Rácing Santander 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

¿Cómo saber de nuestra desdicha?

Duele recibir al Dolor cada semana. Duele abrirle la puerta a la Nada, esa aborrecible compañera que se ha quedado a vivir entre nosotros sin que ningún viento tenga fuerza para barrerla de nuestro corazón. Duele esconder la mandíbula una y otra vez para tratar de evitar que el puñetazo de la derrota te la destroce y no conseguirlo nunca. Duele morir.

El Real Zaragoza ha disputado un lamentable encuentro ante uno de los peores equipos de la Primera División y lo ha hecho sin alma, sin orgullo, ausente la raza en cada acción. Un partido seco como la sequía, un choque vacío de latidos que difícilmente hemos podido soportar quienes bien queremos a este club, que forma parte de nuestra vida, al que le entregamos nuestros mejores días aunque nos devuelva sus peores noches. Una batalla que ni Manolo Jiménez ha entendido ni los jugadores han querido librar, pues desde el primer minuto la desvergüenza ha dominado la holgazana propuesta futbolística de los blanquillos. Ni un paso adelante, ni un pase elaborado con criterio, ni una intención de irse con el balón hacia los acantilados del Cantábrico para bombardear a un Racing miedoso, feo y acartonado.

Qué lástima ver lo poco que saben hacer y qué pena ver qué mal lo hacen todo estos jugadores que no se merecen nada. No se merecen nuestro calor, no se merecen vestir esa camiseta, no se merecen lucir en sus lánguidos y famélicos pechos el escudo por el que lo dieron todo tantos y tantos gladiadores que zaragocistas fueron y, aunque viajaran en algún momento de sus vidas a otras tierras, zaragocistas murieron o morirán. Ha sido un prolongado insulto a una afición malherida y atormentada, pues la incapacidad defensiva es tan grande que no hay ni un solo argumento para justificar su fracaso; el centro del campo es tan hueco que no encontramos frases que expliquen su inoperancia y la delantera es tan pusilánime que no existen razones para los sueños. Tan sólo Roberto.

El inicio ha sido patético. Secuencias de hasta veintiséis pases horizontales de los cuatro ineptos que han conformado la defensa y ni una sola oferta de los incapaces centrocampistas que no veían el momento de solicitar entrar en juego. Por eso, el Racing se ha dicho que aquello podía ser fácil. Y se lo han creído. Por eso, con cuatro pases correctos se plantaba en el área de Roberto y nos avisaba a todos, propios y extraños, de su interés por meter gol. Y lo han hecho. Un corner al primer palo, un remate con la coronilla ante un lamentable Pintér y ya está. Gol, partido, tres puntos y salvación. O, por lo menos, seguir en la pelea. Todo ello, claro, aderezado con el correspondiente paradón de nuestro portero que, una vez más, ha salvado al equipo de un resultado aún más vergonzoso.

La segunda parte ha sido un poco más digna. La salida de Micael ha sido la causa de que el equipo se haya estirado un tanto y de que hayamos podido ofrecer algún motivo para la preocupación cántabra. Leve, pero preocupación al fin. Y, como siempre, el correspondiente “arreón” final en el que se produjeron las dos únicas ocasiones de gol: una magnífica jugada del siempre ardiente Luis García y un excelente chut de Oriol que ha escupido el larguero. Y con ser insuficiente sí que nos ha permitido comprender un poco mejor lo que le sucede a este equipo. Le falta atrevimiento. Le falta decisión. Le falta decirle que sí a la vida.

Pero no es suficiente. Los segundos cuarenta y cinco minutos han sido un paisaje polvoriento en el que no ha habido fútbol, como en la primera parte, y además se han visto tres o cuatro detalles que indican que algo grave, muy grave ocurre en este grupo. Si Micael ha sido capaz de conducir tres o cuatro balones y Luis García se ha encontrado más cómodo con esa propuesta, es claro que el equipo necesita otra idea. Su incapacidad seguía siendo muy manifiesta y algunos jugadores se han mostrado como ejemplos de angustia y ofuscación, por lo que es evidente que se hace preciso fichar y obtener otro aire, otro espíritu y, por otra parte, despedir a varios jugadores que, claramente, no tienen capacidad ni categoría ni voluntad de jugar en este equipo en Primera División.

¿Alguna idea? ¿Alguna solución? ¿Algún camino escondido por descubrir? No. Nada de nada. Vacío sobre vacío. Muerte sobre muerte. Además, el tiempo que nos hace falta para reconstruir las velas de nuestra nave ya se lo ha llevado el vendaval de la desidia.

Ficha Técnica

Racing de Santander:
Toño; Álvaro, Torrejón, Bernardo, Cisma; Colsa, Diop (Tziolis, min 74); Arana, Adrián (Jairo, min 66), Acosta (Munitis, min 82); y Stuani.

Real Zaragoza:
Roberto; Juárez, Da Silva, Pinter, Paredes; Meira, Antonio Tomás (Barrera, min 58); Juan Carlos (Micael, min 46), Luis García, Lafita (Oriol, min 83); y Postiga.

Goles:
1-0, min.45: Bernardo.

Árbitro:
Paradas Romero (comité andaluz). Mostró cartulinas amarillas a Paredes, Meira y Antonio Tomás por el Zaragoza y a Diop y Arana por el Racing.

Incidencias:
partido de la decimoctava jornada de la Liga de Primera División, disputado en los Campos de Sport de El Sardinero ante unos 10.000 espectadores. Se brindó un minuto de aplausos en homenaje a Emeterio Somonte, «Terio», utillero del Racing hasta la década de los 80, fallecido esta semana.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Roberto: 4. Su trabajo adquiere aún más relieve en medio del desastre que son sus compañeros. La intervención de la primera parte vale por todo un partido.
Juárez: 0. No hay palabras en el Diccionario de la Vergüenza.
Pintér: 0. Le rebota el balón en la espinilla.
Da Silva: 0. Está fuera del mundo futbolístico.
Paredes: 1. En la primera parte estuvo horrible. En la segunda mejoró y realizó tres o cuatro pundonorosas acciones.
Meira: 0. ¿Por qué será que aún me resuenan sus displicentes carcajadas en el baúl de mi zaragocismo?
Antonio Tomás: 0. Hueco y torpe.
Lafita: 0. Ha perdido el oremus.
Luis García: 2. Es de los muy pocos que ha comprendido la dimensión de la situación que atraviesa el club y no se rinde. Además, tiene calidad que, a veces, nos muestra.
Postiga: 2. Da muestras de clase y calidad, pero necesita un acompañante que entienda su juego y remate sus jugadas.
Juan Carlos: 0. Completamente superado por la situación.
Micael: 2. Fue un pulmón y un digno artista que nos ofreció algunas pinceladas de clase e interés.
Barrera: 1. Lo intentó, pero está atenazado. No le salió casi nada.
Oriol: 2. Su chut al larguero fue de lo mejor, pero estuvo muy poco tiempo en el campo.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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