Los Rincones de Segunda (2/4)

Gijón

Villa que almacena la luz de Asturias, tierra de gente minera y silenciosa. Gijón es salida al mar, es fiesta, es jolgorio. Es el Río Piles desembocando alegremente en la playa de San Lorenzo. Una sidra bien escanciada en cualquier taberna desde El Llano hasta Cimadevilla.

Cuna del ilustrado Jovellanos, Gijón respira buen gusto por todo. También por el fútbol, donde el Sporting es fiel reflejo de ello. “Guaje, bájate al prau y pégale a la bola”. Y Villa, Luis Enrique, Juanele y Quini bajaron al prau a pegarle, mientras el Gato Ablanedo intentaba parar los goles. Marea en el mar y Mareo en la tierra.

La Semana Negra llega una vez al año a la ciudad, inundándolas de misterio con aire policiaco. Un año apareció por allí José Fernández y se impregnó de betún. Y a todo gijonudo que veía le intentaba manchar. Ahora se ha quedado como el villano del pueblo. Máximo accionista de un club histórico, con una afición que no se deja avasallar por cualquiera, menos aún por un Don Nadie.

Sobreviviendo a Fernández y a las circunstancias, ahí sigue este centenario club. Creando jugadores como churros y apostando por su filosofía. En El Musel suenan las sirenas de un barco. Es el carguero que espera recoger al Sporting para llevarlo a su hábitat natural, que no es otro que la primera categoría. En cuanto apuren el culin de sidra, para allá que irán.

Girona

Bañada por el Ter y el Onyar, Girona se alza mostrando su pasado orgullosa y altiva. Urbe que vio comerciar a los judíos en El Call para después asistir horrorizada al saqueo y conquista por las huestes de Napoleón. ¡Mon dieu, que catedral! Templo gótico majestuoso desde donde se divisa a los gerundenses siglos ha.

Alejado del Barri Vell se ubica Montilivi. Cancha con poca historia hasta hace bien poco, acostumbrada a las penurias de 3ª y de 2ª B. En Girona siempre han ido de modestos, hasta que un día se hartaron y comenzaron a derribar muros. Llegaron a Segunda, se mantuvieron, y no contentos con ello, se pusieron a ver si podían escalar más.

El Gran día de Gerona lo pintó Ramón Martí, pero a punto estuvieron de pintarlo también Jandro, Acuña y Felipe Sanchón. A las puertas de la gloria en una temporada irrepetible. Temps de flors para la ciudad del xuxo de crema.

Huelva

Choqueros que miran al Tinto y al Odiel. Jamón, fresones y gambas blancas. Explosión de sabor en las papilas. Cuna de la alegría donde hasta los mosquitos tocan palmas. Poesía pura de Juan Ramón Jiménez en romería hasta El Rocío.

La Niña, La Pinta y la Santa María salieron de Palos y pasaron por el Colombino, donde los ingleses les tiraron un balón hecho con trapos. Vale, estoy exagerando. Pero cierto es que Huelva es cuna de América y del fútbol hispano, mientras desde otros lugares no se demuestre lo contrario.

Albiazules decanos que han probado las mieles del éxito, ahora hacen surcar las carabelas por mares tranquilos, a la espera de un golpe de mar que les lleve por mejores derroteros. Tienen buen capitán para ello. En Les Franqueses del Vallés bien lo conocen.

Jaén

Olivos por castigo. Aceite como premio. Enclavados en una Andalucía diferente, en la Capital del Santo Reino se viven las cosas de otra manera. A su manera. Al son del melenchón con Karina buscando en el baúl de los recuerdos. Calor que fríe a todo el mundo, menos a los lagartos. La Catedral y el castillo de Santa Catalina se observan entre sí, mientras Jaén se extiende bajo sus dominios.

Y en dichos dominios anda un equipo con vitola de Real, con sede en un templo modesto pero remozado, y con nombre triunfal. No puede llegar otra cosa a Jaén que no sea La Victoria. Tardará años en llegar, tropecientas fases de ascenso, pero los muchachos son abnegados. Y ya han llegado adonde acamparon hace más de una década. Por aquel entonces, se sintieron a gusto algunos años. ¿Por qué no van a hacerlo ahora? A la sombra y al rico pipirrana, se aprestan a vivir nuevos años de éxitos.

Las Palmas de Gran Canaria

Trazada con escuadra y cartabón tras La Isleta y Guanarteme, casi medio millar de personas se apiñan en una ciudad multicolor, con su rincón mas auténtico situado en Vegueta, que aunque suena parecido no es el enemigo de Son Goku. Ciudad guanche y carnavalera con un toque de mojo picón. Alfredo Kraus afina la voz mientras Pérez Galdós sentencia con su prosa. Muyayos y mayores beben ron del Atlántico.

De la cercana África llegan visitantes, muchos por el aire. Baten las alas y son amarillos. Hacen pio – pio y parecen dóciles, pero en cuanto les agitas un poco se convierten en artistas del balón. Muchos parten hacia la Península o hacia otros lugares, pero pronto llegan nuevos ejemplares para deleitar a los aficionados, que amantes de buen fútbol, esperan pacientes el renacer del Ave Fénix, que no es más que un canario.

Por batu.

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