En busca del gol perdido | La Lupa

Levante 0 – 0 Real Zaragoza

Henry Jones Jr. (Harrison Ford) es un profesor universitario, hijo del catedrático de literatura medieval Henry Jones Sr. Tras una azarosa adolescencia y juventud, en la que repartió su tiempo entre amores y revoluciones, decidió sentar la cabeza y estudió arqueología en la Universidad de Chicago. Dividió su tiempo entre la enseñanza y las expediciones arqueológicas y su fama fue extendiéndose por el mundo. El gobierno estadounidense, conocedor de la valía científica del arqueólogo, contactó con él en 1936, para recuperar la famosa Arca de la Alianza, que también era ambicionada por los nazis. Su valor y temeridad le sirvieron para superar todas las adversidades y finalmente consiguió para su gobierno el arca perdida. No me imagino a Víctor Fernández, a pesar de su natural elegancia y apostura, con un sombrero marrón, chaqueta de cuero, látigo y con barba de tres días, pero tiene que realizar una misión tan importante como la de Jones, encargada por el zaragocismo: encontrar el gol perdido.

El Levante es mejor equipo de lo que marca su clasificación. Su nuevo entrenador, el ex-guardameta atlético Abel Resino, le ha dotado de una estructura compacta y con un elevado poder físico, garantizado por los cuerpos atléticos de sus abundantes jugadores de color negro. El Real Zaragoza se vio sumido en un letargo ofensivo de 45 minutos, incapaz de superar la presión del mediocampo rival. Pero el dominio levantino no se tradujo en muchas oportunidades; excepto una clarísima a los pocos minutos de comenzar el encuentro, sus disparos fueron lejos de la portería bien resguardada por César. El partido tenía mala pinta, sólo cabía esperar un bajón físico en el Levante para que las lanzas se tornasen cañas.

Y cañas tuvimos en la segunda parte. El equipo zaragocista cambió la marcha a otra mucha más veloz y el dominio del partido pasó a su poder, siendo el balón de nuevo un amigo entre sus pies. Pero desgraciadamente comenzó un festival de los horrores no previsto, el de la negación ante el gol, con protagonismo de Ewerthon por partida doble y de Sergio García. Se convirtió lo que tenía que haber sido una fácil victoria en un empate ramplón, que poco o nada aporta al bagaje clasificatorio de nuestro equipo.

Víctor Fernández repitió la cantinela propia de los entrenadores en la rueda de prensa posterior al partido: lo importante es que estamos creando ocasiones, la mala racha de cara al gol alguna vez cambiará y las meteremos. Pues no. La plantilla del Real Zaragoza sólo tiene un delantero, Diego Milito, el resto son pasadores y mediaspuntas, incluido Sergio García, sin llegada y remate. Y Ewerthon, el supuesto “matador” que debería acompañar en el trayecto goleador al argentino está pasando por una depresión de caballo, que le sume en una melancolía rabiosa, alejado de cualquier duende achispado.

Cuando los resultados de los otros favorecen a los nuestros, cuando se pone todo de cara, entonces se produce el resbalón, ya sea por falta de ambición o de acierto, y nos quedamos con el rostro desencajado. Esta temporada es la idónea para convertirnos en los “infiltrados” en la Champions, pero falta la capacidad para golpear la clasificación de forma decisiva y la energía para mantenernos allí. El calendario próximo favorece a nuestras aspiraciones, esperemos que por una vez, se cumplan los pronósticos y se produzca el salto definitivo hacia las cumbres elevadas de la Liga.

Por Jeremy North

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