Real Zaragoza 1 – 2 Recreativo Huelva | Crónica

Real Zaragoza 1 – 2 Recreativo Huelva | Crónica

Morir en «Territorio Cojones»

Jugamos un partido medio aseado y nos lavaron las legañas con dos jugadas que no supimos defender y que supusieron otra derrota más en la Basílica. Otro bofetón más a nuestro orgullo y a nuestra maltrecha esperanza, esa que tienen los condenados aunque sepan que solo cabe el indulto que probablemente no llegará.

Jugamos un partido medio aseado y nos lavaron las legañas con dos jugadas que no supimos defender y que supusieron otra derrota más en la Basílica. Otro bofetón más a nuestro orgullo y a nuestra maltrecha esperanza, esa que tienen los condenados aunque sepan que solo cabe el indulto que probablemente no llegará.

Herrera se desdijo y no mantuvo la defensa. Optó por recuperar a Abraham en el lateral y darle una nueva oportunidad a Barkero. El Real Zaragoza le dio dos o tres vueltas a la manivela de la dedicación en los primeros minutos, pero en cuanto el equipo andaluz se ajustó, se acabó la fiesta. Unos cuantos arreones iniciales, algunas ocasiones más efectistas que eficaces y cuatro pases medianamente bien dados y la Romareda ya parecía contenta. Eso es lo que nos ofreció el equipo durante unos veinte minutos, eso es lo que quisimos ver. Eso es lo que nos creímos.

Y todo porque el centro del campo conseguía sujetar al equipo con sacrificio y esfuerzo, aguantando el balón y cortando cualquier respingo del contrario. El balón circulaba con cierta soltura y Víctor y Barkero enlazaban alguna jugada de ataque con intención. A ellos se sumaba Cortés, que encontraba por su banda algunos senderos transitables por los que llegar hasta la línea de fondo, pero con poca fortuna en el pase final. El eléctrico Víctor fue el encargado de levantar al público de sus asientos con sendos disparos que pusieron en peligro la meta de Cabrero, pero sin fortuna.

Y ahí acabó la ilusión. Cuando Acevedo se diluyó el equipo se murió. Paglialunga seguía sin ser un cinco de referencia, Barkero no era capaz de estar a la altura de un equipo medio de segunda y Henríquez se desesperaba esperando un balón amigo rodando por los ribazos en que se acomoda su fútbol. Con estas premisas, ¿podía pasar algo? Sí, pero nunca en el área enemiga. Sí en la propia. Y ocurrió. Mientras todos esperábamos ya llegar al descanso con ese raquítico empate a nada, el Recre sacó un corner que fue rematado por Ruyman ante un descolocado y desordenado Leo Franco, que vio cómo el balón se alojaba en su red. Gol casi directo desde el banderín que nos tragamos todos, portero incluido, sin acabar de creernos que semejante patochada nos estuviera ocurriendo a nosotros. Pero todo era verdad. Incluso la derrota.

Comenzó la segunda parte con iguales argumentos. Nada parecía distinto cuando, de repente, Víctor y Montañés se asociaron y le prestaron un balón a Henríquez para que este lograse un gol valioso de fea factura. Pero gol, al fin. Se había hecho lo más difícil, se había logrado empatar un partido que no controlábamos de ninguna manera, se había conseguido encender de nuevo la luz del entusiasmo. Vana ilusión. A los pocos minutos un clamoroso desajuste defensivo le dio a Linares la ocasión de apuñalar a los suyos porque su obligación era darle la victoria a los suyos. Y es que ayer todos eran queridos para el de Fuentes. Ese gol que nos mataba fue suficiente para abrir las vías de agua que acabarían por hundir la frágil chalupa zaragocista, tan débil que incluso en el Canal, a su paso por Torrero, habría naufragado, nos pongamos como nos pongamos. Era pronto (minuto 56) pero era demasiado tarde para casi todo.

El equipo se derrumbó, no encontró ni un solo argumento que permitiera a la mortecina parroquia zaragocista medio sonreir pensando en que aquello se podía levantar y el partido entró en una fase de agonía que nos devolvía a la realidad, si es que en algún momento alguien pensó que aquello tenía alguna posibilidad de poderse resolver a nuestro favor. Herrera echó mano de Roger y Porcar, poniendo toda la madera en el fuego al grito marxiano de “¡Esto es la guerra!”, pero era evidente que eran dos piezas paupérrimas para semejante empresa. Tan solo Montañés en una jugada individual y Henríquez en un remate fallido pusieron algo de pimienta en un guiso extraoridinariamente soso, pero eso fue muy poco para tanta necesidad. Al contrario, el Recre seguía jugando al fútbol, algo que para nosotros es tremendamente difícil pero que ellos hacen con suma facilidad, y no les importó seguir afilando su colmillo con jugadas inteligentes y controles idóneos. El abecé de esto del pelotón.

El último tramo del match se lo regalo, amable lector. Como en aquellas películas de Tarzán, nuestros jugadores acabaron engullidos por la arenas movedizas de su incompetencia y quienes se salvaron de las peligrosas ciénagas murieron por inanición o acabaron descuartizados por los indígenas que en esta ocasión llevaban máscara de futbolistas, da igual que su camiseta fuese la del Lugo, la del Barcelona B o la del Recre. Esta película la hemos visto ya demasiadas veces y eso de sabernos el final añade aún más dolor a esta esperpéntica tragedia.

Ficha Técnica

Real Zaragoza:

Leo Franco; David Cortés (Movilla, min.87), Álvaro, Laguardia, Abraham; Paglialunga (Porcar, min.76), Acevedo; Barkero (Roger, min.69), Montañés, Víctor; y Henríquez.

Recreativo:

Cabrero; Cifu, Zamora, Ruymán, Fernando Vega; Dimas, Montoro (Jesús Vázquez, min.59), Álvaro Antón; Jorge Larena (Morcillo, min.73), Arana y Linares (Joselu, min.59).

Goles:

0-1. Min.27,Ruymán; 1-1. Min.48, Henríquez; 1-2. Min.56,Linares.

Árbitro:

Arcediano Monescillo. Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Laguardia, David Cortés, Álvaro y Paglialunga; y por el Recreativo de Huelva a Ruymán, Cifu, Montoro y Arana.

Incidencias:

Partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Adelante disputado en La Romaredao ante unos 14.000 aficionados, en una tarde nublada y de temperatura agradable.

Puntuaciones (de 0 a 5)

Leo Franco: 1. Su fallo en el primer gol es muy grave y abrió la puerta de la derrota. El resto del partido lo firmó con oficio
Cortés: 2. Se hartó de subir por la banda, aunque sus centros no llegaron nunca a su destinatario. En defensa sufrió y no estuvo atento a su espalda.
Álvaro: 1. De nuevo indolente y ausente. Su presencia no es la que se espera de un central de jerarquía.
Laguardia: 1. Fallón e inexacto en el pase y en el control. Su espalda fue un reclamo para el contrario.
Abraham: 1. Débil en defensa y muy tímido en ataque. El segundo gol lleva su nombre.
Paglialunga: 0. Lento, torpe y débil .
Acevedo: 1. Le duró su intensidad treinta minutos. Mientras agunató, su juego sirvió. Después se borró.
Barkero: 0. Nada de ti, nada de mi, una brisa sin aire soy yo, nada de nadie.
Montañés: 2. Su segunda parte fue meritoria. Intentó romper la tupida defensa con velocidad y requiebros. Tuvo una buena ocasión.
Víctor: 2. Su electricidad le convierte en un agente peligroso, pero su intermitencia lo desactiva como delantero fiable.
Henríquez: 2. Es un delantero que huele el gol y husmea el territorio enemigo con la avidez del depredador. Hace su trabajo..
Roger: 0. No aportó nada.
Porcar: 0. Tampoco.
Movilla: S.C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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