Real Zaragoza 1 – 0 CD Leganés | Crónica

Real Zaragoza 1 – 0 CD Leganés | Crónica

Volver a ser joven

Camino a la Basílica conocimos la alineación que presentaba Julio Velázquez y quien más quien menos expresó sus dudas y sus incertidumbres. Bien en conversaciones con los amigos, bien a través de las redes, el zaragocismo mostró su inquietud con motivo, pues veníamos de dos dolorosas derrotas y de transitar por una pedregosa llanura en la que solo habíamos tragado polvo y bebido miseria.

El motivo de las preguntas sin respuesta era la relación de nombres que el entrenador castellano nos proponía. Un dibujo poco conocido a orillas del Ebro en el que brillaba la disposición de tres centrales, gran novedad, y sobre todo la presencia en el carril izquierdo de Valera, a quien todos teníamos por extremo puro y al que ayer Velázquez le dio el timón de la banda. Apuesta diferencial que hizo que se levantase la ceja de la afición blanquilla como señal de incredulidad.

Enfrente, el equipo guapo de la categoría. El Leganés llegaba abrazado a sus éxitos y a lomos de una trayectoria incontestable, lo que le añadía un punto de temor a la hinchada del león. El combate se presentaba desigual, pues el Zaragoza no es un equipo acostumbrado al esquema 5-3-2 ni mucho menos el zaragocismo. Dicen quienes saben que este sistema busca una mayor seguridad defensiva y una evidente superioridad en el centro del campo, pues el acordeón se templa cuando se inunda la zona medular con efectivos dinámicos y solidarios. Y mira tú por donde, eso ayer se logró.

La presencia en la media de Aguado, Francho y Moya, bien engrasados sus movimientos, fue un argumento a favor. Si bien el partido empezó embolicau, una suave sensación de esperanza recorrió el espinazo de los aficionados y aficionadas blanquillas. El balón era motivo de disputa, se buscaba el choque, se exploraban vías de llegada, se taponaban las corrientes de aire y cada jugada era una ocasión para el logro. Vientos nuevos.

Los porteros no se vieron en apuros. Si acaso Conde vio cómo el balón rondaba su palo derecho tras un magnífico control de Mesa y su posterior disparo, pero no anotamos ninguna ocasión clara por parte de ninguno de los dos. Sí es verdad que el Zaragoza ponía más verdad y voluntad en sus acciones, generando un microclima en el que cada vez se encontraba más cómodo. El Leganés, en su caso, no encontró nunca vías que transitar, maniatado por el equipo aragonés, a cada minuto más serio y profundo. Sí dispuso de tres momentos de cercanía con el gol: un semifallo de Rebollo en una jugada en la que, de nuevo, los pies fueron los peores amigos de nuestro portero; un balón lejano que botó ante el de Lepe y un corner muy cerrado que despejó con los puños. Pero ahí quedó todo. Lo que sí llegó, por el contrario, fue el 1-0.

Francho condujo por los senderos interiores con su característico puntillo y le regaló un balón a Mesa. En un movimiento sencillo, y ante el resbalón de Sánchez, esté se lo cedió a Mollejo, quien lo perdió. Afortunadamente, el cuero regresó a los pies del canario quien, con una calma chicharrera digna de aplauso, batió a Conde. Fue un estruendo lo que salió de las tripas de la Romareda, que ya no se acordaba de cómo se celebran estas cosas después de un mes de pertinaz sequía.

Irse a la caseta con un 1-0 ante el líder galán no era un premio menor. Eso lo sabían los jugadores y el técnico, pero también los hinchas, que asumieron su papel de supporters y llevaron al equipo en brazos desde el minuto uno del segundo tiempo. Por su parte, el equipo se aplicó a la faena y sujetó sus emociones, aparcó sus temores y le jugó al líder de tú a tú. Con energía y corambre y, sobre todo, con toda la rasmia del mundo. La seguridad en sus actos parecía haber vuelto. Si los chicos tenían miedo a hacer cosas, a vivir, como dijo el míster el viernes, ayer se lo sacudieron de encima. Además, supieron ejecutar acciones que demostraban oficio, profesionalidad y carácter, mucho carácter.

Eso no se compra ni se adquiere en siete días, lo que quiere decir que algo a alguien había apagado los fusibles de este equipo. Algo o alguien había desactivado los canales vitales de un grupo que ayer dio una lección de profesionalidad, sobre todo en la segunda parte.

El Leganés se atascó. No lograba vaciar el campo de jugadores zaragocistas y sus intentos por acercarse al área de Rebollo morían en el empandullo que había organizado el equipo de Velázquez quien, por cierto, no movió el banquillo hasta el minuto 80, cuando puso a Grau por un fundido Mesa. Todo un manifiesto rubricado por el buen trabajo que estaban realizando los muchachos hasta ese momento. Animada la grada por la victoria que defendía el equipo aragonés con uñas y revoluciones en sus corazones, los minutos deambulaban, que no corrían.

El Zaragoza era un equipo seguro, que creía en lo que hacía.

En la banda, Velázquez manejó bien los tiempos y fue rompiendo el partido con sucesivas incorporaciones hasta el minuto final, cuando Ureña estuvo a punto de destrozarle el alma al zaragocismo con un centro límite que no encontró rematador. Habría sido injusto que, una vez más, se hiciera la negra noche sobre los blanquillos.

La fortuna no se rió, en esta ocasión de nosotros y el murciano Lax Franco pitó el final en medio de un estallido de alegría y alivio que iluminó el cielo zaragozano. Por una vez, y ojalá sirva de precedente, el fútbol sonrió al más débil o, por lo menos, al más debilitado. Es menester que lo ocurrido ayer sea el inicio de un camino de recuperación y rescate de principios que estaban dormidos y asoman por la esquina de la ilusión.

Ficha técnica

Real Zaragoza:
Rebollo; Gámez, Mouriño, Jair, Francés, Valera (Borge, 93); Francho, Aguado (Bermejo, 88), Moya (Vaquero, 88); Mollejo (Sergi Enrich, 88) y Maikel Mesa (Grau, 80).

CD Leganés:
Conde; Miramón, Jorge Sáenz, Sergio González, Franquesa (Naim, 86); Chicco (Portillo, 63), Undabarrena (Djouahra, 78), Neyou (Cissé, 78); Diego García (Ureña, 78), Raba y Miguel de la Fuente.

Árbitro:
Lax Franco (Comité Murciano). Amonestó a Aguado (28), Mollejo (33) y Miguel de la Fuente (64).

Goles:
1-0, min. 39: Maikel Mesa.

Incidencias:
Partido de la Jornada 18 de LaLiga Hypermotion 2023-24 disputado en la Romareda, con 27.500 espectadores.

Puntuaciones

Rebollo: 2. Correcto y eficaz.
Gámez: 4. Encontró un soplo de vida con este sistema.
Mouriño: 3. Serio y alegre a la vez, se le vio atrevido.
Jair: 3. Cómodo al sentirse arropado, no pasó ni una.
Francés: 4. Retomó sus galones. Ganó todo lo que combatió.
Valera: 3. Ganó en amplitud y terreno. Si se acopla, un descubrimiento.
Aguado: 3. Necesita más espacio para brillar. Cumplió de sobras.
Moya: 4. Recuperó su seña de identidad. Aportó y sumó.
Francho: 4. Incansable, omnipresente y audaz.
Mesa: 4. Además de golear, mostró sus valores y su calidad.
Mollejo: 4. Rebuscó en las costuras de la defensa y se las rompió.
Grau: S. C.
Bermejo: S. C.
Sergi: S. C.
Vaquero: S. C.
Borge. S. C.

por arrúa 10 (Real Zaragoza, Aire Azul)
@japbello

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