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Artículo de Cuñao

Papa Noel ha adelantado su llegada al seno del Real Zaragoza. Con algo menos de una semana de antelación ha partido de sus frías tierras nórdicas para desembocar en unas frías tierras aragonesas en el seno de un club en el que las cosas estaban muy calientes. Demasiado calientes.

La situación del Real Zaragoza, tras el partido de Cádiz, era crítica. La victoria de la semana pasada ante el Oviedo dio aire a un equipo que veía la segunda B demasiado cerca. Esto suponía que el partido de Vallecas fuese algo más importante aún de lo importante que son todos los partidos. Un mal resultado suponía dar al traste con ese inicio de recuperación (otro más) que pareció verse ante el Oviedo. Por tanto la victoria era todavía más obligada de lo que ya es de por sí a menos de que el equipo aragonés quisiera ver como su situación se complicaba aún más.

Y la victoria ha llegado. Por fin desde hace 8 meses el Real Zaragoza ha vuelto a ganar fuera de casa. De nuevo Vallecas se convierte en balneario y campo propicio para las victorias zaragocista. Victoria sumamente importante que de nuevo aúpa al equipo a la parte alta rozando con la yema de los dedos los puestos de play off y deja relativamente cerca los puestos de ascenso directo. Segunda división es así. Dos o tres partidos suponen cambiar de la parte alta a la baja y viceversa. Como digo es así y es algo que ya debemos asumir que es así.

La victoria ha llegado. Victoria que como también digo parece traída por los renos de Papa Noel. En un partido en el que no se ha visto nada por parte de ningún equipo el Real Zaragoza lo ha tenido todo de cara: el primer gol viene por un garrafal fallo del portero vallecano y el segundo por un más que dudoso penalti. El espíritu navideño aparece hasta en las casetas de los colegiados que pitan un penalti a favor del Real Zaragoza. Un penalti dudoso como digo pero, ¿Hacia cuanto no pitaban a favor un penalti? Demasiado.

Así pues el Real Zaragoza termina este año 2016 octavo con 27 puntos empatado a puntos con el Huesca que cierra el play off, a seis puntos del Girona (primer rival de 2017) que es segundo y a diez del Levante que es primero. No es el escenario idóneo pero a la vista de todo lo acontecido en estos casi cuatro meses de competición lo podemos dar por bueno.

Todos estamos muy contentos por la victoria ante el Rayo Vallecano. Segunda victoria consecutiva y primera fuera de casa que deja al equipo en la posición que he nombrado arriba. Pero no descolguemos los pies del suelo. En el partido de hoy la suerte ha sonreído (y mucho) al Real Zaragoza. Esto no siempre va a ser así.

El equipo tiene unas carencias muy grandes. Jugadores como Irureta o Bagnack han dejado claro que no son aptos para este equipo y la defensa lleva sin funcionar desde que empezó la temporada. Carencias que se deben se intentar solucionar y el mercado de invierno es la ocasión idónea para hacerlo.

De nuevo es necesaria una revolución invernal. Eso demuestra que en verano no se han hecho las cosas bien. Porque soy consciente de las dificultades económicas que tiene el club. Pero también veo que no es normal que en dos años consecutivos con dos directores deportivos distintos el equipo tenga que reforzarse de una forma muy considerable en el mercado invernal. Algo falla.

Juliá tiene la labor (me supongo que difícil) de hacer un reset a este equipo y reforzarlo en condiciones. No hay otra alternativa posible. O este equipo empieza a mejorar y a solventar las carencias o la cosa se va a poner muy complicada. Ahora el equipo está arriba pero si de nuevo comienzan los altibajos el equipo no va a ascender. No digo ya si el equipo cae como lo ha hecho en varios tramos de estos meses.

El ascenso es vital. No hay más. Una de las dos plazas de ascenso directo ha de ser del Real Zaragoza. Ese debe de ser el único objetivo. No vale otra cosa. No hay margen.

Así pues nos queda confiar en Juliá para que consiga reforzar el equipo de modo que pueda afrontar el resto de temporada con garantías de éxito. No obstante diré que el Real Zaragoza, pese a las carencias, tiene posibilidades reales y factibles de ascender. Ahora bien, si no llegan refuerzos va a costar mucho.

Confiemos pues en el trabajo del director deportivo. No queda otra. En la directiva ya vemos que no se puede confiar demasiado. Porque tras la derrota en Cádiz y la situación tan complicada que se desembocaba la reacción fue… ¿Ninguna?

Por lo pronto disfrutemos de esta victoria y de este pequeño buen momento clasificatorio que hace que pasemos estas Fiestas algo más tranquilos y algo más felices. Envolvámonos un poco del espíritu navideño y dejémonos abrazar por este pequeño momento de felicidad. Porque, tras lo visto estos cuatro meses, nos lo hemos ganado.

Disfrutemos un poco. Pero sin bajar la guardia.

Por Cuñao