Los Rincones de Segunda (1/4)
A Coruña
Perla acristalada del Atlántico. Hércules dirige desde tiempos remotos su destino, siendo su faro y guía. Ciudad brava que se recoge en el abrigo de la ensenada del Orzan, lejos ya de tiempos guerreros en los que María Pita defendió cuál Agustina de Aragón a sus gentes de la Contraarmada capitaneada por Francis Drake.
El inglés sucumbió en Coruña, como también sucumbieron otros hijos de la Gran Bretaña. Leeds, Manchester, Arsenal. Riazor manda y no tú panda. Noches de gloria, de buen fútbol, de Bebeto, del mago Djalminha, de Arsenio Iglesias, de Juanqui Valerón. Depor con gasolina Súper. Ahora en reserva, pero con el depósito como el de un Moustang. Sólo falta llenárselo para volver a verlos pegar cañonazos desde el Monte de San Pedro.
Alcorcón
Antaño fue tierra baldía, lugar de paso donde se apostaban castillos desde los que Franco divisaba la Casa de Campo para mantener a los republicanos a raya.
Hoy los castillos sólo son de sueños. Sueños peruanos, colombianos, búlgaros o ucranianos que viajan en suburbano hasta la capital, y que luego regresan a la villa alfarera para descansar y volver a soñar despiertos al día siguiente.
De ilusiones también se vive. No sé qué artillería tendría a disposición el Generalísimo, pero ahora te llega esta gente, se sube a la almena y te endiña ni uno, ni dos, ni tres, sino cuatro Alcorconazos capaces de reventar el Imperio Galáctico.
Santo Domingo se retroalimenta cada domingo de ese espíritu y llevan ya dos años llamando a las puertas del cielo. No hay dos sin tres.
Alicante
A ras de mar (y si no me creéis, comprobadlo en las placas de altitud de cualquier estación ferroviaria española) se halla la Ciudad de la Luz, que tiene tanta que te deja ciego, como una mascletà en Hogueras. Santa Bárbara domina la urbe en donde la horchata sabe a almendras, el Paseo de la Explanada huele a pólvora y al tranvía lo llaman “trenet”.
Palmeras, turrones, helados y por fin llegas al Rico Pérez. Viejo estadio donde Manolo Alfaro brindaba sus goles al sol. Tierra festera donde se entona con la manta al coll i el cabasset mon anirem amb Trezeguet al Postiguet.
Y con tres cosas que en España son muy famosas, sus playas, sus palmeras, y su equipo que (dicen) es el mejor. Ojito con ellos, que como les subestimes ardes cual foguera en Luceros.
Córdoba
Crisol de culturas por antonomasia. Judíos, musulmanes y cristianos. De Corduba a Medina Azahara. De Séneca a Joaquín Cortés. Guirigay califa. Y su gente embrujada por el hechizo de la Mezquita, con mujeres morenas como el azabache bajo el pincel de Julio Romero de Torres.
“Y mi voz será siempre tu aliento, y El Arcángel nuestro Reino, Córdoba” cantan las hordas de fieles a orillas del Guadalquivir. Un Reino que además, sabe jugar genial al fútbol. Con arte, con temple. Y con un poquito de por favor.
Éibar
Tú vas tranquilamente por la A-8 dirección Bilbao La Hostia y de repente, miras a tu derecha y te encuentras una colmena de edificios apiñados con mogollón de edificación industrial. ¡Ahí va, que pueblo más feo! Tranquilo, no eres el único. Lo dicen también en Deba, en Motriku o en Zarautz.
La vida es muy bonita cuando comes sardinitas en el restaurante de Arguiñano con la brisa del Kantabrico dándote en la frente, pero no lo es tanto cuando a las 6 de la mañana te levantas para ir a fichar. Y eso se lleva haciendo en la villa armera desde que hay Dios prácticamente. Zamoranos, aragoneses, alaveses, burgaleses…todos cogieron el petate y se fueron al Bajo Deba a fundir hierro, y más tarde, a hacer pistolas. Y de ahí se montó un pitote industrial importante. Y como no cabían todos, pues el pueblo estaba encajonado en un valle, tuvieron que construir pa´rriba , y los bajos los dejamos para talleres.
Esto es Éibar, y aquí hay que pringar. Bien lo saben en Ipurúa, donde con el presupuesto más irrisorio consiguieron auparse al segundo escalafón del balompié mientras en balonmano daban sopas con honda a todo el mundo, bajo la protección de Arrate.
Desde la A-8 oigo un griterío. Hay gol en Ipurúa. Para celebrarlo hacen sonar una sirena como las de las fábricas. Meeeeec. Se acabó el descanso. A currar, que la vuelta a Segunda no permite escaqueos.
Por batu.
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