¿Quién te va a llorar el día que te mueras? | La Lupa

Real Zaragoza 1 – 1 Osasuna

Todo sea a cuenta del manido equilibrio que debe garantizar el orden universal. Todo hombre bueno tiene su execrable antítesis, todo poder tiene doble uso y, por lo tanto, doble interpretación moral. Siempre debe haber un elegido que devuelva el equilibrio a la fuerza.

Las razones de esa platónica dualidad se pierden en el tiempo, y no como lágrimas en la lluvia, que ya está bien de darle cancha al replicante de las narices que, en el fondo, era un pretencioso que fardaba de absurdeces ¿O es que realmente alguien tiene interés en ver rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser? Es más ¿alguien sabe dónde demonios está esa puerta o que pelotas son los Rayos C?

El Real Zaragoza no es ajeno a esta paridad y tiene su propio archienemigo. Una abrumadora mayoría de la afición blanquilla desea que el At. Osasuna pierda hasta en los entrenamientos o cómo diría Bill Shankly, correría las cortinas para no ver jugar a los navarros si éstos jugaran en el jardín de su casa.

Si hay que elegir, el partido del sábado es el partido que siempre quieres ganar, es el partido que más duele perder y la humillación más dura, la más difícil de tolerar. Y eso que la afición zaragocista ya tiene más tragaderas que un agujero negro, pero aún con esas, una derrota ante este rival duele mucho, muchísimo y una victoria, aunque sea pírrica, aunque sea prácticamente inútil, se paladea con fruición.

Pero lo cierto es que, seamos sinceros, ya no tenemos archienemigos o mejor dicho, lo tenemos, pero en casa. El resto, los anteriormente calificados de rivales tan solo son ya depredadores. Somos un juguete roto en manos de cualquiera y lugar propicio para el festín fácil.

Y aún así, frente a los Navarros el real Zaragoza o lo poco que queda de él, dio la cara, luchó y nos hizo lamentar que no se haya jugado así desde el comienzo. Los blanquillos merecieron más, el resultado no fue justo, si es que es lícito hablar de justicia en el fútbol.

Cuándo marcó Postiga hubo un estallido de júbilo. Probablemente no servía para mucho, pero visto el partido y el rival, la sensación fue de honda satisfacción, vacua, es posible, pero es un gustazo marcarle gol y ganarle el partido a nuestra particular e igualmente pérfida Albión.

Pero el Real Zaragoza está roto, es frágil, temeroso y no sabe ganar. Apenas duró un par de minutos la alegría y un error infantil en la cesión de un corner y la enésima nefasta defensa a balón parado nos costó el empate que, por cómo se produjo, sabe casi a derrota.

La liga española hecha “Ad Maiorem Gloria” de Madrid y Barça, es una liga muy mala en la que el sexto clasificado es un equipo de perfil muy bajo, en la que basta con tener una plantilla mínimamente apañada para poder salvarse sin apuros o incluso aspirar a más. Pero desgraciadamente nuestro archienemigo, como todos sabemos, se refugia entre nosotros, y se ha encargado de destruirnos.

Y sí, estimado (espero que sepas lo que es un eufemismo) Presidente, va por ti. Quizá alguien te llore el día que te mueras, pero yo no lo haré. Eso sí; el día que mates al Real Zaragoza, ese día si que lloraré, si es que aún me queda alguna lágrima.

Por Gualterio Malatesta

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)