UD Almería 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Soñamos con «Los Magníficos», vivimos con «Los Horroríficos»

Ver jugar al Real Zaragoza es como abrir los ojos en medio de la niebla. Respirar agitadamente, escuchar un crujido amenazador y descubrir con terror cómo el “Surprise”, aquel bajel comandado por Russel Crowe en la magnífica “Master and Commander: the far side of the world”, se echa encima y parte en dos la barcaza en la que tú y tus malheridos marineros tratáis de huir de la muerte. Y allí, desde luego, al lugar más apartado del mundo van a tener que marcharse todos los responsables de este maltrecho cadáver que osa vestir nuestra camiseta y presentar nuestro escudo al mundo. Allí o al averno, ese lugar en el que yace nuestro corazón desde hace demasiado tiempo.

El Real Zaragoza se presentó en Almería con una única tarea: ganar. Única e imposible, visto lo que sucedió en la tarde de ayer y lo que ha ocurrido desde hace ya demasiadas jornadas. Con un equipo hecho con retales Aguirre planteó un partido con cierta intención, con cierta intensidad y con cierto criterio, pero de nada sirvió pues los primeros quince minutos fueron un monumento al fango: espesura futbolística en medio del vacío.

El Almería vivió una ocasión única para marcar, pero Goitom no quiso dejar solo a Marco Pérez en el Museo de las Pifias y falló un gol cantado con el que aún debe estar soñando. El error dio paso a tres buenas ocasiones del Real Zaragoza, las tres a cargo de Bertolo, ¬ quien, sobre todo en una de ellas, no convirtió en gol un magnífico pase de Jorge López y su chut fue directo al cuerpo de Alves. Esa ocasión no aprovechada fue lo mejor del partido, pero también fue una prueba más de nuestra impericia goleadora, una de las muchas razones por las que nos encontramos en la última posición. Y fin. Del juego zaragocista, de las ocasiones y del interés por obtener un resultado positivo. Los últimos quince minutos fueron claramente del equipo de Oltra y pudieron irse al descanso con ventaja, pues nos enseñaron los dientes, mellados afortunadamente, e incluso Leo Franco tuvo que actuar con una buena parada para evitar un gol a tiro de Uche. Nuestra defensa no resolvía las pocas ocasiones de gol que generaba el Almería y, además, se empeñaba en fabricárselas, como en esa torpísima acción de Edmilson que propició, con su lentitud, que Goitom le robase el balón y generase un momento de gran peligro. Horrible.

La segunda parte comenzó con un paisaje en el que los nubarrones cubrían la frente de los jugadores. A los pocos minutos se lesionaba Jorge López y Aguirre lo sustituye por Ponzio. Pretendió, así, darle más fuerza al centro del campo y empujar al equipo a base de casta y pundonor. Insuficiente. Opta por otro cambio: Marco Pérez por Braulio. Ineficaz. Y además, el Almería quería ganar. Oltra utilizó todo lo que tenía y con tres delanteros en el campo el Almería acorraló al equipo aragonés, algo nada difícil. Corona abrió esa lata en la que guarda su calidad para mostrárnosla a los seres de carne y descenso cuando a él le parece bien y nuestro equipo comenzó a girar sobre sí mismo en una espiral endiablada de la que nunca se sale. ¿O sí? El fútbol tiene aristas ocultas que de cuando en cuando descubren la verdad que no conocemos y eso ocurrió cuando Lafita fue zancadilleado en el área rival. ¿Penalty? ¡Sí, penalty! Y Gabi que asume una vez más la responsabilidad y lo ejecuta con seguridad. Gol a nuestro favor. Así, sin exclamaciones, sin entusiasmo, sin fe.

Porque este Real Zaragoza está tan fragmentado, tiene un esqueleto tan gelatinoso que era cuestión de tiempo, poco tiempo, que el Almería lograse el empate. Y lo hizo a lo grande. O empequeñeciendo al rival, que eso aún duele más. Uche elaboró una jugada individual yéndose dos contrarios y estando rodeado de hasta cinco y zurció un centro imposible para que Piatti, un delantero de 1’63 cm, rematase de cabeza el gol del empate. Pathetic! Una tarde más, una noche negra más, la fragilidad defensiva, la ineficacia del portero, propiciaban un gol en contra. Mal Diogo. Mal Edmilson. Mal Lanzaro. Mal Jarosik. Mal Paredes. Mal Leo Franco. Mal.

Y todavía quedaba partido. El Real Zaragoza se estiró un poco y dos de sus jugadores más pundonorosos, Lafita y Gabi, probaron a batir a Alves con sendos disparos desde fuera del área. Iban bien dirigidos, pero no encontraron el objetivo, el goal. Que de eso se trata, de nada más. Pero eso, a día de hoy, está lejos. Muy lejos. Tanto como ese lugar del mundo por el que navega el “Surprise”, el bajel condenado a vagar entre la niebla en busca obsesiva del “Acheron”, el barco que una vez le derrotó y al que ahora pretende destrozar tras heroica persecución. Algo parecido a lo que le sucede al Real Zaragoza, que navega con el pairo destrozado y las velas desgarradas en busca de su identidad. Quizás ésta surja de entre la niebla. Quizás el capitán Jack “Aguirre” Aubrey sepa dónde encontrarla. Pero lo qué sí es seguro es que estos marineros han perdido la brújula, el agua escasea y los cañones no tienen balas que vomitar.

Ficha Técnica

U.D. Almería:
Diego Alves; Lillo, Carlos García, Rigo, Jakobsen; M»Bami (Leo Ulloa, m. 67), Bernardello (Fabián Vargas, m. 46); Kalu Uche, Corona, Piatti, y Goitom (Crusat, m. 61).

Real Zaragoza:
Leo Franco; Diogo, Lanzaro, Jarosik, Paredes; Lafita, Edmilson, Gabi, Bertolo (Boutahar, m. 74); Jorge López (Ponzio, m. 47), y Braulio (Marco Pérez, m. 50).

Goles:
0-1, m. 66: Gabi, de penalti. 1-1, m. 77: Piatti.

Árbitro:
Ayza Gámez (c. valenciano). Amonestó al local M»Bami (m.11), Lillo (m. 62).

Incidencias:
Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de Liga BBVA celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con 11.219 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Leo Franco: 1. Tuvo una intervención de mérito en la primera parte, pero en el gol hay que añadirle su parte de responsabilidad. Un balón aéreo al segundo palo, su 1’90 de altura…
Diogo: 1. No pudo con Goitom y cada vez que subía y perdía el balón le costaba un mundo volver.
Jarosik: 0. Un dolor. Lento, inseguro y nervioso. No aporta nada bueno a la defensa. Y sus posibilidades ofensivas ahora mismo son nulas.
Lanzaro: 0. No es defensa para este Real Zaragoza. Muy voluntarioso, muy fuerte pero descoordinado y desubicado.
Paredes: 1. Pundonor y vigor, pero en el gol tuvo gran parte de responsabilidad.
Edmilson: 0. Mal. Lento, torpe y desaliñado. Es una rémora para el equipo.
Gabi: 2. Sigue siendo de los pocos que aportan su gallardía y su trabajo con criterio. Además, lanzó el penalty con seguridad y profesionalidad.
Lafita: 2. Aporta lucha, jugadas individuales y fija al defensa. Le falta precisión en el pase, pero el penalty que le arrancó al defensa nos dio un punto.
Bertolo: 3. El mejor. Estuvo presente en todas las acciones ofensivas del equipo. Tuvo varias ocasiones de gol y se le ve muy implicado.
Brauilo: 1. Como siempre. Muy trabajador, muy activo, pero ineficaz en el gol y eso, en un delantero, es difícilmente perdonable.
Ponzio: 2. Su trabajo es el que es. En este equipo no luce como debería porque, con tanta urgencia, se le piden cosas que no puede dar. Debería disparar más a puerta.
Marco Pérez: 0.
Butahar: S.C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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