Real Zaragoza 3 – 1 RC Deportivo Coruña | Crónica

Real Zaragoza 3 – 1 RC Deportivo Coruña | Crónica

Pide un deseo

De repente, la luz. Un grandioso rayo de esperanza e ilusión cubrió el cielo de Zaragoza cuando sonó el pitido final y la Basílica entonó y atronó el himno a capella. Signo de futuro; símbolo de vida. La victoria ante el rocoso e impertinente Deportivo tiene un valor enorme, es valiosa por lo que significa y por lo que nos da: argumentos para la fe y fe en nuestros argumentos.

Víctor sabe que lo de ayer es la señal de algo muy grande. Se derrotó a un equipo que había ganado casi todo en los dos últimos meses, que había recibido solo tres goles en ocho partidos y que disfrutaba de una dinámica incontestablemente positiva. Se derrotó al mini Superdepor de esta segunda división que ya le quema a la historia del Real Zaragoza.

El partido empezó con un manifiesto escrito por Fernando Vázquez sobre un pergamino de granito. Un portero, nueve defensores y un tipo descolgado en punta por si caía algún balón del cielo. Casi daba risa ver a los nueve tipos de verde dispuestos en dos líneas empastadas en apenas tres metros esperando que los chicos de blanco se aproximasen. Lo que no se esperaban es que en el minuto 5 Eguaras enganchara un soberbio disparo a la salida de un corner y batiera al portero gallego. Ni ellos ni la afición, grandiosa ayer una vez más, que estalló en un grito unánime de júbilo y celebró el gol con la garganta rota por la emoción.

El sol regresaba. Pero el Depor no es el de la primera vuelta. El viejo zorro gallego ha imprimido a los suyos un espíritu guerrero heredero de la cultura galaica y los empujó a la conquista del empate con una convicción admirable. Y el gol fatídico llegó pocos minutos después, tras un centro de Aketxe que peinó Eguaras y repeinó Mollejo. Ironías del deporte.

Fue un golpe que acusó el Zaragoza, que durante unos minutos trató de capear el temporal en una tarde sin nubes. Y ahí tuvo su arte y su parte Cristian, que desvió un chut largo de Bóveda. Era evidente que el partido estaba de parte de los coruñeses. La grada se inquietó y en la banda había preocupación, pues los chicos de Víctor no reaccionaban. Fueron unos instantes de preocupación.

La situación se amortiguó cuando Guti probó la solvencia de Dani Giménez con un disparo lejano, acción que pareció despertar a todo el zaragocismo: jugadores y afición. Esa acción y un cabezazo de un apagado Suárez que se fue fuera sin inquietar al portero deportivista fueron lo mejor del Zaragoza, aún noqueado por el gol de Mollejo. Sin embargo, ayer el balón parado fue amigo. Si el primer gol llegó de un corner ejecutado como jugada ensayada, el segundo lo logró Atienza tras otra acción de pizarra. De nuevo un saque de esquina que dibujaron en esta ocasión Soro y Eguaras para que Atienza rematase impecablemente a la red del Depor. Un gran gol, una gran celebración. Seguro que el defensa cordobés borró con su cabezazo todos los fantasmas que su error de Miranda había alojado en su memoria.

El partido estaba siendo lo que todos ya sabíamos: un choque de gigantes del que saldría indemne el que supiese leer las diferentes situaciones con inteligencia y oficio. Por eso cobraba un alto valor el 2-1 en esos momentos, sobre todo cuando Aketxe ejecutó una falta con gran pericia para que el balón golpease el larguero del arco de Cristian. Así pues, bendito pitido de descanso, pues el resultado era magnífico y hacía falta recomponer fuerzas, mensajes y músculos.

La reanudación nos trajo la misma carta para un mismo menú. Acciones bien cuajadas tanto por el Zaragoza (Suárez) como por el Depor (Shibasaki), lo que nos transmitía el mensaje de que todo podía ocurrir. Quizás por eso Víctor puso a Igbekeme en el césped en lugar de Soro, con el fin de fortificar el centro del campo y hay que decir que esa decisión causó un doble efecto benéfico. Por un lado, el Depor jugó a atacar, algo que no está en su guión original, y el Zaragoza prefirió el contraataque, algo con lo que también se siente cómodo. Y en esa transición táctica, llegó la expulsión de Shibasaki por doble amarilla. Fue en una rápida acción de Burgui, que logró desequilibrar al Depor y forzó la acción defensiva del japonés. Magnífica noticia.

El choque entraba en una fase claramente favorable para el Zaragoza. Y esta sensación la ratificó Suárez con un gol marca de la casa. Eguaras le lanzó un balón largo que el colombiano le disputó a Nolaskoain con la fiereza del león. Fruto de la porfía fue el tercer gol, al arrebatarle el balón al vasco y batir limpiamente a Giménez. ¿Cupo más felicidad en la vieja Romareda?

Quedaban veinte minutos y había llegado el momento de administrar lo cosechado hasta entonces. Vazquez movió sus fichas y también Víctor. Justo después de que casi lograse el cuarto a pase de Burgui, sustituyó a Suárez, ovacionado por una afición que lo adora, por Blanco y ordenó a los suyos que durmiesen la tarde. Y estos le obedecieron. El Depor estaba entregado y el dominio de los tiempos y de los gestos por parte de los blanquillos era absoluto.

Se escucharon olés, la sonrisa no desapareció de la cara de la afición y la tarde zaragozana adelantó la primavera procurando un brillo inolvidable en cada rayo de sol. Salió Linares, queridísimo por la grada, y el partido poco a poco llegó a la orilla de la felicidad. Ni siquiera Bergantiños, en un magnífico chut, encontró la recompensa, porque allí estaba El Yamiq (este chico se hace querer) para desviarlo con una acción magistral.

Y llegó el final. Himno a capella, “volveremos otra vez”, abrazo interminable de todos los jugadores en el centro del campo y el Cádiz, el líder, es decir, a un solo punto. ¿Quién dijo que la felicidad no existe? ¿Quién dijo que no quedan sueños que cumplir? ¿Quién dijo que no hay caminos que nos devuelvan a casa, a Primera?

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez; Vigaray, Atienza, El Yamiq, Clemente; Eguaras, R. Guti, Burgui (Linares, 81); Soro (Igbekeme 53), Puado y Luis Suárez (Blanco, 75).

RC Deportivo Coruña:
Dani Giménez; Bóveda (Keko, 68), Mujaid, Nolaskoain, Montero, Mollejo (Hugo Vallejo, 68); Bergantiños, Shibasaki, Aketxe; Emre Çolak (Koné, 79) y Sabin Merino.

Goles:
1-0, min.5: Eguaras. 1-1, min. 11: Mollejo. 2-1, min. 32: Atienza. 3-1, min. 61: Luis Suárez

Árbitro:
López Toca (Comité Cántabro). Expulsó por doble amonestación a Shibasaki (21 y 54). Amonestó a Mollejo (54), El Yamiq (67), Mujaid (83) y Aketxe (85).

Incidencias:
Partido de la 29ª jornada de LaLiga SmartBank disputado en La Romareda ante unos 28.000 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 4. Tuvo poco trabajo pero siempre lo resuelve bien.
Vigaray: 4. Magnífico en defensa y profundo en ataque.
Atienza: 5. Grandioso. Dio una lección de seriedad. Y goleó.
El Yamiq: 5. Extraordinario. Nadie le superó. Nada le superó.
Clemente: 3. Tuvo que luchar con los mejores. Difícil papeleta bien resuelta.
Eguaras: 5. Imperial. Un gran partido. Gobernó, gestionó y goleó.
Guti: 5. Es un volcán. Sus erupciones construyen mundos nuevos.
Soro: 4. Gran trabajo de conexión y combinación.
Puado: 4. Su osadía le da al equipo electricidad y dinamismo.
Burgui: 4. Es un agitador. Sus gestos desconciertan y desequilibran.
Suárez: 4. Goleó como él sabe. Es una fuerza de la naturaleza.
Igbekeme: 4. Le dio equilibrio y energía al centro del campo.
Blanco: 3. Luchó, corrió y descompensó al contrario.
Linares: 3. Un minuto suyo es aire puro para la afición.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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