Albacete BP 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Albacete BP 1 – 0 Real Zaragoza | Crónica

Las pinturas negras de Velázquez

Ya es la hora. Es el tiempo en que la institución, no sus empleados, hable. Que exponga cuál su análisis de la situación. Que comparta su plan de trabajo. Que exprese con nitidez en qué punto se encuentra el proyecto de club y de equipo. Ya es el momento. La derrota de ayer ante el Albacete, un equipo que amenazaba ruina según sus resultados, que en la propia ciudad manchega se encontraba en entredicho como proyecto y como propuesta futbolística, es no solo dolorosa sino alarmante. Mucho cuidado, amigos zaragocistas. La involución que está viviendo el Real Zaragoza apunta al infierno.

La llegada de Julio Velázquez, nuevo entrenador, fue una leve llamarada en el paisaje blanquillo. Avalado por Juan Carlos Cordero y barnizado su pasado por los conocedores de su vida deportiva, arribó a la orilla del Ebro con un mensaje en el que las palabras energía, proacción, protagonismo, intensidad y otras parecidas asomaron en su discurso. Y se dispuso al trabajo. Entrenó a la plantilla en cuatro sesiones pantagruélicas y se fue a Albacete. Y fracasó.

El partido de ayer fue un lienzo emborronado en el que nadie hizo bien su trabajo. Ni jugadores, ni cuerpo técnico ni dirigentes. A los pocos minutos de dar comienzo ya pudimos comprobar que la miseria seguía siendo la reina de este equipo. Miseria física, miseria técnica, miseria táctica y miseria emocional. Nada salió bien. Ni los seis cambios propuestos, ni el adelanto de ls líneas, ni la presencia en campo contrario, ni los duelos individuales, ni la proyección como grupo. El Albacete se comió al equipo aragonés y solo su desastrosa capacidad para convertir evitó una goleada de escándalo que habría hecho todavía más daño en el corazón del león.

Para colmo de males, Lecoeuche se lesionó en el minuto 27. Menos mal que su sustituto, Borge, estuvo a la altura y en seguida olvidamos al francés. Pero lo peor de todo es que las señales que lanza el equipo son dramáticas. En la primera no disparó ni una vez a puerta y ni la presencia de Maikel Mesa y Marc Aguado en sus posiciones naturales fue una buena noticia. La ausencia de Azón se notó mucho, pues su labor de presión alta no se vio ayer en las botas de Enrich, en estos momentos perdido para la causa.

En medio de todo el desaguisado, la torpeza grupal llegó a niveles muy altos en diversas fases del choque. El Albacete se creyó desde el minuto uno el plan que le había preparado su entrenador y lo ejecutó a la perfección, sobre todo gracias a Escriche e Higinio, dos de esos delanteros que cuando juegan contra el Zaragoza parecen jugadores Champions. Su movilidad, agilidad, rapidez y deseos de dañar fueron argumentos definitivos para desarbolar al equipo aragonés, cada minuto más pequeño, más débil, más feo.

Se llegó al descanso con un empate que sabía a injusticia pero que servía para retomar el ánimo y ajustar, en lo posible, las piezas. A la vuelta, el Albacete metió una marcha más, algo que saben hacer todos los equipos menos el Zaragoza, y xorrontó a los avispas con una sucesión de ocasiones que la defensa y el portero se sacudieron con más fortuna que saber. Velázquez movió el banquillo muy pronto, algo que lo diferencia de Escribá, e introdujo a su antiguo discípulo, Toni Moya, y a Valera. La primera opción salió bien, pues el extremeño aclaró algo el horizonte con sus toques diáfanos y su amplitud de mirada. Valera, sin embargo, se ubicó en la banda izquierda, territorio en el que claramente no se maneja tan bien como en la derecha. Eso supuso una cierta obturación en las vías ofensivas, ralentizando las jugadas de ataque.

El partido seguía teniendo gesto manchego. El Albacete continuaba en su idea inicial, martilleando las bandas y nutriendo de balones a sus delanteros, que cada vez olían más cerca el perfume del gol. Entraron Grau y Bermejo y algo cambió el guion, sobre todo con la aportación del madrileño. Su presencia y participación junto a la buena circulación que propició Moya alentaron las mínimas esperanzas de lograr algo más que el empate. Fue un fogonazo en la noche.

Así llegaron las dos mejores oportunidades del Zaragoza. Primero fue el mencionado Bermejo, quien puso a prueba por primera vez a Bernabé con un estupendo zurdazo que obligó al portero local a repelerlo con una buena estirada. Y poco después llegó el disparo de Valera, quien también desde fuera del área obligó al guardameta a lucirse de nuevo. Habría estado muy bien, aunque lo injusto del resultado nos hubiera sonrojado un tanto. Sin embargo, en esta ocasión el fútbol fue justo. En el minuto 89, justo cuando el partido pintaba negro y amarillo, Quiles recogió un balón largo y encaró a Jair, quien torpemente cayó al cruzarse con Gámez. La habilidad del jugador albaceteño pudo más que la inexactitud de los dos defensas zaragocistas y colocó un balón seco a media altura que Rebollo no pudo interceptar.

Desde ese momento hasta el final la desazón cubrió con su manto al equipo de Velázquez y hundió en la decepción a la nutrida hinchada aragonesa que, frustrada e indignada, expresó su malestar y, en el fondo, su pánico ante una situación que ya se encuentra en el punto de ebullición del desastre anunciado.

Ficha técnica

Albacete BP:
Bernabé; Isaac (Álvaro Rodríguez, 23), Ros, Glauder, Silva (Julio Alonso, 46); Olaetxea, Riki, Agus Medina (Juanma, 87), Fuster (Shashoua, 87); Higinio (Quiles, 70) y Escriche.

Real Zaragoza:
Rebollo; Gámez, Francés, Jair, Lecoeuche (Borge, 27); Francho, Marc Aguado (Jaume Grau, 73), Maikel Mesa (Toni Moya, 58); Mollejo (Bermejo, 73), Enrich y Manu Vallejo (Valera, 58).

Goles:
1-0, min. 89: Quiles.

Árbitro:
Orellana Cid (Comité de Andalucia). Mostró amarillas a Silva (26’), Borge (28’), Agus Medina (66’), Jair (78’).

Incidencias:
Partido de la Jornada 17 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en el Carlos Belmonte, con 10.500 espectadores.

Puntuaciones

Rebollo: 2. Un par de paradas correctas no son suficientes.
Gámez: 1. Se ha alejado de la eficiencia.
Francés: 3. Esforzado y fortificado.
Jair: 1. Desnortado y frágil.
Lecoeuche: S. C.
Aguado: 1. Desconectado de sí mismo.
Francho: 3. Su energía marca la línea que separa al buen del mal trabajador.
Maikel Mesa: 1. Desorientado y estéril.
Mollejo: 1. Bullicioso pero sin orden.
Manu Vallejo: 1. Desactivado y nada vertical.
Enrich: 1. Aislado y sin sentido del ataque.
Borge: 3. Asumió su rol y cumplió con seriedad.
Toni Moya: 3. Su presencia limpió de telarañas el centro del campo.
Bermejo: 3. Fue de lo mejor. Incisivo, desequilibrante y voraz en el chut.
Valera: 2. No eligió el mejor lugar. Ahí no se encuentra. Un buen remate.
Grau: 1. Insustancial.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

aupazaragoza

Deja tus comentarios el foro de AupaZaragoza.com. El Real Zaragoza es nuestra pasión.