Real Zaragoza 0 – 0 R Oviedo | Crónica

Real Zaragoza 0 – 0 R Oviedo | Crónica

Frondoso carbayu

No es país para amnésicos. El zaragocismo vive enredado en sus contradicciones. Atrapado entre el recuerdo de los mil entrenadores que cayeron en otoño, prisioneros de sus necedades, y la memoria de los dos que resistieron los malos momentos y casi nos llevan a la gloria. ¿Con qué modelo quedarnos? Yo te lo diré, amable lector: con el que se mantiene cuando el vendaval azota los costados de la nave desarbolada. Claramente.

El partido de ayer no nos dio una victoria, pero nos preparó para la consolidación de una idea de equipo que, a poca paciencia que se tenga, puede fructificar. Digo “puede”, porque el fútbol es un juego que nos enseña, como dijo Montero Glez, que “no hay una manera de jugar, sino tantas como balones”. Por eso, prefiero quedarme con la ilusión de que lo que ayer sucedió en la Basílica es el prólogo de una hermosa obra que está por escribir.

Después unas cuantas páginas emborronadas con victorias mentirosas y varios capítulos feos teñidos de derrota, este Zaragoza comienza a desperezarse. Si logra que despierte, Escribá pasará a ser un entrenador recordado por décadas. Si fracasa, nadie podrá decir que no lo ha intentado escribiendo renglones rectos en medio de la tormenta.

Es verdad que el equipo no gana, que solo ha conseguido 7 puntos de 27. También es cierto que ayer, por momentos, mostró lentitud y espesura donde hacía falta agitación y conexión, pero enfrente tenía un equipo que ha aprendido a armarse y protegerse para evitar que ninguna catapulta hiera sus murallas. El Oviedo es maestro en rodear su territorio de aguerridos soldados que chocan con el adversario y lo desarman a base de duelos al sol. Y mientras pudo mantener ese guión, todo le fue bien.

Sin embargo, ayer el Zaragoza no rebló. No abandonó su propósito ni siquiera cuando la noche invitaba a manta y peli. Al contrario: se lanzó al propósito de la victoria y buscó las grietas en la defensa carbayona, oscureciendo hasta en cinco ocasiones la visión de Leo Román. Claro que eso nunca es suficiente si tu defensa y tu portero se empeñan en romperle la cara a la sensatez con acciones como la del minuto 28. Viti se atrevió a acosar a Rebollo quien, en un regate imposible, perdió el balón en el área pequeña. Afortunadamente ni el propio Viti, cuyo chut fue al palo, ni Bastón, lento y torpe, pudieron culminar una nueva torpeza de nuestros porteros. La hinchada respiró aliviada e irritada a la vez.  

Pero hablábamos de las ocasiones zaragocistas. Fueron buenas, nítidas algunas, pero el Zaragoza no convirtió ninguna. Ni la de Mollejo, cabeceando de lejos cuando lo fácil era controlar y chutar; ni la de Francés, a dos metros de la portería cuyo remate salió camino del antiguo convento de Jersulem; ni la de Azón, que recogió un balón paralelo de Maikel Mesa y lanzó un disparo flácido; ni de nuevo el zaragozano, que remató de cabeza desviado y flojico.

Todos estos chispazos fueron posibles porque los jugadores de Escribá juegan de otro modo; mejor, están dispuesto de manera diferente. Y porque los laterales, sobre todo el izquierdo, han recuperado el fulgor después de la grave lesión de Nieto, que con el paso del tiempo se ha visto lo importante que era. Ambas cuestiones no son menores, pues este equipo está construido para jugar con el campo ancho, con movimientos rectilíneos y acaparando espacios. Eso, ayer, se pudo hacer. Y a ello contribuyó el nuevo papel de Grau, más adelantado; la potencia de Francés y sus milimétricos balones largos y, sobre todo, la invasión de más fanegas en territorio contrario. Solo así jugadores como Valera, Mesa, Mollejo y Azón pueden lucir.

Tras el descanso se reactivó la vocación ofensiva del equipo aragonés, que vio como Mollejo casi logra un gol a la salida de un córner. A su favor el Oviedo tiene a Bastón entre sus jugadores y el ex de muchos equipos a punto estuvo de lograr un gol que, eso sí, habría sido anulado por fuera de juego. Regreso dinámico y atrevido. Ambos equipos apostaron a todo o nada con movimientos rápidos e intensos y eso le dio un plus al partido.

Con el paso de los minutos tanto Carrión como Escribá abrieron el portón de los cambios. Y en esta ocasión, sí. El valenciano acertó con los relevos, pues tanto Vallejo como Enrich y Francho aumentaron el caudal ofensivo del equipo. El primero con un doble regate de gran calidad tras el que sacudió un latigazo que Román despejó con calidad. El segundo con una doble ocasión que no logró su objetivo por muy poco. Y el tercero porque su presencia y pulmón inflamó la presencia del equipo en zonas de peligro para el Oviedo.

El Oviedo, que se apuntó a la fiesta y fruto de esa vocación nació un chut seco de Paulino, recién ingresado, que rechazó bien Rebollo a córner. El partido estaba para todo, sobre todo para la victoria local. Esta pudo llegar en el minuto 88, cuando Francés remató de refilón una falta lateral que acabó en la red de Román, pero el VAR rectificó al árbitro, que se vio obligado a anularlo porque el fuera de juego claro. Una pena. Una auténtica pena.

El partido murió en la orilla asturiana. Ahí faltó clarividencia, acierto, tino. Ahí faltó la calidad rotunda que diferencia a los buenos jugadores de los muy buenos. Ahí, faltó, claro está, el gol. Esa pepita de oro que encontrar en los arroyos de California donde, según dijo James K. Polk, presidente de EEUU, “los relatos sobre la abundancia de oro en ese territorio son de un carácter tan extraordinario que difícilmente se pueden creer”. Nosotros sí queremos creer que California está más cerca de lo que parece. O por lo menos ese sendero que nos lleve de vuelta a casa. A Primera.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Rebollo; Borge, Francés, Jair, Lecoeuche; Aguado (Francho, 64), Maikel Mesa (Sergi Enrich, 64), Grau; Valera (Bermejo, 84), Mollejo (Manu Vallejo, 64); y Azón.

R Oviedo:
Leo Román; Luengo (Lucas, 46), Costas, Dani Calvo, Bretones; Cazorla (Camarasa, 63), Colombatto; Viti, Seoane (Paulino, 75), Moyano (Masca, 82); y Borja Bastón (Alemao, 63).

Árbitro:
Moreno Aragón (Comité Madrileño). Amonestó a Costas (9) y Mollejo (59).

Goles:
.

Incidencias:
Partido de la Jornada 14 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en la Romareda, con 18.500 espectadores.

Puntuaciones

Rebollo: 1. A punto de hacer un Poussin, su error le costó la calma.
Borge: 3. Buen partido. Tuvo gestos maduros y adecuados.
Francés: 3. Partido aseado y provechoso. Casi golea.
Jair: 3. Inmaculado en defensa, desperdicia la salida de balón.
Lecoeuche: 4. Rápido e incisivo en ataque. Mantuvo un buen tono defensivo.
Aguado: 2. No transmite fe. Parece desubicado y poco conectado con su gente.
Maikel Mesa: 2. A veces deslumbra, a veces se apaga. Su irregularidad, su déficit.
Grau: 3. De menos a más, al adelantar posiciones descubrimos virtudes hasta ahora ocultas.
Valera: 2. Quiere hacer mucho pero a veces se enreda en sí mismo.
Mollejo: 2. Desnortado, no vinculó su energía con el acierto.
Azón: 3. Estuvo en mil lugares menos en Territorio Gol.
Francho: 3. Su presencia fue un jarro de vitalidad. Es diferente.
Sergi Enrich: 3. Entró en el campo y sacudió la noche. Casi golea.
Manu Vallejo: 3. Llegó a parecerse al delantero que es. Rápido y peligroso.
Bermejo: S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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