Al final, la pedrea | La Lupa
Mirandés 1 – 1 Real Zaragoza
Tengo un amigo con muchos años de vuelo en esto de andar pendiente del fútbol que asegura que un empate siempre es puntuar; es de agradecer una visión tan positiva de un resultado que, si se ha conseguido en campo accesible y tras tener el marcador a favor hasta el minuto 90, suele dejar un sabor acre en el paladar de cualquier aficionado con mínima pasión por su equipo. El empate es muy poco si consideramos que nuestro Real Zaragoza vive con la necesidad de aguantar el ritmo terrible que Sporting, Las Palmas, Betis y Valladolid están imponiendo en esta amarga Liga Adelante, algo que difícilmente va a conseguir a base de cicateras igualadas.
El empate en Anduva fue especialmente doloroso, y no sólo por llegar en el último instante, sino también por dos circunstancias concretas: el Zaragoza había realizado uno de sus mejores partidos a domicilio de la temporada, algo que nos daba esa intuitiva seguridad que tenemos a veces los aficionados de que un encuentro no se puede escapar y que te deja hundido cuando la intuición no se cumple; por otro lado, cuando un equipo aspira a lo máximo y se encuentra en una situación clasificatoria nada consolidada para ello, un empate es más un paso atrás que otra cosa. Así que los zaragocistas enfilamos lotería y turrones con el alma triste y el corazón más bien desencantado.
Cada año por estas fechas los españoles soñamos con la Lotería, con ese premio gordo que nos puede sacar de pobres y devolvernos las esperanzas y el optimismo que, como le ocurre a nuestro equipo, llevan años de capa caída. Y lo que le pasó al conjunto blanquillo la última jornada del año fue lo mismo que ocurre a aquellas personas que han rozado un premio millonario y a última hora se tienen que conformar con que le devuelvan lo gastado o, en todo caso, uno de esos premios mínimos que casi da vergüenza cobrar. No obstante, a los zaragocistas nos sucede lo que a la mayoría de los ciudadanos: casi nunca ganamos en los sorteos, parece que la suerte nos visita con cuentagotas y andamos acostumbrados a chascos y desazones, algo que hace que estemos curados de espanto y tengamos más capacidad que otros a la hora de soportar los disgustos.
En el triste empate de Miranda de Ebro tuvo que ver, ¡y bastante ¡, el señor del silbato, un asturiano que no midió a zaragozanos y burgaleses con el mismo rasero, expulsó a Jaime por puro capricho y concedió el gol que nos amargó las fiestas tras una mano de un futbolista rival. Dicen que los árbitros nos están perjudicando esta temporada, afirmación que no tengo muy clara … pues me parece moderada, ya que ya son varios los ejercicios futbolísticos en los que nos quitan bastante más de lo que nos dan.
Si analizamos el partido, he de decir que el Zaragoza me gustó en Anduva; sin hacer un juego exquisito, tuvo más continuidad que nunca, supo frenar a un Mirandés escaso de calidad pero muy bien trabajado y con mucho empuje . Hay jugadores que con Pópovic han crecido notablemente, como es el caso de Fernández y Galarreta, otros mantienen una regularidad que no se esperaba –Cabrera-, mientras que frente al Mirandés Pedro demostró que es el referente indiscutible que y que cada gol que marca es más bonito, mientras Jaime sigue creciendo y acreditando que se trata de alguien con quien se debe contar mucho.
Hemos llegado al parón navideño metidos en el “ajo”, aunque a los rivales más directos comenzamos a verlos más bien lejos. Semejante situación produce sentimientos encontrados: cabe decir que en verano, cuando no sabíamos primero si habría futuro y luego si habría plantilla, nos hubiéramos dado con un canto en los dientes al vernos séptimos en la tabla, pero también que el equipo camina institucionalmente por la cuerda floja, la plantilla es escasa y los defensas de cristal.
Se acerca el 2015 y todo son incógnitas, unas a corto plazo, pues habrá que ver como se manejan nuestros gestores en el mercado de invierno y nuestros jugadores en los durísimos dos partidos que inauguran el año; otras a medio plazo, que son muchas: ¿aguantará Mario entero la segunda vuelta?, ¿Recuperará el tino Borja Bastón?, ¿mantendrán el nivel Pedro y Eldin?, ¿se afianzará Galarreta?, ¿tendrá paciencia William José para esperar su oportunidad y aprovecharla? … y a largo plazo… la gran incógnita –líos con hacienda y procesos judiciales aparte- es si nos tocará el gordo, ojalá la pedrea de Anduva la recordemos en junio como un pasó más y no como una oportunidad perdida.
Por Falçao
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