Real Zaragoza 3 – 3 RCD Espanyol | Crónica

Salvó la cabeza

Dos goles de Ricardo Oliveira en los minutos 85 y 89 de partido le permitieron al Real Zaragoza lavar la imagen cadavérica ofrecida tras el gol de Tamudo que simplemente fue el inicio de una catarsis de siete minutos que parecieron eternos. El Real Zaragoza con este empate se sitúa décimo en la clasificación a siete puntos de la UEFA y a cinco del descenso.

Hoy, con la cabeza fria y después de las subidas y bajadas de adrenalina que sufrimos ayer con el Real Zaragoza pienso que el encuentro de ayer va a suponer el punto de inflexión de la andadura del equipo aragonés y que el segundo gol de Oliveira fue algo más que el gol del empate y fue algo más que sumar otro puntito en el casillero.

El Real Zaragoza venía de una semana movida donde se había ratificado al técnico zaragozano por parte del presidente del consejo de administración y por parte del director deportivo. Y ya se sabe en esto del fútbol, la ratificación es sólo el paso previo al despido o cese de funciones una semana más tarde. Y eso es lo que hubiera pasado de no ser por esos dos goles de Oliveira que igualaron el encuentro.

El partido comenzó muy bien para el Real Zaragoza. El equipo aragonés comenzó con actitud con ritmo y con un gol. En el minuto 5 Andrés D’Alessandro, novedad principal en el once titular, vio el desmarque de Diego Milito que sólo delante de Kameni batió por bajo al portero camerunés instalando el primer gol en el casillero zaragozano.

Pero poco duró la alegría en casa del pobre. Tan sólo dos minutos después, Tamudo rompe a Carlos Diogo y hace un gol merecedor de premio y de ovación. Pero esto fue sólo el principio. Tres minutos después Riera, de nuevo rompe a Carlos Diogo, saca un balón medido a la frontal que Valdo se encarga de materializar dando la vuelta al marcador. Y por último, en el 14, siete minutos después del gol de Tamudo, es Riera el que de nuevo rompe a Diogo y Zabaleta el que perfora la meta defendida por César Sánchez. Corría el minuto 15 el 1 a 3 que reflejaba el luminoso había dejado helada a la grada de La Romareda, el partido estaba prácticamente perdido y Víctor Fernández tenía la hoja de la guillotina deportiva apretando fuerte contra el cuello. Digamos que se acercaba el fin del «proyecto 1» de la era Agapito.

Sobraron los treinta minutos posteriores al gol antes del descanso ya que el Espanyol controló sin problemas el encuentro y el Zaragoza se mostraba sin alma, sin juego y sin nada a lo que agarrarse, ni siquiera a las individualidades.

Pero, dicen que las desgracias nunca vienen solas y efectivamente en el caso del Zaragoza es así. Nada más comenzar la segunda parte, una durísima entrada de Luccin a Riera dejó al equipo aragonés con 10 ya que al francés le mostraron la segunda amarilla, que bien podría haber sido roja directamente.

Sin embargo, el cuadro blanquillo, a partir de ahí, echó mano de la casta, del entusiasmo y del coraje y Víctor Fernández decidió quitar al verdadero cáncer del Real Zaragoza, Carlos Diogo, y afrontar los últimos veinte minutos con una defensa de 3 y con Diego Milito y Ricardo Oliveira como referencia atacante.

El Espanyol, que había regalado el segundo tiempo y no había inquietado, salvo en una ocasión, la meta defendida por César, se echó para atrás y comenzó a sufrir los rigores de un equipo ciertamente herido y de un Oliveira que tenía hambre de gol.

Diego Milito se echó el equipo a la espalda y en una contra extraordinaria iniciada por Óscar, el argentino le puso el balón en bandeja a Oliveira para que este lograra encender la llama de la esperanza. Una esperanza que se tornó en realidad cuando tan sólo 4 minutos después el brasileño recibe un centro de Diego Milito medido al centro del área que no duda en empalar tal cual le viene y poner las tablas en el electrónico.

Aún quedó tiempo para que Diego Milito fallase prácticamente un uno contra uno con Kameni y para que Lizondo Cortés, a instancias de su asistente, anulara un gol a Corominas por fuera de juego.

Así las cosas Oliveira que salvó la cabeza de Víctor, el equipo salvo los muebles y la afición que se fue a casa con un sabor más dulce que agrio. De este encuentro se pueden sacar tres conclusiones; la primera que la afición, el 90%, está con Víctor Fernández o al menos lo respetan; que Carlos Diogo no puede volver a jugar de titular porque es como jugar con uno menos; Y la tercera que equipo y técnico están en la misma línea que es la de sacar adelante esta situación. Esperemos que los segundos cuarenta y cinco minutos disputados ante el Espanyol tengan su continuidad el próximo domingo frente al Depor al que hay que ganar por lo civil o por lo criminal.

Ficha Técnica

R. Zaragoza:
César, Diogo (Oliveira min. 74), Ayala, Sergio, Paredes, Zapater, Luccin, D’Alessandro (Óscar min. 68), Aimar (Celades min. 68), S. García y D. Milito.

Español:
Kameni, C. Rodríguez, Lacruz, Torrejón, Zabaleta, M. Hurtado (Lola min. 63), Ángel, Riera (Moha min. 87), L. García, Valdo, Tamudo (Coro min. 77).

Goles:
1-0 Diego Milito (5′), 2-3 Oliveira (85′), 3-3 Oliveira (89′), 1-1Tamudo (7′), 1-2Valdo (10′), 1-3Zabaleta (14′).

Árbitro:
Lizondo Cortés, valenciano. Regular. Expulsó por doble amonestación al zaragocista Luccin (min.48). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Zapater, D’Alessandro, Aimar y Ayala y a los españolistas Riera, Moisés y Luis García.

Incidencias:
Nuevo Colombino, 15.000 espectadores. Minuto de silencio por Manuel Bautista, secretario de la cantera local, y Raúl Centeno, guardia civil asesinado por ETA el sábado.

Puntuaciones (de 0 a 5)

César Sánchez: 2. No pudo hacer nada en ninguno de los goles espanyolistas y estuvo vendido por su defensa en los tres tantos rivales.
Diogo: 0. No debería jugar. Es contraproducente para él y nocivo para el equipo. Los tres goles vinieron por su banda y su cambio fue tardío.
Sergio Fernández: 1. La entrada del asturiano fue positiva para el equipo aunque falló en el segundo gol del Espanyol.
Ayala: 2. De lo poquito salvable del equipo. Aunque tuvo su parte alícuota de culpa en el tercer gol del Espanyol, hay que destacar que su trabajo fue decisivo para no encajar más goles en contra.
Paredes: 3. Fue el mejor ayer de la defensa del Real Zaragoza. Subió con peligro y estuvo sensacional en el corte y también en tareas de distribución.
Luccin: 0. Él mismo se autocalificó así al término del encuentro en declaraciones a Aragón TV. Dejó al equipo con diez por culpa de una falta fruto de la impotencia.
Zapater: 2. Bregó y tuvo que multiplicarse cuando la expulsión y más cuando Víctor decidió cambiar a Diogo por Oliveira.
Aimar: 1. Aunque luchó no está. El argentino no es ni una sombra de lo que fue y es más un nombre que un hombre.
D’Alessandro: 2. Aportó ese punto de mala leche y pundonor que le hacía falta al equipo aunque no estuvo bien y en ocasiones pecó de individualista y de querer hacer la guerra por su cuenta. Eso sí, le dio un magistral pase a Diego Milito para que este convirtiera el primer gol de la tarde.
Sergio García: 2. También bregó con insistencia y suya fue la recuperación que inició la jugada del tercer gol zaragocista.
Diego Milito: 5. Fue el auténtico líder del equipo. En la segunda parte se echó al equipo a las espaldas. No sólo metió el primer gol sino que se olvidó de las rencillas con Oliveira que parecen ya reconciliadas y le sirvió en bandeja el segundo y le dio medio gol en el tercer tanto.
Oliveira: 5. Sensacional el brasileño. Su actitud es intachable, su saber hacer y su saber estar también y sus goles, como decía Camacho,… imparables. El brasileño estuvo sobresaliente los 20 minutos que estuvo sobre el césped.
Óscar: 2. Aportó un pase milimetrado a Diego Milito en la jugada del segundo sensacional. Después intentó aportar lo que pudo.
Celades: 2. Vuelve a contar para Víctor Fernández y apoyó en el centro del campo cuando el equipo se quedó con 10 por la expulsión de Luccin. Su entrada aportó cierto equilibrio en unos minutos locos por parte de ambos equipos.

por Joca

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