FC Andorra 0 – 1 Real Zaragoza | Crónica

FC Andorra 0 – 1 Real Zaragoza | Crónica

Yo sabré vencer

Cuando un entrenador desnuda las carencias de su equipo a pesar de haber salido victorioso quiere decir que algo no ha funcionado, aunque el viento del éxito amortigua la crítica. Algo así sucedió ayer, cuando Escribá habló de lo mal que había jugado el Zaragoza en la segunda parte.

Fue un partido con mucho a favor, con un contrario desarbolado tras una expulsión justa. Un partido en el que se jugó con un esquema que facilitó la vida de los tomates (preciosa la equipación recordando a la Real Sociedad Atlética Stadium, uno de los clubes nodriza del actual). Pero un partido que pudo acabar en desastre de no ser porque la fortuna no se río de nosotros. ¡Ay, ese cabezazo de Scheidler al palo!

El choque comenzó con muy bajas revoluciones. El Andorra es un equipo, dicen, que ama la pelota pero ayer se olvidó de vivir atado al cuero. Fue el Zaragoza el que gobernó con cierta comodidad y el que se apostó en territorio enemigo mareando el campo con mil toques y decenas de combinaciones. Aguado era el timón de una nave perezosa que apenas buscó la meta del rival pero que parecía disfrutar con los interminables masajes al balón.

Con una alineación de nuevo agitada, con seis cambios de mayor o menor calado, los zaragocistas dibujaron una propuesta masticable pero poco digerible. Enfrente un Andorra adormecido y alejado de las intenciones ofensivas que se le suponían.

   En el minuto 18 Bover le sacudió una patada en la cara a Aguado que le supuso una tarjeta roja incontestable. Se abría un nuevo telón para un nuevo escenario, aunque el Zaragoza decidió seguir apostando por el ritmo cadencioso y machacón que no le iba nada mal. Los porteros, eso sí, tuvieron que aprender a vivir viendo pasar los minutos porque nadie osó acercarse a sus respectivos dominios.

Lentitud, cadenciosa inactividad y juego horizontal cuando no de marcha atrás. Eso podía ofrecer el equipo del Ebro. Y todo habría quedado así de no ser por un excelente cabezazo de Mollejo a centro de Grau que se convirtió en el 0-1 que al final sería definitivo. Una gota de agua en el desierto. O mejor: una grandalla, flor emblemática de Andorra, en medio de la nieve.

El gol se celebró con júbilo por parte de los 300 zaragocistas que viajaron hasta el Principado para apoyar a los suyos y disfrutar de tan buena noticia. Pero lo cierto es que poco más, con ser mucho, había que celebrar. El partido murió en la orilla del descanso a la espera de cambios por parte local y continuidad o mejora en el bando forano.

El regreso no aportó ninguna buena noticia. Ambos equipos alargaron su triste propuesta futbolística y prolongaron el tedio. El Andorra no pareció darse por enterado de lo mal que le iba y el Zaragoza no dispuso ningún mecanismo que profundizase en la victoria. Conformismo tomate.

Con el cambio de Moya por Grau y los posteriores de Azón y Valera por Bermejo y Vallejo, casi nada hacía pensar que pudiera darse un vuelco en el tanteador. Eso sí, el equipo de Sarabia dio un pasico al frente y de una falta lateral nació la mejor ocasión andorrana. El delantero centro Schleider remató de cabeza y su gesto se topó con el poste cuando Cristian ya se veía superado. Un susto enorme que quedó en eso pero que nos recordó lo fútil que es el fútbol de la segunda división.

El partido entró en su fase final con el Andorra volcado, tratando de asustar sin lograrlo y el Zaragoza jugando muy mal sus bazas de contragolpe, con un Valera protagonista pero nunca acertado. Generó un par de ocasiones, sobre todo una con pase final a Azón que no llegó a tiempo, pero muy poco más. Con más apuros de los esperados, sin olvidar que durante 80 minutos un equipo jugó con un jugador más, el equipo aragonés llegó al final con tres puntos de oro que no pueden ocultar las enormes dificultades que encuentra para generar fútbol.

Lo peor, la lesión de Cristian. Lo mejor, desde luego, el botín, pero sobre todas las cosas, la presencia de Rubén, el joven recogepelotas del Andorra de ascendencia aragonesa que se ganó a los hinchas zaragocistas con su simpatía y amor por los colores del equipo aragonés. Una imagen que quedará en la memoria del zaragocismo. Todo lo contrario que el match que, si de algo sirvió, fue para devolvernos a la senda de regreso a casa. A Primera.

Ficha técnica

FC Andorra:
Dani Martín; Leal, Diego González, Alende, Vilá (Moreno, 62); Bover, Molina (Álvaro Martín, 76), Iván Gil; Benito (Lobete, 76), Shabani (Petxarromán, 62); Scheidler (Manu Nieto , 89).

Real Zaragoza:
Cristian Álvarez (Poussin, 82); Luna (Gámez, 68), Francés, Lluís López, Borge; Aguado, Maikel Mesa, Bermejo (Valera, 68), Grau (Moya, 46); Mollejo; y Manu Vallejo (Azón, 68).

Goles:
0-1, min. 36: Mollejo.

Árbitro:
Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Expulsó a Bover (18), roja directa por juego violento sobre Aguado. Amonestó a Grau (13), Aguado (45), Benito (49), Francés (54) y Alende (92).

Incidencias:
Partido de la Jornada 9 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en estadio Nacional, con 2.500 espectadores.

Puntuaciones

Cristian: 2. No tuvo trabajo, salvo ese cabezazo que le rechazó el poste.
Luna: 2. Correcto y sin complicaciones.
López: 2. Modesta actuación. Se ajustó al partido.
Francés: 2. Algo incierto en sus acciones.
Borge: 2. Discreto, se aplicó a defender.
Grau: 2. Regaló un buen centro Más cómodo como interior.
Aguado: 2. Estuvo justo de acciones, tanto positivas como negativas.
Maikel Mesa: 2. Volvió a cubrir espacios lejanos a sus posibilidades.
Bermejo: 1. Inquieto pero poco preciso.
Vallejo: 1. Muy desubicado.
Mollejo: 3. Luchador y tenaz, goleó.
Moya: 2. Próximo a la contención.
Azón: 2. Corrió y trabajó sin brillar.
Valera: 1. Muy alejado de sus compañeros. Individualista.
Poussin: S. C.
Gámez: S.C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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