Confiar en tu gente | La Lupa
Real Zaragoza 0 – 0 Lugo
El plomizo e insulso empate del pasado sábado dejó pocas razones para el optimismo, más allá de la recuperación de la sexta plaza. Entre ellos, destacan las buenas actuaciones de Pablo Alcolea y Sergio Gil, chicos de la casa que pusieron en evidencia como una plantilla corta se ha acortado aún más por no contar con la gente del filial. Pablo Alcolea completó su mejor actuación desde que se hizo de manera accidentada con la titularidad. Muy seguro toda la tarde, tanto por alto como usando los pies, puso como guinda una parada antológica bajo palos que sirvió para ganar un punto. En los dos partidos anteriores había encajado cinco goles y se le vio algo nervioso, pero también es cierto que detuvo un penalti, y que en cuatro de los cinco goles no tuvo culpa ninguna. El sábado, en cambio, la mejora en seguridad fue muy significativa, quizá porque el peaje de la inactividad ya está acabado.
Pablo no ha demostrado ser inferior en nada a Bono, y sí posee una característica que le diferencia del portero cedido por el Atlético: lleva toda su vida en el Real Zaragoza. Conoce qué significa, siente el peso del escudo del león y la situación por la que atraviesa. Para él, estar defendiendo la portería blanquilla significa algo más. Tras su última actuación, que denota trayectoria ascendente, sería una injusticia relevarlo. Además de que se trata de un activo del club formado en la casa. Muy similar es el caso de Sergio Gil. Durante sus minutos en el campo, demostró estar más que capacitado para aportar al equipo en una zona bastante castigada por las bajas. La escuadra blanquilla notó para bien su entrada al césped. Incluso la aportación casi testimonial de Meseguer dejó un detalle en forma de centro que no se le ha visto a ninguno de los dos laterales en todo el año.
Muchas son las quejas sobre la poca profundidad de la plantilla, factor que se esgrime como principal razón para estar muy lejos del ascenso directo y sufriendo para mantenerse en zona de play off. Teniendo mucho de cierta esta teoría, no lo es menos que el continuo ninguneo a la cantera, la falta de decisión a la hora de poner a jugadores del filial en el once titular o como recambios, está acortando aún más esta plantilla. En varias ocasiones, se ha recurrido a medidas estrambóticas (Lolo de central) antes que apostar por un central específico canterano (como podría ser Meseguer). Gil podría ser muy útil para ampliar las opciones en la medular, castigada por lesiones y sanciones. Alcolea y Whalley deberían haber sido suficientes para poder sacar la temporada, sin ser necesario incorporar a otro portero inexperto procedente de una cantera ajena. Popovic debe empezar a confiar en los chavales del filial como solución ante el aluvión de bajas que padece. Es el máximo responsable de acortar sus efectivos por no aprovechar la materia prima que tiene en el propio club. Debe empezar a confiar en su gente, en la que ha crecido con estos colores y está siempre presta a hacer lo que sea necesario por el club, como dijo Meseguer en la rueda de prensa posterior.
En una situación de extrema debilidad financiera como la que atraviesa el Real Zaragoza, la salida más directa es apostar decididamente por la cantera. Los beneficios deportivos y económicos de una apuesta firme por los jugadores de casa suelen ser muy grandes. Para ello, no es suficiente con arreglar el desastre que actualmente es la Ciudad Deportiva. Es imprescindible una apuesta de club, un mandato desde arriba que implique la obligatoriedad de mirar al filial como solución y a apostar por lo que tienes en casa antes de gastar el dinero en buscar algo igual fuera.
Por Kicooper
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