Getafe CF 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Me pregunto si quedan preguntas

«Quiero un equipo que se juegue la vida». Esta frase fue la tarjeta de presentación de Javier Aguirre horas antes del choque que debía disputar el equipo aragonés frente al Getafe. Y, en efecto, el equipo se jugó la vida. Y casi la pierde. En un choque en el que nadie llevaba brújula, en el que no había capitán que pudiese aportar dos órdenes razonable seguidas, en el que ni el contramaestre ni el timonel eran capaces de ver nada entre la espesa niebla que cubre este Campeonato, pudimos rescatar un punto de la nada, un punto que encontramos en medio de unos rocosos islotes en los que casi embarrancamos y de los que nos costó un mundo salir.

El partido comenzó con la fuerza que la desesperación le otorgó al Getafe. En apenas cinco minutos crearon dos magníficas ocasiones que no fueron convertidas gracias a la eficacia de nuestro portero y a su falta de acierto. El equipo del sur de Madrid llegaba con genio, intención y claridad y nuestra defensa, desordenada y nerviosa, achicaba balones como podía y en ningún momento el equipo se hizo con el control del balón. El lateral izquierdo era una autopista al infierno y por ella circulaban los jugadores azulones con mucho peligro y para completar el fresco que pintaban con trazos inseguros nuestros muchachos, Jarosik y Contini demostraban que no son, ni de lejos, los imperiales defensores que la temporada pasada elevaron la retaguardia a una categoría como hacía tiempo no gozábamos.

Se lesionó Obradovic y entró Paredes. El Jabalí vio la luz del sol en plena noche y se aprestó a demostrar que es un jugador válido para el equipo. Lo logró en cierto modo y su aportación en algo contribuyó a que, en un despeje a lo Agustina de Aragón, llegase un balón suelto a la línea de tres cuartos getafense, Codina hiciese una salida digna de un partido entre solteros y casados y Bertolo, avispado y resuelto, lograse convertir un gol que, en medio de la tormenta, nos supo a gloria.

Los cielos se abrieron y vivimos unos minutos de dominio que no supimos aprovechar. El Getafe se descompuso y nos hicimos con la pelota, pero ya. No estamos para más fiestas y es ahí donde mostramos nuestra desnudez, nuestro vacío creativo, nuestra falsa verdad. Y si a eso le sumamos la desastrosa actuación del árbitro, que no señaló un penalty clamoroso a Lafita y no advirtió la agresión de Boateng a Contini, que ya es el mundo al revés, obtendremos una clara fotografía de la primera parte. Se tuvo el partido pero lo perdimos en el camino.

La segunda parte comenzó con otro ataque frontal y vehemente del Getafe, con remate al larguero incluido, que dio sus frutos a los pocos minutos cuando Teixeira pitó un penalty en contra que no fue. Esto supuso que Colunga convirtiese el gol que tanto había buscado y que, caballerosamente, no celebró y que Ponzio se llevase la primera amarilla que, a la postre, supondría su condena, cuando a los pocos minutos recibiese una segunda, injusta y áspera, que le envió a la ducha. Exasperante el colegiado. Y determinante.

El Real Zaragoza sostuvo el choque a base de esfuerzo, voluntad y sudor, fundamentalmente porque no tiene otros argumentos dignos de atención. O, en todo caso, dispone de una nueva herramienta que ayer puso en práctica, el contraataque, pero que no supo ejecutar adecuadamente. En varias ocasiones se plantaron nuestros muchachos ante Codina, pero les falta tanta dinamita, hay tan poca mecha, escasea tanto el fuego cruzado que así es imposible completar cada partido el reto que la Historia nos encomienda. Sinama y Lafita fallaron dos excelentes ocasiones y ahí le mostramos al mundo quiénes somos.

Por si había alguna duda, Aguirre decidió tirar de Pinter, decisión aterradora que hizo tambalearse al centro del campo aragonés, muerto a partir de ese momento. Los últimos minutos fueron agónicos, con un Getafe volcado y un partido despedazado por las urgencias, que en otras circunstancias habríamos cerrado con cualquiera de esos dos contraataques que desperdiciamos en las botas de Braulio y de Gabi, pero que hoy no son sino lastimeras bocanadas de un cuerpo que busca desesperadamente el aire que nos sigue faltando. Y eso, desde luego, lo vio Javier Aguirre, que en la rueda de prensa mostró un semblante serio y delator de un pensamiento que, me temo, está más cerca del «¡Virgen de Guadalupe! ¡Ayúdanos!» que del «Yes, we can!». ¿O no?.

Ficha Técnica

Getafe:
Codina; Miguel Torres, Rafa, Marcano, Mané; Boateng, Casquero (Gavilán, min. 45); Pedro Ríos (Miku, min. 71), Parejo, Manu del Moral (Arizmendi, min. 80); Colunga.

R.Zaragoza:
Leo Franco; Ponzio, Jarosik, Contini, Obradovic (Paredes, min. 22); Edmilson, Gabi; Jorge López (Braulio, min. 56), Lafita, Bertolo; Sinama Pongolle (Pinter, min. 70).

Goles:
0-1, min. 32: Bertolo. 1-1: m.49: Colunga, de penalti.

Árbitro:
Teixeira Vitienes (Comité Cántabro). Mostró cartulina amarilla a Sinama Pongolle (min. 46) y Edmilson (min. 66) por parte visitante y a Miguel Torres (min. 64), Rafa (min. 90) y Marcano (min. 91) por parte local. Expulsó a Ponzio, del Zaragoza, por doble amonestación (min. 46 y 66).

Incidencias:
Partido correspondiente a la décimo segunda jornada del campeonato nacional de Liga disputado en el Coliseum Alfonso Pérez ante cerca de 8.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Leo Franco: 2. Bien armado. Detuvo varios balones peligrosos y se mostró confiado y seguro, alternando con alguna indefinición a la que nos está acostumbrando el argentino.
Ponzio: 2. Muy exigente consigo mismo. Dio cierta solidez a la cobertura, pero le faltó cierto poso. Más débil en la salida del balón, la injusta segunda amarilla acabó con su aportación.
Jarosik: 1. El jugador checo está pasando una mala racha. Inseguro, con errores de jugador inexperto, aporta solidez e inseguridad a partes iguales. Debe tranquilizarse y recuperar su tono, pues le necesitamos.
Contini: 1. Mal. El italiano sigue con una guerra particular contra sí mismo. Fallón, violento y poco útil en la salida del balón, que perjudica más que beneficia al equipo.
Obradovic: SC. Estuvo poco rato en el campo, pero aún le dio tiempo a mostrarnos sus carencias defensivas.
Paredes: 2. Después de su alejamiento de los terrenos de juego, cumplió correctamente. Se espera de él que defienda y le dé cierta salida al balón. Si evita sus típicos errores de colocación y control del balón, puede ser útil al equipo.
Edmilson: 1. No es el jugador que fue ni se le parece. Dos o tres toques de calidad no ocultan su ineficacia, lentitud y falta de ritmo. Es un jugador inadecuado para la funciñon que se le pide.
Gabi: 3. Un día más, de lo mejor. Garra, pundonor y presencia son, por sí solos, argumentos más que notables para aplaudir su trabajo. Eso sí, pierde balones con mucha facilidad.
Jorge López: 1. El riojano estuvo ayer en un lugar muy lejos de Getafe. Poco participativo, lento y torpe, no fue el jugador que admiro. No logró sujetar el juego ni darle salida al balón, por lo que se gana el suspenso.
Lafita: 1. Muy fallón. Sus carreras y su esfuerzo no fueron ayer argumento suficiente para valorar positivamente su labor. Además, falló una clara ocasión de gol, lujo que no nos podemos permitir.
Bertolo: 4. El mejor. Tiene calidad, desborda y está comenzando a echarle casta a su trabajo. Y además, golea. El día que sea capaz de combinar y elaborar jugadas, podremos hablar de un jugador valioso.
Sinama: 1. Muy trabajador, pero sigue negado con el gol. La ocasión desperdiciada, tal y como están los tiempos, es imperdonable.
Braulio: 1. Luchó, corrió, se ofreció…y no marcó. A un delantero se le pide gol, igual que a un portero paradas y a un defensa coberturas. Y eso, de momento, no lo tiene.
Pinter: 0. Es un jugador que no puede jugar en 1ª División. Pierde balones, no da un pase en condiciones y su presencia es tóxica para el grupo.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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