Los Rincones de Segunda (3/4)

Lugo

Gaitas suenan en noche apacible y acogedora. Bajo la muralla, Arde Lucus en un festival de fuego, peleas de gladiadores y bodas celtas. Pasiónn desbordada mientras O Minho calla. Lucus Augusta, ponderosa urbe regida por Paulus Fabius Maximus, y bajo control romano.

¿Toda Lucus está ocupada? No. Una aldea poblada por irreductibles rojiblancos resiste todavía y siempre al invasor. Intentaron conquistar dicha aldea potentes destacamentos romanos llegados desde Ilici, Onuba o Lucentum pero sucumbieron ante la poción mágica de trabajo, humildad y buen fútbol preparada por el druida Setienix.

Se prepara otra invasión a la aldea rojiblanca. Desde el vetusto estadio llega olor a queimada. Sobra decir que los aldeanos del Anxus Carrus responderán con fiereza cualquier acometida antes de que a los invasores les dé tiempo a decir Salve. ¿Conquistar al Club Deportivo Lugo? ¡Están locos estos romanos!

Miranda de Ebro

Cruce de vidas y de vías. Se alimenta de trenes cargados de almas y de mercancías valiosas. Bajo la atenta mirada del Padre Ebro, Miranda se despereza cada mañana y se pone en movimiento. Da igual allende o aquende. Es como un motor diésel, que carbura enseguida y se pone a funcionar.

Por sus calles se desperdigan diariamente miles de personas rumbo a sus quehaceres diarios. Como por ejemplo, Pablo. Que diariamente acude a trabajar como empleado de banca.

Los fines de semana cambia la sucursal por Anduva, se viste la casaca rojilla y deleita a sus paisanos con fútbol de alta escuela. Un Supermán de Burgos pero con menos pelo, siendo generosos. ¿Estamos hablando de un crack? En absoluto.

En Miranda no hay cracks. Ni falta que hace. Les basta y les sobra con 11 bigardos que al oír la llamada del Mirandés acuden fieros como leones. Carlos Pouso, un grande, los ve y sonríe con gesto tierno. Es el triunfo de la modestia, de la gente normal. Ni pijaditas ni metrosexualidades. Anduva mantiene el aroma de un viejo campo inglés, con esa grada sin butacas, con esa tonelada de barro en cada portería. Un Mirandés que funciona con carbón, como las locomotoras añejas, pero que va a toda máquina.

Murcia

Costa. Sol. Huertas. Sol. Sierra. Sol. Más huertas. Más sol. Muchas más huertas. Y de repente, Murcia. Casi medio millón de almas apiñadas entre la ciudad y el campo. Y el sediento Segura por medio, ajeno a luchas políticas que ni le van ni le vienen. Le rodea una ciudad inmensa, llena de gente maravillosa. Forjada a golpe de taifa, sobrevive a invasiones, sequías, riadas y lo que le echen.

Y aun así, le da tiempo de sobras para ir al Romea a ver una buena obra, o pasarse por cualquier tasca a degustar zarangollo regadico con un buen vino de Jumilla o una Estrella Levante. Siempre con el acho en la boca, nunca falta una sonrisa en sus labios. Aunque su Murcia les decepcione.

A veces son más, a veces son menos, pero siguen yendo un buen número de fieles a Nueva Condomina, como acudían antaño a la Vieja, convencidos de que volverán a reverdecer viejos laureles, como con Aquino padre o José Roberto Figueroa. Con la ilusión por bandera y la Primera como meta, Murcia no desespera.

Palma de Mallorca

Jaime I la conquistó para Aragón. Ahora la conquistan veraneantes venidos desde otras tierras más germánicas. Desde el siglo XIX, Palma exporta playas, sol y vida al abrigo de la tramuntana. El castillo de Bellver le da ese toque guerrero y medieval que combina de lujo con su gótica catedral que refleja su silueta en el mar.

Todo parece tranquilo hasta que Es Molins empujan el viento traído por San Antonio. Miles de diablos aparecen con tridentes por los aledaños de Son Moix pidiendo revancha, pues su equipo ha vuelto a Segunda tras 16 temporadas consecutivas en la élite.

Ya paó³ aquel tiempo glorioso, en los que todo aquel que venía a Palma se comíaa una «ensaimada». Un año pudieron con casi toda Europa. Tan sólo se les resistieron desde Roma. Eran tiempos del Gabi Amato, del Lechuga Roa y de Marcelino Elena. Luego llegarían Tristán, Álvaro Novo, Samuel Eto´o, el Caño Ibagaza o Albert Luque para traerse la Copa a Baleares.

Ha arreciado el temporal en Porto Pi. Pero en nada vuelven els dimonis a volver a poner todo patas arriba. Así que no conviene confiarse.

Ponferradina

Todo pasa y todo queda.
Pero lo nuestro es pasar
por la capital del Bierzo
donde gusto da caminar.

Ese castillo del Temple,
Los tejados de pizarra.
En la llanura berciana
¡Que frescas son las mañanas!

Caminante, no hay Camino
Se hace Camino al andar.
Y si pasas por Ponferrada
A un sitio te voy a llevar.

Poblado por buenas gentes
Que visten de blanco y azul
Y de El Toralín han hecho
Un fortín lleno de luz.

Luz que alumbra la Segunda
Buscando del cielo la puerta.
Caminito de Santiago
Espera la Ponfe y hay que estar alerta.

Por batu.

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.

Comentarios

(required)