RCD Mallorca 1 – 1 Real Zaragoza | Crónica
Sol de noche
Loovens escribió ayer los párrafos más sucios de su carrera como zaragocista. Dos tarjetas amarillas y un penalty fue el recado que le dejó al equipo el holandés bonachón y la bahía de Palma se dispuso al aplauso. Pero apareció Roberto y le borró la sonrisa de la cara a la afición bermellona con una magnífica parada digna de extraordinarios porteros que en la Historia han sido. Con ella comenzaba el partido.
El Mallorca era un equipo aturdido y en unos segundos se derrumbó la idea futbolística de Caparros, que había propuesto un arranque feroz, devastador, de sangre y fuego, cuando Postiga, hábil y talentoso, recogió un balón muy mal defendido para batir a Aouate. En apenas dos minutos el Real Zaragoza evitaba un gol en contra y lograba uno a favor. Sin fútbol, sin concepto, sin argumento, pero gol.
El asedio era la única solución para los locales y la única manera de afrontar un choque idiota en el que no cabían ni los tiralíneas ni el despliegue táctico, sino el sudor y la pólvora. Jiménez ubicó a Sapunaru en el centro de la defensa y le pidió al Zuccu que jugase de lateral. Lo demás dependería del músculo y de la fe. Y a ello se dispuso el equipo. Mientras el Mallorca se atascaba jugada tras jugada sin encontrar ni una mínima razón para convencer a su hinchada de que iba a ser capaz de desdoblar la ruina, nuestros muchachos se arremangaron el alma y recorrieron el firmamento tras el balón, acortando las ráfagas del contrario y encontrando en cada sprint los rescoldos del Covento de San Francisco.
No había más, no hubo más, pero merece la pena destacar el brutal desafío a la extenuación que hicieron todos los jugadores, incluidos Movilla, siempre Movi, y un muy trabajador Apoño, protagonista de demasiados dimes y actor en tantos diretes. En ese punto el corazón del león tenía motivos para el orgullo, aunque todos sabíamos que nos esperaban cuarenta y nueve minutos de angustiosa defensa, sobre si todo conveníamos que el cerco de los baleares iba a ser de alambre y esparto.
Y así fue. El ataque local, desorganizado y astillado, provocó varias situaciones de gol que se resolvieron bien con una gran parada de Roberto, bien con remates milimétricamente errados, lo que a todos nos hizo pensar que el empate podía llegar…o no. El equipo, aun así, se sostuvo en la rasmia y la solidaridad, lo que hizo que se llegase a los minutos finales con el marcador a favor. Era el momento clave, era el sí o no y ahí Caparros ha estado muy listo. Caído en combate Abraham, las bandas zaragocistas se diluyeron: la derecha por cansancio e inexperiencia de Zucculini y la izquierda por la imprecisión de Paredes y esa circunstancia la aprovechó el Mallorca martilleando los flancos sin piedad hasta que uno de los numerosos centros encontró la cabeza de Víctor para marcar la igualada.
Decepción y raza. Rabia y nobleza. El Real Zaragoza derramó sobre el césped del Iberostar sangre azul y blanca y ojalá las flores broten en el corazón de los jugadores, dignos herederos de la memoria de un club que, poco a poco, va recuperando la respiración que el futuro le demanda.
Ficha Técnica
Mallorca:
Aouate; Ximo (Giovani Dos Santos, m.26), Geromel, Nunes, Bigas (Marc Fernández, m.75); Nsue, Javi Márquez (Alfaro, m.60), Pina, Pereira; Víctor y Hemed.
Real Zaragoza:
Roberto; Sapunaru, Loovens, Álvaro, Abraham (Paredes, m.75); Víctor Rodríguez (José Mari, m.20), Zuculini, Movilla (Pinter, m.88), Apoño; Montañés y Helder Postiga.
Goles:
0-1, m.16: Helder Postiga; 1-1, m.85: Víctor Casadesús.
Árbitro:
Pérez Lasa (comité vasco). Expulsó a Loovens, de Real Zaragoza (m.15), por doble amonestación. En la segunda tarjeta amarilla, el defensa holandés cometió un penalti que lanzó Víctor y detuvo Roberto. Amonestó a Sapunaru, Pereira, Bigas, Víctor, Movilla y Roberto.
Incidencias:
Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el Iberostar Estadio ante 7.735 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del exjugador argentino del Mallorca Luis »Chango» Díaz.
Puntuaciones (de 0 a 5)
Roberto: 4. Su parada en el penalty y una intervención sensacional en la segunda parte la hacen merecedor de la nota. Hoy pasaremos por alto, sin ironías, sus dudas en los balones aéreos.
Sapunaru: 5. Imperial. El rumano ha jugado un partido impecable, a lo Violeta, a lo Milito, a lo grande.
Loovens: S.C. Mejor así, porque si aplicamos la máquina de poner notas nos faltan ceros.
Álvaro: 4. Gran partido junto a Sapunaru, un defensa que le ha aportado brillo y majestuosidad. Yo que Jiménez no me perdería la oportunidad de repetir pareja de centrales.
Abraham: 4. Perfecto con la pelota en los pies, ha cerrado todas las líneas de pase y neutralizado las incursiones por la banda con autoridad y rapidez.
Movilla: 4. Es un jugador imprescindible, capaz de dibujar territorios ocupados con su cuerpo y su control del balón. Ha capturado el tiempo y lo ha manejado a su antojo.
Apoño: 4. Hoy ha querido y ha podido. Se sabía la lección y ha cantado los temas sin olvidarse ni una coma. Es un estudiante que, cuando quiere, va para nota.
Zuculini: 3. Ha sido el gran sacrificado. Su tesón, su tenacidad y su ímpetu han sido importantes para el equipo, aunque su inexperiencia como lateral le ha pasado factura al final.
Víctor: 4. Anoche tocaba achicar el ataque y, cuando fue posible, aplicar la mecha a los cañones para alejar los tiburones con algún ataque esquinado, su especialidad.
Montañés: 4. Anoche tocaba achicar el ataque y, cuando fue posible, aplicar la mecha a los cañones para alejar los tiburones con algún ataque esquinado, su especialidad.
Postiga: 4. Ha metido un gol de delantero hábil y espabilado y después ha desecho los glaciares con su trabajo y su incansable aportación defensiva.
José Mari: 2. Algún grillete ha atenazado las piernas del andaluz, que no ha sido capaz de cumplir la tarea de sujetar el centro del campo y oxigenar la salida del balón.
Paredes: 1. Precipitado en sus acciones y maestro en la descolocación, no ha sido su noche.
Pinter: S.C.
por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello
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