordar algún ejemplo cinéfilo de compraventa de partidos de fútbol, pero no se me aparece ninguno. En cambio puedo recordar obras maestras del cine, por supuesto americano, en las que este tipo de historias se daban con asiduidad en el boxeo. En la película “Cuerpo y alma” el boxeador acabado, que interpretaba John Garfield, recibe ofertas-órdenes de empresarios mafiosos para que se deje caer por unos golpecitos de un púgil con menos talento pero con más apoyo de los bajos fondos. En “Más dura será la caída”, Humphrey Bogart interpreta a un periodista de vuelta de todo, que es contratado por otro de esos mafiosos para que levante hasta el cielo la carrera de un pobre boxeador argentino, todo músculo pero con escaso cerebro y capacidad para boxear, y que es incapaz de comprender que todos sus combates están amañados. Me estoy imaginando a Agapito Iglesias y Bandrés, con unos cuantos euros de los que nos deben quedar en la caja fuerte del club, con unos trajes ostentosos y siempre acompañados de puro y copa, comprando la voluntad de prácticamente la totalidad de los equipos de la segunda división en esta segunda vuelta, qué imaginación tienen algunos…
El partido de Salamanca era decisivo, porque se jugaba ante el rival más potente de los que restan para el camino del ascenso, pero a los 11 minutos se había finiquitado aparentemente el partido. Dos acciones extraordinarias de Arizmendi culminadas con su habitual eficiencia por Ewerthon, dejaron el encuentro listo para sentencia. Los charros no llegaban al área y se estaba pasando una tarde muy cómoda, pero una mano de Pavón supuso un penalti inesperado, que acabó en gol y complicó el partido. El Real Zaragoza perdió el control del juego en los últimos minutos de la primera parte y en la continuación aún sufrió más por la presión del Salamanca y el escaso acierto en la conducción del balón de nuestros mediocentros.
Quique Martín pudo empatar en una clara oportunidad, pero afortunadamente no lo consiguió y el que sí acabó con el partido fue Jorge López, con una obra maestra del “hombre tranquilo”, capaz de elevar el balón por encima del portero con la sangre fría más absoluta. Con el pitido final la alegría de los jugadores, cuerpo técnico y afición desplazada a Salamanca fue incontenible, esta victoria era vital para asegurar el ansiado y obligado ascenso.
Ya falta menos para que acabe esta dura y desagradable temporada. El objetivo del retorno a la Liga BBVA se va a cumplir con casi total seguridad y se dará por bueno todo sufrimiento. Abandonaremos a su suerte en la Liga Adelante a todos esos equipos creciditos, los Hércules, Huesca, Rayo Vallecano, etc., que se han creído, desde sus cuerpos técnicos, directivos y maleducadas aficiones, que pueden menospreciar e insultar la inteligencia de los aficionados y estamentos zaragocistas; esperemos y deseemos perderlos de vista para siempre. Las primas hacen su efecto, pero mucho más las ganas de vencer y de eso han estado sobrados los jugadores de Marcelino, que han ganado a prácticamente todos los rivales, primados con seguridad, en la segunda vuelta. Si el Hércules, por ejemplo, no ha podido superar a los equipos rivales también untados, será porque no han tenido capacidad futbolística ni la fuerza física necesaria para superar con éxito el último tramo de competición. Sr. Mandía, no sé si tendrá una buena carrera como entrenador, aún es joven, pero en lo que seguro que va a triunfar es como llorón profesional, a eso no le gana nadie.
Por Jeremy North
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