Un punto y a seguir | La Lupa
CF Reus D 1-1 Real Zaragoza
Napoleón Bonaparte fue un militar francés cuya vida transcurrió a caballo entre los siglos XVIII y XIX. Su figura fue tan emblemática, poderosa e influyente que se podría decir que no solo vivió la Historia, sino que él mismo la escribió con su voluntad y su espada. Partiendo desde los cuadros bajos del ejército, fue ascendiendo hasta llegar a General. Afrontó la Revolución Francesa, se abrió camino entre políticos, nobles y levantiscos varios, y asumió el poder absoluto, llegando a proclamarse emperador. Invadió Europa entera de forma fulgurante. Sus ejércitos fueron invencibles…hasta que dejaron de serlo. Rusia marcó el inicio del declive de su aura, y el imperio francés se desmoronó. Acabó sus días preso en Santa Elena, dejando tras de sí un capítulo de la Historia de Europa. También nos dejó para la posteridad una serie de frases que sus hagiógrafos se empeñaron en conservar y transcribir, como por ejemplo “podemos recuperar el terreno perdido. El tiempo perdido, no”
El Real Zaragoza, en una formidable segunda vuelta, ha recuperado mucho terreno que previamente había perdido en la primera mitad de la temporada, hasta el punto de colocarse por derecho propio en el grupo de los equipos que aspiran a los primeros puestos. Pero ahora que disfrutamos con el equipo, que lucha por cotas altas, ahora…el tiempo se está acabando, y lo pasado, en el pasado se queda. Es curioso cómo han ido variando las expectativas de la afición respecto al equipo a lo largo del año. En los titubeantes comienzos, nos bastaba con estabilidad y sensaciones. Incluso la permanencia llegó a ser percibida como lo último a lo que aferrarse. Cuando el equipo empezó a tirar hacia arriba, los objetivos variaron hasta parecer por un momento que el límite era el cielo. Pero no podrá ser, y ahora deberemos ajustar las expectativas a lo que realmente podemos alcanzar. “Una retirada a tiempo es una victoria”, por cierto atribuida también a Napoléon.
El Real Zaragoza se enfrentaba en Reus a un rival modesto, firme en su casa y asentado en la categoría. El partido empezó aburrido, de tanteo, y con pocas aproximaciones a las áreas. De pronto, una formidable acción de Verdasca, quien ante la ausencia de oponentes que le salieran al paso, se abrió toda una senda hasta el área, donde tras una pared con Borja, disparó al poste y ofreció un rechace a ese Toquero cañero. El guión se empezaba a escribir a la manera habitual. Sin embargo, tras el descanso, la empanada de siempre de las segundas partes. En este caso, un ataque por la banda y un centro a la cabeza del gigante Lekic. propició el gol del Reus que enseguida causó la ignición de las ínfulas locales y el desplome parcial de los maños.
Es posible que si hubieran salido más firmes en la segunda parte y aguantado más minutos sin encajar, al final la cosa se hubiera ido decantando hacia un final que ya hemos visto en otras plazas como Tarragona, Soria, Pamplona o León, pero no pudo ser. El equipo expone ciertas flojeras en algunos puntos importantes. Eguarás no tuvo su día, y Guti y Ros no acertaban en las ayudas a los laterales. Yoda, en vez de ser ese pequeño Jedi que utiliza la Fuerza a distancia para mover cosas y provocar sorpresas, era el viernes un musculado ser humano que con la fuerza movía, no a distancia, sino con todo su empaque corporal, al pobre Lasure, en su quizás peor partido como zaragocista.
Un punto, como magra cosecha. Un punto que no sirve para la ya utópica meta del ascenso directo, pero sí para abrir un pelo de distancia con los perseguidores. A eso debemos aferrarnos. Rayo, Gijón y Huesca se jugarán dos puestos. El que pierda, luchará promoción con otros tres. Ahí debemos estar, y no será fácil. Llega la gran ocasión y habrá que dar lo mejor. recordando aquello que también dicen que dijo el Corso: “El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias”.
Por Ron Peter.
Comentarios