Real Zaragoza 2 – 2 Valencia CF | Crónica

Si tú, Justicia, te vas

Zaragoza, Novia del Viento, y el Real Zaragoza, Huérfano de la Victoria, vieron ayer cómo el esfuerzo y el buen hacer no siempre obtienen la recompensa merecida si quien se cruza en tu camino es un sicario armado de soberbia cuya consigna es el exterminio y sus órdenes cumplimentar la Solución Final. El partido de ayer entre Real Zaragoza y Valencia CF fue jugado con intensidad y vigor, pero acabó contaminado por un arbitraje desvergonzado en el que el juez cometió delito de prevaricación, como así se puede probar gracias a las imágenes de televisión. Por lo demás, un match para guardar.

Manolo Jiménez plantó a sus jugadores con un esquema que la afición y los medios de comunicación habían diseñado a lo largo de la semana, un dibujo en el que José Mari actuaba de lo que mejor sabe, aspirador de huracanes enemigos, y Apoño y Movilla se convertían en los motores del equipo cuyo objetivo sería proveer de balones a un energético Montañes y un vertical Rochina que, a su vez, deberían conectar con Postiga para procurar ser más explícitos en el área contraria. Y a fe que cumplieron con el mandato del andaluz, de tal manera que ya a los cuatro minutos propiciaban una jugada que acabó en penalty pero que provocaba el primer incendio en la grada al no expulsar el nefasto árbitro Del Cerro a Ruiz, último defensor valencianista.

Apoño transformó la pena máxima y rebasó a leyendas zaragocitas como Villa y, sobre todo, García Castany al convertirse en el mejor lanzador de la historia. El partido se doblaba ante el impulso blanquillo y los siguientes minutos fueron un ejercicio de fútbol intenso, guerrero, bien construido gracias al espíritu y orgullo del grupo pero también porque Apoño decidió ayer jugar al fútbol. Cada una de sus apariciones era un símbolo de voluntad y el segundo gol se asomaba por la esquina de los vientos para llegar justo en el instante en que varias bandadas de estorninos dibujaron distintas figuras que más bien semejaban espectros cuyos rostros quisieron parecerse en algún momento a los de Tebas y Villar. Ese gol fue resultado de una falta magistralmente ejecutada por Apoño y sensacionalmente rematada por Postiga. La Basílica estalló y el equipo certificó una primera parte magnífica. Hasta Leofranco contribuyó a la fiesta con una acertada intervención ante Jonas para evitar el primer gol de los levantinos, pero aunque todo eran buenas noticias (el trabajo del grupo, la solvencia de Álvaro, la maestría de Apoño, el descaro técnico de Rochina, por ejemplo) no debimos pensar que el árbitro es una figura cuya principal función es impartir justicia. No el de ayer; no Del Cerro. Empeñado en su labor de demolición del reglamento dio por bueno el primer gol del Valencia en un fuera de juego de esos que siempre le pitan a Postiga. Gol ilegal, gol que no debió subir. Y ya eran dos decisiones graves que perjudicaban al Real Zaragoza.

El equipo se rehizo y continuó con su tarea de elevar el listón futbolístico que nos mostró en algunos momentos de la primera vuelta. Los jugadores siguieron creyendo en su oferta de juego y continuaron aclarando el cielo con presión, combinación y acciones individuales que obligaban al contrario a no descuidarse en ningún momento, pero Fortuna está lejos de Zaragoza y Apoño se lesionó poco antes de llegar al descanso. Muy mala noticia, pues estaba siendo el mejor, como él sabe serlo cuando decide mostrarle al mundo su lado bueno, así que hubo que recomponer la escuadra.

Jiménez eligió a Babovic quien, junto a los demás, reanudó el choque con renovados bríos. El centro del campo siguió en la brega y en la recuperación y Montañés y Rochina se tomaron muy en serio lo de perturbar a los defensas naranjas en una serie de acciones combinadas que animaron a la grada, que supo responder con su ánimo a las continuadas embestidas del árbitro, muy aplicado en su sutil tarea de romperle el espinazo a Real Zaragoza a base de mordisquitos con gotitas de veneno imperceptibles. En medio de semejante alboroto el Valencia obtuvo botín al rematar Jonas una falta y poco después Leofranco licenció a Alcolea al cometer una falta de mano fuera del área que le supuso la expulsión.

Manolo Jiménez optó por retirar a José Mari y mantener a Movilla para que éste le diera gobierno al equipo desarbolado. Esa fue su tarea hasta el final y la de sus compañeros la de picotear al contrario, como Postiga, que dispuso de dos chuts con posibilidades que no supo firmar con gol, animado por una afición que supo estar a la altura de la circunstancias, animando y jaleando a los suyos hasta el minuto 93, cuando Del Cerro decidió condecorarse anulándole un gol legal al Real Zaragoza. Fue lo último, lo que más le dolió a la afición a los jugadoes y al entrenador, que en rueda de prensa recuperó el pulso y marcó con palabras de sangre alborotada la senda que partir de ahora hemo de recorrer. Juntos.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:
Leo Franco; Fernández, Alvaro, Loovens, Abraham; Movilla, Apoño (Stefan, min.46), José Mari (Pablo Alcolea, min.77); Rochina (Edu Oriol, min.75), Postiga y Montañés.

Valencia C.F.:
Diego Alves; Joao, Víctor Ruiz, Ricardo Costa (Mathieu, min.65), Cissokho; Albelda (Valdez, min.80), Parejo; Feghouli, Jonas, Canales (Banega, min.54); y Soldado.

Goles:
1-0. min. 5. Apoño (penalti); 2-0. min. 32. Postiga; 2-1. min. 36. Jonas; 2-2. min. 70. Jonas.

Arbitro:
Del Cerro Grande, del C. Madrileño. Expulsó con tarjeta roja directa al portero zaragocista Leo Franco (min.77). Amonestó con tarjeta amarilla a Alvaro, Postiga, Pablo Alcolea, Edu Oriol y José Mari, del Real Zaragoza, y a Cissokho, Albelda, Banega y Ricardo Costa por el Valencia.

Incidencias:
partido correspondiente a la jornada 25 disputado en el estadio de La Romareda de Zaragoza ante unos 18.000 espectadores.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Leo Franco: 3. Salvó al equipo con una prodigiosa parada, aunque quizás en el segundo gol pudo hacer más. Se sacrificó con la expulsión.
Fernández: 3. Rápido e intutivo en el desdoble ofensivo, sufrió en su banda cuando Rochina flojeó físcamente con las subidas de Cissokho.
Loovens: 1. Muy lento y dubitativo, por su lado del centro vino casi todo el peligro del Valencia.
Álvaro: 4. Gran partido el suyo. Firme en el corte, inteligente en la colocación, altivo en el choque, lo hizo casi todo bien.
Abraham: 3. Muy bien en su banda cuando se sumó al ataque, en defensa no se complicó y alejó el balón con ganas y convicción.
José Mari: 4. Gustó mucho en su regreso a la titularidad. Cumplió con ganas y fuerza y su zona la ocupó con autoridad.
Movilla: 4. Con su despliegue y su sabiduría sostuvo el centro del campo a las maduras, con Apoño, y a las duras, cuando se lesionó el malagueño.
Apoño: 5. Gran partido el suyo. Ayer salió la luna en su horizonte futbolístico y le puso clase y energía a su fútbol.
Rochina: 4. Tiene una gran calidad y le da al ataque una versatilidad y unas variantes hasta ahora desconocidas. Tiene regate y un gran disparo que ayer ensayó en varias ocasiones. Quizás algo individualista.
Montañés: 4. Rápido, descarado y vertical, fue un terremoto en la defensa visitante. Su aportación sube enteros junto a Rochina. Mira que llevan poco tiempo juntos, pero ya prometen cosas.
Postiga: 4. El penalty lo provocó él y el segundo gol fue suyo. ¿Queremos más?
Babovic: 2. Apuntó detalles técnicos interesantes y supo sujetar un centro del campo que hasta entonces había estado de diez.
Edu Oriol: 1. Pobre aportación la suya, salvo un sprint dislocado con el que se quiso introducir en el partido.
Alcolea: 4. El portero aragonés debutó en unas circunstancias muy difíciles y aportó tres paradas de gran relevancia.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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