Llegados al ecuador del mercado de invierno 2016, que se cerrará el próximo 31 de Enero, la calma es total y absoluta en el seno del Real Zaragoza. Y, aunque quedan algo menos de dos semanas para el cierre, la situación es para tener una cierta preocupación.
La necesidad de la llegada de refuerzos es imperante y vital. El ascenso es un objetivo obligado para la supervivencia del equipo y, sin esos refuerzos, ese objetivo se complica muy mucho.
La revolución invernal, tras el partido contra el Nastic ,en la que se cesó a Popovic y a Martín Gonzalez ha supuesto el tener que reorganizar, a mitad de temporada, dos pilares muy importantes del club como es el banquillo y la parte dedicada a fichajes.
Aquí se abre un abanico de posibilidades acerca del cese de Martín Gonzalez y la llegada para cubrir su puesto de Narciso Juliá. Si la directiva no estaba satisfecha por el trabajo del director deportivo en los fichajes del verano de 2015, ¿Por qué se le cesa tan tarde? Porque mucho antes de la llegada de Narciso Juliá las carencias del equipo respecto a necesidad de refuerzos y la incapacidad del entrenador eran más que evidentes. ¿Entonces?, ¿Qué sentido tiene traer a un nuevo director deportiva dos semanas antes de que se abra el mercado invernal, teniendo que empezar prácticamente de cero, la búsqueda de un nuevo entrenador y de refuerzos para el equipo?
La secretaria técnica, en todo club profesional, ha de ser un apartado que debe estar siempre en continuo movimiento. No se puede abrir en Junio, cerrarla en Septiembre y luego, si la cosa no va como se desea, en Diciembre se vuelve a abrir. Así hacer las cosas bien es muy complicado. No digo que sea este el caso. Pero la tardanza en la llegada de fichajes y que solo se haya escuchado a un jugador (Dongou) como posible llegada hace pensar que todo el trabajo que hubiese podido realizar Martín Gonzalez de cara al mercado de invierno se ha desechado y Narciso Juliá ha tenido que empezar todo desde cero.
Y si un profesional ha perdido la confianza de la directiva o no se le ve adecuado para el puesto debe remplazarse a la menor brevedad posible. Porque no tiene sentido alargar la estancia de forma innecesaria para luego suplirlo y que el nuevo profesional se vea con que tiene encima unos objetivos muy importantes, con menos margen de tiempo y menos margen de error añadiendo más presión al trabajo de esa persona.
Otro aspecto es el económico. La situación económica del Real Zaragoza, como todos conocemos, es sumamente delicada.
Fichar sin dinero es muy complicado ya que hay que mirar muy mucho a un abanico aún más amplio de jugadores de lo normal para intentar encontrar el jugador con la calidad adecuada al precio que el club pueda pagar. Volvemos de nuevo a lo anterior. A este problema hay que sumarle los anteriores: menos tiempo, menos margen de error y una presión añadida para el profesional que debe realizar esta labor.
La situación, como he dicho, es muy delicada. Si no se asciende la supervivencia del club queda en una situación muy comprometida. Por tanto habría que hacer todo lo posible para hacer el mayor esfuerzo económico posible, dentro de un orden lógico, para reforzar al máximo la plantilla. Es que no hay muchas más opciones. O se hace el esfuerzo aun dejando al club en una situación económica más delicada (insisto, dentro de un orden) con opción de recuperar en un futuro o se mantienen los límites económicos con el riesgo más que evidente de la desaparición del club.
Otro aspecto a reseñar es que, según parece, a la hora de despedir empleados parece que no se mira tanto el aspecto económico. Curioso cuanto menos.
Como he comentado al inicio del artículo queda algo menos de dos semanas para el cierre del mercado. Queda tiempo y con seguridad tendremos una noche cardiaca de cierre de mercado con entradas y salidas de ultimísima hora. Pero el tiempo pasa y los partidos pasan. Y cuanto más tiempo y más partidos pasan más se complica la situación.
Por Cuñao
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