A las puertas de la extinción | La Lupa

Mallorca 4 – 1 Real Zaragoza

En el año 1.979 se estrenó Alien, el 8º pasajero, una película de ciencia ficción que marcó un auténtico hito en la historia del cine fantástico y de terror. Los tripulantes de la nave Nostromo deben enfrentarse a un ser alienígena que escapa a su comprensión y conocimientos y que poco a poco está eliminando a todos y cada uno de los viajeros. 

En un momento dado, el oficial científico, Ash, un androide de última generación le dice a la Teniente Ripley: «Aún no habéis comprendido a qué os enfrentáis. Un perfecto organismo. Su perfección estructural sólo está igualada por su hostilidad. Yo admiro su pureza, es un superviviente al que no afecta la conciencia, los remordimientos ni las fantasías de moralidad… No tenéis ninguna posibilidad, pero… contáis con mi simpatía». 

El Real Zaragoza es uno más de los tripulantes de la Nostromo. No comprende qué es lo que le pasa, ni tiene idea de como atajarlo y no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir, pero cuenta con nuestra simpatía. No estamos preparados para vencer esta guerra y somos carne de cañón, condenados a descender. 

El primer tiempo del equipo blanquillo fue una confusa mezcolanza entre esperanza y hastío. El equipo cometió serios errores defensivos, como siempre y se mostró impotente en ataque, como siempre, pero la cortedad del resultado nos dejaba ilusorias esperanzas de reacción. Sin embargo el segundo tiempo nos devolvió a nuestra realidad habitual. Somos incapaces de generar peligro y los contrarios se van creciendo hasta sacarnos del campo a gorrazos, primero aprovechando nuestros constantes regalos en defensa y luego sintiéndose tremendamente cómodos por nuestra incapacidad ofensiva. 

Que la plantilla es de lo peorcito que hemos tenido que sufrir cómo zaragocistas es un hecho demostrado. Desconozco que porcentaje de responsabilidad podemos achacarle a la directiva y que parte al entrenador o a los propios jugadores (me niego a achacarle responsabilidad alguna a la afición a pesar de que siga habiendo iluminados que insisten en su cegata cerrazón de que la mayor parte de los problemas del equipo los causa la grada). Pero aún con una plantilla tan mermada cualitativamente lo mínimo que se le puede exigir es entrega, esfuerzo y compromiso y eso tampoco lo tenemos, bien porque Marcelino no está sabiendo motivarles o porque los jugadores pasan de todo. 

No tenemos delantera, vamos más que justitos con un centro del campo técnicamente deficiente y somos el equipo más goleado de primera división. Ya estamos a 2 puntos del descenso. Parece que la Champions se nos escapa este año también… 

Marcelino está superado por la situación y da la impresión de no tener la solución a la paradoja irresoluble en la que se ha convertido el Real Zaragoza. Parece tener más ganas de ser cesado que de otra cosa y la Directiva, encerrada en su madriguera sigue silbando y mirando a otro lado, sin mover ficha y lo que es peor dando una sensación de falsa tranquilidad que al final lo único que hace es intentar ignorar los problemas generando un problema mayor. 

Esto es un desastre. Cada vez que nos enfrentamos a un equipo mínimamente organizado y bien plantado somos derrotados con pasmosa facilidad. Nos han caído 6 en Barcelona, 4 en Sevilla, 3 en Valencia y 4 en Mallorca, nos han sacado los colores en nuestra propia casa superpotencias del fútbol mundial cómo el Valladolid o el Osasuna. Estamos clínicamente muertos.

No hay excusas. Todos lo vemos. Tal y como estamos, no tenemos ni una sola posibilidad de supervivencia y a los que tienen poder ejecutivo no parece ocurrírseles el remedio, si es que lo hay.

Los fichajes parecen ser la única salida, pero la lesión de larga duración de Uche nos facultaba para fichar, y no lo hemos hecho, así que ¿en que nos basamos para suponer que en el mercado de invierno será distinto? Me temo que, como es tradición en las directivas del Real Zaragoza simple y llanamente nos están mintiendo y están echando balones fuera para ocultar que no tenemos ni un céntimo y que el verdadero problema es no es que no queramos fichar, es que no podemos, salvo que se ponga a tiro un buen directivo, que para eso siempre hay dinero. 

La opción de cesar al entrenador no parece ser realmente útil cuando resulta tan evidente que el problema es que tenemos una plantilla simplemente nefasta. 

Así que no queda otra que agarrarse a la tercera opción: recemos lo que sepamos, que cada uno invoque a sus dioses, se encomiende a sus santos, haga sus rituales y sacrificios para conseguir el milagro. Porque salvo que alguien me muestre otra posibilidad, sólo un milagro va a salvar a este Zaragoza de volver a segunda división. 

Por Gualterio Malatesta

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