Hambre con pan
De todos es sabido que en esto del fútbol hay que saber separar cabeza y corazón, razón y sentimiento, realidad y ficción. Una delgada línea que a menudo se confunde, se estira y se encoge, se deforma a gusto del consumidor, creando situaciones esperpénticas, inverosímiles, o ambas a la vez. Dos conceptos diferentes y sin embargo estrechamente relacionados. Un choque de trenes, una cruenta batalla sin cuartel, silenciosa, acribillándonos lo más profundo del alma a cada jornada, con la balanza firme sin doblegarse hacia ninguno de los combatientes. “A 4 del Objetivo” se escucha de manera atronadora, con la fuerza que da la verdad contrastada. “Sí, se puede” es la réplica, furiosa, del rugido del León que todos y cada uno llevamos dentro. El sábado, una nueva entrega del pan nuestro de cada día. Agrio, por cierto.
Precisamente nuestro buen amigo, dorado y satisfecho tras ventilarse de un zarpazo al impostor en referéndum, se pregunta cómo es posible que un plantel escaso y altamente limitado haya pasado, en un lapso de tiempo a todas luces corto, de bañarse en las ascuas del averno a siquiera acariciar con las uñas un mínimo atisbo de esperanza. A la diosa Fortuna le hemos caído bien; sin duda, al dios del cobro atrasado también.
Rampante y orgulloso, no logra comprender que tras setenta y cinco años de Historia y cinco de vergüenza, deshonra y maltrato, se vitoree y aclame la mediocridad donde otrora fue justamente condenada: tres pases seguidos, un débil cambio de juego, una demostración tímida de rasmia…es el pan de hoy para el hambre de mañana. Villanos entonces, casi héroes año tras año.
Asume, no sin cierta tristeza y nostalgia, que la empresa es complicada, pero no ceja en su empeño de predicar, quizás en el desierto, que el conformismo no le hizo rugir con fuerza en Europa. El sino de un grande es tener hambre de más, aunque haya pan. Hagamos, pues, lo posible y lo imposible por devolverle la grandeza perdida, que no olvidada, a la fiera blanquiazul.
Por puagh77.
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